domingo, 30 de septiembre de 2012

El Monopolio Del Desarrollo Social En Guatemala


El Monopolio Del Desarrollo Social En Guatemala
En su reciente viaje a Nueva York para participar en la 67 Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Otto Pérez Molina, recibió de manos del expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, un reconocimiento por la iniciativa Hambre Cero, impulsada desde el actual gobierno.
Una fotografía que circuló en sitios de noticias muestra a Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos, mientras abraza al sonriente Harold Caballeros, el canciller guatemalteco, y a Pérez Molina que con su sonrisa moderada mira hacia la cámara. No cabe duda que fue un buen momento. No solo para Pérez Molina. La apelación es ver más allá de la imagen de esa fotografía: es un momento especialmente bueno para Guatemala.

Y acá la clave: los programas de desarrollo social han roto paradigmas históricos y ahora trascienden a la narrativa nacional. En 2011, durante los meses de campaña electoral, era común escuchar frases de expertos que resaltaban que el secreto de éxito para cualquier candidato a la Presidencia de Guatemala era ofrecer más. Era una abierta referencia a los programas sociales que impulsó el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

Entonces, durante esos meses de cancioncitas y promesas electoreras, se escucharon repetir varios tipos de propuestas: el propio Harold Caballeros habló de una “Súper Tortilla”; Álvaro Arzú mencionó quizá el plan más ambicioso con proyectos sociales de vivienda; Manuel Baldizón endulzó los oídos de la clase trabajadora al hablar de un bono anual; y Pérez Molina junto con la vicepresidenta Roxana Baldetti, hablaron de ampliar el alcance de los programas sociales.
El monopolio del discurso de desarrollo social se rompió. No fue más exclusivo de un gobierno, de un partido político, o de una Primera Dama. Se derramó hacia el resto de actores políticos y, como nunca antes, los gremios de profesionales, las cámaras productoras, el capital asociado, pues, adoptó también ese lenguaje.

Ese es realmente el mérito que encierra el evento y el reconocimiento de la Fundación Clinton: el combate al hambre, la lucha contra la pobreza, las intenciones de un país para saldar una perpetua deuda social.

Es un proceso histórico que arrancó y permanecerá. En mucho ese mérito de la fotografía es también para Sandra Torres ex primera dama. En su era, los programas de asistencia social, enfocados en salud y educación, podían ser sujetos a una crítica objetiva porque al ser ejecutados de manera apresurada, en el corto plazo, no midieron ni alcance ni factibilidad. Era común escuchar que los salones de las escuelas de primaria no se daban a basto para cubrir la demanda. O que la demanda de servicios hospitalarios estaba, simplemente, fuera de la capacidad de respuesta de los centros de salud y hospitales nacionales.
Sus críticos más objetivos solían replicar: si se echa andar para dejar a la gente a medias, entonces ¿qué sentido tiene? Y la respuesta de sus colaboradores solía ser: si no se echa de esa manera ahora, aquí y ahora, entonces ¿cuándo?
Más, ciertamente, no pudieron ser criticados por falta de ejecución. El trabajo impulsado desde el gobierno de la UNE tiene un significado histórico: una fisura en el muro de iniquidad. Hubo intentos anteriores, pero nunca antes fueron programas de gobierno que se tranformaron, ya se ve, en políticas estatales que no podrán retrotraerse.

El reto de la clase gobernante, pues, es sostener ese alcance y mejorar la calidad, que permanentemente criticó el Partido Patriota desde la oposición.

La pregunta al gobierno actual es cuán comprometido está con la tarea, cuán comprometidos en sostener esos reconocimientos que hacen sonreir al presidente Pérez Molina en las fotografías. Y la respuesta, francamente, indica que no existe un compromiso fuerte.

El proyecto de Presupuesto Nacional 2013 evidencia que Desarrollo Social permanece con la misma asignación de Q1.2 millardos. En español simple y ligero: ¡ni un centavo más! Y aunque la Secretaría de Seguridad Alimentaria (Sesan) registra, en cifras relativas, un aumento de los Q42.7 millones a los Q111.4 millones, la realidad es que la distribución de recursos revela que los gastos de educación y agricultura disminuyen. Se quedan pequeños, por ejemplo, frente al aumento en la cartera de Defensa Nacional –un préstamo para la adquisición de equipo– e Infraestructura –líquido para pago de deudas.

La ecuación del Gobierno es simple: menos lápices y menos cuadernos, más aviones y más radares, con más concreto. Frente a esa fórmula, entonces, la fotografía de los hombres sonrientes empieza a hacerse borrosa. ¿De qué manera hacerla permanente?
Por: Claudia Méndez Arriaza • cmendeza@elperiodico.com.gt • Twitter: @cmendeza

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Planificar la Guatemala del 2032


Planificar la Guatemala del 2032
Un estudio elaborado por la Segeplan muestra cómo podría ser el país dentro de 20 años.

Es el 2032. La población guatemalteca sobrepasa los 22 millones de habitantes, un 65 por ciento de ellos vive en las áreas urbanas. Los trabajos se han modernizado, los niveles de escolaridad mejoraron, las tasas de homicidios se redujeron, la producción agrícola se destina exclusivamente para la exportación y diez ciudades lideran el crecimiento económico del país.

Podría pensarse en una novela de ficción al leer las líneas anteriores, sin embargo, se trata de las proyecciones elaboradas por los “futurólogos” de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), cuya finalidad es dar luces al Gobierno e inversionistas para que prevengan qué sectores son los indicados para inyectar capital durante los próximos 20 años.

El estudio “Guatemala 2032: una visión para el nuevo Katún”, fue presentado por Fernando Carrera, jefe de Segeplan, al presidente Otto Pérez Molina, durante la reunión de Gabinete del 26 de agosto pasado.

En el documento, al cual elPeriódico tuvo acceso, se muestra cómo serán las ciudades del futuro, dónde se desarrollará el empleo, así como un despliegue de necesidades que deberán atenderse, como la generación de energía eléctrica, fuentes de agua potable y la construcción de viviendas.

Más población urbana

En 2020 se proyecta que más del 65 por ciento de la población residirá en áreas urbanas, contra un 35 por ciento que vivirá en el campo. Actualmente, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 58 por ciento de la población nacional es urbana y el 42 por ciento restante vive en áreas rurales, demostrando con esto que las ciudades medianas están creciendo, la capital no.

Lo cual conlleva a planificar el desarrollo para el 2032, de lo contrario el crecimiento del país sería desordenado. Por ello el informe de Segeplan propone el desarrollo de ciudades intermedias, modernas, conectadas, como nodos de comercio regional.

El modelo propuesto para la construcción de la ciudad compacta se llama Transecto, es un plano que imita a la ciudad Nueva York, Estados Unidos, la cual posee en la parte baja un espacio exclusivo para uso residencial relativamente separado del área industrial y comercial; posteriormente la creación de grandes avenidas donde fluiría tránsito pesado de rutas importantes, seguido de parques urbanos, más espacio empresarial, áreas de siembra y finalmente bosques protegidos.

“Lo que se busca es tener la información para planificar las ciudades del futuro y deben ser compactas y cuyo suelo tenga espacio para la vivienda social y una mezcla en el uso del suelo; asimismo deben existir áreas verdes seguras para la recreación y accesibilidad a un eficiente transporte público masivo”, destaca el informe de Segeplan.

¿Cuáles serán las ciudades del futuro?

Según las proyecciones de la Segeplan, en 2032 la población será aproximadamente de 22 millones de habitantes, lo cual modificará inevitablemente la composición urbana que se percibe en la actualidad, ya que existirán ciudades que congregarán entre uno y dos millones de personas, convirtiéndose en grandes generadores de empleo y atracción de inversiones.

Guatemala y Quetzaltenango serán las 2 megaciudades del futuro. La mancha urbana proyectada revela que el Área Metropolitana de Guatemala se ampliará hasta Palín, Escuintla, y Sanarate, El Progreso, y contará con una población de 5.73 millones de habitantes en 2032. Mientras que el Área Metropolitana de Quetzaltenango contará con 2.31 millones de vecinos.

Junto a estas habrá otras tres ciudades estratégicas con más de un millón de habitantes que serán Cobán (absorbe Carchá y San Juan Chamelco) con 1.89 millones de habitantes, Retalhuleu-Mazatenango con 1.45 millones; seguida por Huehuetenango con 1.15 millones de vecinos.

Además habrá 8 ciudades intermedias con una población de más de 300 mil personas. Estas serán: Jutiapa y Los Encuentros (Quiché), con 900 mil habitantes cada una; Escuintla, con 840 mil; Zacapa-Chiquimula, con 750 mil entre ambas; Puerto Barrios (Izabal), con 610 mil; Ixcán (Quiché)-Barillas (Huehuetenango), con 440 mil; Flores (absorbe Santa Elena y San Benito) con 410 mil; y Poptún (también en Petén) con 290 mil habitantes.

Estas ciudades intermedias se convertirán en pequeñas potencias económicas para el país, si junto con el desarrollo de una metrópoli ordenada durante los próximos 20 años se desarrollan en paralelo, nodos urbanos conectados por una red de transporte multimodal (autopistas, aeropuertos y trenes) que serán los puntos de articulación de los corredores de crecimiento. 

Agua y energía para el futuro

El desarrollo de las nuevas ciudades del futuro conlleva también la ubicación y distribución de fuentes de agua potable, así como la generación de energía eléctrica, esto con el fin de planificar dentro de los próximos 20 años para asegurar la disponibilidad de estos servicios básicos.

Según el documento, existen 250 millones de metros cúbicos de agua disponibles principalmente en las 3 vertientes que atraviesan el país y que nacen en las sierras de los Cuchumatanes y de las Minas, así como la vertiente del Pacífico que alimentan los cauces subterráneos aledaños.

La Segeplan visualiza la construcción de un corredor de distribución de agua potable que podría abastecer del líquido sin problemas a las ciudades de Huehuetenango, Quiché, las Verapaces, Poptún, en Petén; Izabal y Zacapa; San Marcos, Totonicapán, Quetzaltenango, Sololá, Chimaltenango, Sacatepéquez, Suchitepéquez, Escuintla, Santa Rosa, Jutiapa, Jalapa y El Progreso.

En cuanto a la generación de energía, actualmente existen 19 centrales hidroeléctricas operando, de las cuales destacan Chixoy, sobre el río del mismo nombre, en San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, que genera 300 Megavatios (MW) de potencia; HidroXacbal en Chajul, Quiché, con 94 MW, sobre el río Xacbal; y la Central Aguacapaca, en Guanagazapa, Escuintla, que genera 90 MW, en las cercanías del río María Linda, según el Ministerio de Energía y Minas.

Durante este año, 6 nuevas centrales hidroeléctricas se encuentran en construcción, de las cuales destaca la Central El Manantial en El Palmar, Quetzaltenango, que prevé generar 35 MW; San Juan y Tres Reyes Chiquito, y la Central Sulín en Purulhá, Baja Verapaz, que producirá 19 MW y utilizará el cauce de los ríos Sulín, Colorado, Cafetal y Panimá.

Segeplan estima que el país posee 24 potenciales ubicaciones para construir más centrales hidroeléctricas, lo cual, según lo planificado por la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), se espera que para 2022 modifiquen la matriz energética para depender menos de los combustibles fósiles y se migre hacia la generación de energía limpia que abarataría el servicio. 

El empleo para 2032

Las proyecciones de Segeplan destacan que la Población Económicamente Activa (PEA) rural representará el 21 por ciento de los trabajadores en 2032, es decir, 2.1 millones de personas versus un 79 por ciento de PEA no rural, es decir, 8.3 millones de personas. Actualmente la PEA rural es de 1.8 millones de personas (34 por ciento) y la no rural de 3.5 millones (66 por ciento).

Esa composición de la PEA se encontrará ocupada en cinco sectores que Segeplan destaca como los principales generadores de empleo: infraestructura, logística y comercio (ILC); vivienda y desarrollo inmobiliario (VDI); turismo, producción de granos básicos y exportaciones.

En cuanto al empleo rural, para el 2032 se dividirán en 3 grandes áreas: para la exportación, orientada a la producción de frutas, vegetales y café; el rubro rural no agrícola, enfocado en ecoturismo, forestería y artesanías; y producción de alimentos como maíz, frijol y calabaza.

Cerrar las brechas

Consultada respecto del estudio, Karin Slowing, exjefa de la Segeplan, comenta que es importante abordar el tema del desarrollo a largo plazo del país, pero no debe desplazarse el tema rural para discutir solo el urbano, tiene que ser un tema integral que abarque todas las aristas.

“El problema de nuestro país no es el desarrollo de lo urbano, son las brechas, y si no se hace un trabajo de planificación con integración, lo que pasará es que esas diferencias se trasladarán a las ciudades y evolucionará a pobreza urbana, es un problema socioeconómico y político. Se deben construir sistemas que articulen las capacidades del empleo en todas las regiones”, indicó Slowing.

Para Eduardo Velásquez, director del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), se trata de una planificación atrasada, ya que la Segeplan ha intentado con anterioridad realizar este tipo de estudios. Con buenas intenciones, pero con muy poco éxito al momento de concretarlo, agrega.

“La lógica del desarrollo capitalista no acompaña a la planificación que se produce en la práctica, el Estado debe impulsar todas aquellas transformaciones que incluyan un plan de acción realista, de lo contrario serán solo cartas a Santa Claus”, critica Velásquez.

martes, 14 de agosto de 2012

Alza de cereales remece el mercado


Alza de cereales remece el mercado
La sequía en la zona del cinturón del maíz de Estados Unidos genera una caída en la producción que se estima en 22 millones de toneladas y reduciría sus exportaciones en 40%. En tanto, el impacto en Chile ya se está sintiendo a nivel de empresas procesadoras y golpeará el bolsillo de los consumidores a fines de año. Se esperan alzas en torno al 8% en el precio del pan y de 25% en las carnes blancas.
Por: Eduardo Moraga Vásquez 
Carlos Seemann Santos está preocupado. Ve el tsunami en el horizonte. El alza del precio de los cereales en Estados Unidos, el principal productor del mundo, en los últimos dos meses ha sido notable. El trigo subió 38% y el maíz 50%.
En forma incipiente, esta alza en Chile ya comienza a sentirse. Eso sí, la ola golpeará con mayor fuerza el último trimestre del año, cuando comiencen a llegar los primeros barcos graneleros norteamericanos.
Seemann tiene razones para estar inquieto. Es socio y director de Coexca, una empresa productora de carne de cerdo de tamaño mediano. Su firma cría al año 250 mil animales. Típicamente, cada uno de ellos pesa 115 kilos al momento de ser faenado. Para llegar a esa envergadura, los cerdos son alimentados en base a maíz, trigo y soya. De hecho, Seemann calcula que el 48% del costo de producir un kilo de cerdo se debe sólo al maíz.
"Como empresa nos afecta. La materia prima comenzó a subir y no es cosa de subir los precios inmediatamente, pues tienes competidores. Producto del alza de los cereales, lo más probable es que primero se contraiga la oferta de carne, porque la rentabilidad cayó. Sólo ahí los precios van a reaccionar. Sin embargo, vamos a tener dos a tres meses en que como empresa vamos a tener que vivir con márgenes más estrechos", afirma Seemann Santos.
Sin embargo, el efecto no se detiene en los márgenes de las empresas procesadoras. Aunque con unos meses de retraso, el alza de precios terminará por alcanzar el bolsillo de los consumidores chilenos antes que termine 2012. Es que los cereales, aunque transformados, son la base de la dieta chilena.
Un habitante promedio del país consume 19,5 kilos de carne de cerdo; 28 kilos de pollos; y 98 kilos de pan al año, este último es uno de los niveles más altos del mundo.
El epicentro de este remezón está en Estados Unidos. Más precisamente en el Medio Oeste de ese país. Estados como Iowa, Illinois, Nebraska y Minnesota, conocidos como el cinturón maicero de EE.UU., son también el centro de la producción mundial de ese grano. Es precisamente allí donde se ha hecho sentir con fuerza la mayor sequía que afecta al País del Norte en un cuarto de siglo. Lo que está afectando directamente la producción. Se habla de una caída de 22 millones de toneladas respecto de lo proyectado inicialmente. Para tener una referencia del impacto global, todo Chile consume 3 millones de toneladas de maíz al año.
Eso sí, el remezón en los precios de los alimentos será mayúsculo. No sólo en las carnes blancas y el pan. Se esperan también alzas en la leche y carne de vacuno.
Eso, sin descontar el impacto en el negocio de los agricultores chilenos. Mientras que los productores de maíz vivirán un inédito escenario de buenos precios, los ganaderos tendrán un escenario revuelto, con alza de ingresos, pero también de costos.
Las causas
"Esta es la peor sequía en una generación", resume Kurt Shultz, representante para America Latina del US Grains Council, organismo que fomenta las exportaciones de granos de EE.UU.
Shultz enfatiza que si no fuera por los avances en la biotecnología semillera, que ha permitido maíces más productivos y resistentes a la falta de agua, el daño hubiera sido peor.
En todo caso, cree que hay que estar atentos a los próximos informes del Usda, el Ministerio de Agricultura de EE.UU., pues las cifras de la anunciada caída en la producción de maíz podrían variar. Eso sí probablemente para peor.
Lo que ha amplificado el impacto de la sequía es que se dio en los momentos de mayor sensibilidad del ciclo productivo del maíz. De hecho, la falta de agua no dañó tan fuertemente al trigo norteamericano, pues su siembra y cosecha es anterior a la del maíz, con lo que los trigueros alcanzaron a evadir buena parte del golpe.
Sin embargo, los precios del trigo también están al alza. La explicación está en la conexión a nivel de demanda que hay entre los cereales. Las empresas de producción porcina, avícola, lechera y de carne vacuna pueden sustituir, por lo menos en parte, trigo por maíz en la alimentación de los animales, lo que eleva la demanda por el primero. De refilón, también impacta a la soya, una oleaginosa que forma parte de la dieta animal.
En todo caso Eduardo Meersohn, gerente general de Cotrisa, recalca que la violenta reacción del mercado se debe a una baja respecto de las expectativas de producción. Todavía se espera que la producción de maíz de EE.UU. llegué a 905 millones de toneladas en 2012, frente a los 874 millones de toneladas del año anterior.
"Lo que pasa es que la demanda está creciendo muy fuerte. Hay muchas más personas, especialmente en Asia, que tienen ingresos suficientes para comprar carnes, las que se generan gracias a los granos. A eso hay que sumar la presión de las plantas de etanol en Estados Unidos, que usan el maíz como materia prima", explica Meersohn.
Efecto en productores
Como Estados Unidos es, por lejos el principal exportador de maíz del mundo, su caída productiva se transmite al resto de los países. Para esta temporada se esperaba un volumen de envíos de 50 millones de toneladas. Sin embargo, los últimos cálculos de los productores norteamericanos hablan de una caída de 40% en el volumen que saldrá fuera de las fronteras.
Cuando en Chile buena parte del trigo ya está sembrado y sólo falta un mes para comenzar con la del maíz, la pregunta del millón es si el aumento de precios es sólo una burbuja que durará un par de meses o se prolongará hasta la cosecha.
"Claramente, no hay posibilidades antes de un año más para que esta tendencia de precios se modifique. Recién luego de las siembras de 2013 del Hemisferio Norte, el mercado va a comenzar reaccionar. Creo que va a ser un año para los agricultores", afirma Juan Sutil, presidente de Empresas Sutil, controladora de Coagra.
Su competidor afincado en San Fernando, ve un ciclo de altos precios incluso más largo. "Recuperar los stocks mundiales de maíz a un nivel razonable no se va a lograr en sólo una temporada. La demanda global es tan fuerte, que va a costar satisfacerla. Creo que vamos a tener dos a tres años de precios relativamente altos. El panorama es muy positivo para los agricultores chilenos", explica Darío Polloni, gerente general de Copeval.
Sin embargo, la producción chilena de maíz para alimentación humana y animal tiene poco espacio para crecer en la próxima temporada. El país tiene poca superficie agrícola disponible, pues se compite con las extendidas industrias frutícolas y viñateras. Además, el crecimiento sólo se podría dar en lugares de productividad marginal, como la costa de la VI Región, donde la sequía también se hace sentir.
El freno más importante, eso sí, es la competencia con el maíz semillero. La sequía norteamericana ha afectado también las reservas de semillas para la temporada 2013. El único lugar donde pueden obtener una solución rápida es en el Hemisferio Sur, específicamente Argentina y Chile. Eso sí, las firmas semilleras norteamericanas sienten más seguridad de hacer negocios a este lado de la cordillera.
"Las empresas semilleras están buscando en forma muy agresiva tierras para sembrar. Pagan lo mismo que el maíz de grano, pero con la ventaja que ellos son los que ponen desde las semillas a los agroquímicos. Es mucho menos demandante en capital para los agricultores. Además es menos riesgosa, pues su ciclo de producción es casi un mes más corto y estás menos expuesto a la falta de agua", afirma José Fabres, maicero de Chimbarongo, VI Región.
Fabres recalca que los agricultores deben tener una mirada fría frente al buen momento de precios. Los ciclos positivos deben usarse para capitalizar su actividad productiva y evitar el endeudamiento bancario. En su caso, junto con su padre, piensan llegar a 800 hectáreas sembradas en la temporada 2012-2013, 100 hectáreas más que el año anterior.
Aunque prever precios para el momento de la cosecha chilena es un ejercicio especulativo, sí hay pistas claras si se toma como referencia los precios futuros de la Bolsa de Chicago.
Para Chile, los actores de la cadena de los granos ven como un escenario probable que el maíz ronde los $160 el kilo. Un salto interesante, si se considera que en la última cosecha se pagó entre 125 a 130 pesos por kilo.
Considerando un rendimiento de 133 quintales de maíz por hectárea, implica cerca de 400 mil pesos de rentabilidad por hectárea.
El cálculo para el trigo, eso sí, es más complejo. La llegada de harina argentina, que viene con un precio distorsionadamente bajo, agrega incertidumbre. Aún así, el precio del quintal puesto en Santiago debería superar los 19 mil pesos para 2012-2013, casi tres mil pesos más que lo pagado en la última temporada.
Golpe a consumidores
El agro representa sólo la mitad del remezón. Socialmente, el impacto en los consumidores será importante.
Indirectamente los granos son parte importante de la dieta de los chilenos. Eso sí tiene efectos diferentes, dependiendo de la materia prima de origen de que se trate, de la estructura de costos de las empresas procesadoras y de cuál es el producto final.
En el caso del pan, hay que partir teniendo en cuenta que el aumento del precio internacional del trigo ronda el 38%. En la producción de harina, el 80% del costo está representado por el valor de ese cereal. A su vez, en la producción de pan, la harina es un 30% del costo total.
Siguiendo esa lógica, si se mantiene el escenario actual de precios, el valor del pan en Chile debería aumentar cerca de 8% en los próximos meses.
"En todo caso, no se puede generalizar, pues cada molino harinero enfrenta condiciones distintas, ya sea por sus costos, como por el tipo de producto que vende", afirma Sergio Ossa, gerente de la Asociación de Molinos del Centro.
En la leche se prevén alzas por el impacto de los granos. En Estados Unidos, casi toda la producción láctea tiene su origen en vacas alimentadas con forraje en feedlots.
"Si no suben los precios de la leche, sencillamente van a quebrar", admite Carlos Arancibia, gerente de Fedeleche.
En tanto, el principal exportador lácteo, Nueva Zelandia, a pesar de estar enfocado principalmente en la producción en praderas, en la última década aumentó su dependencia del maíz forrajero, por lo que aumentará sus costos.
Sin embargo, en la cadena de la leche, prefieren no jugársela por un nivel de precios.
Donde sí hay claridad, es en las carnes blancas.
De todos los sectores alimentarios, es el que debería tener el alza más violenta de precios. Hay que tener cuenta que la alimentación representa 80 por ciento del costo total de producción de aves y cerdos.
Fuentes del sector estiman que los consumidores chilenos deberían pagar entre 20 a 25 por ciento más por el kilo de pollos y cerdos, una vez que se internalice el alza internacional.
Buenas perspectivas para el agro, un dolor de cabeza para los consumidores.
Argentina cambia trigo por maíz
El panorama de precios impulsará, según los analistas, un cambio en las siembras argentinas para el año agrícola 2012-2013. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que Argentina sembraría 3,6 millones de hectáreas de trigo esta temporada, 22 por ciento menos que la recién pasada.
En tanto, el Usda estima en el maíz los trasandinos tendrán una producción récord de 25 millones de toneladas, 4 millones más que la temporada 2011-2012. A pesar de los controles fiscales, los maiceros argentinos se beneficiarán del respaldo del gobierno de Cristina Fernández al uso de semillas transgénicas, más productivas que las tradicionales, ampliamente utilizadas en Chile.
Productores de cerdos en alerta
El sector más aproblemado por el aumento de los cereales es el de las carnes blancas. A ello tienen que agregar otro punto problemático, la posibilidad que la Comisión Antidistorsiones dictamine una extensión de la sobretasa que se aplica al maíz partido. Inicialmente, esa medida fue solicitada por los maiceros nacionales como forma de evitar el aumento de importaciones provenientes de Argentina, donde el precio interno es menor que el internacional debido a la intervención del estado trasandino.
"Estados Unidos y Argentina concentran alrededor del 80% de las exportaciones mundiales de maíz, insumo que representa el 60% de la dieta del cerdo. De perpetuarse una sobretasa arancelaria al maíz partido sólo se agudizaría aún más la situación de los pequeños y medianos productores porcinos, que ven reducidos sus márgenes tornándose cada vez menos competitivos", reclama Rodrigo Castañón, gerente general de la Asociación de Productores de Cerdos, Asprocer.

domingo, 24 de junio de 2012

LA ÚLTIMA DE LA FILA


LA ÚLTIMA DE LA FILA
Más de la mitad de los alumnos repite el grado cada año, allí donde los niños carecen de servicios públicos y de salud. Allí en la escuela Rural Oficial Rural del caserío La Peñita, de Chahal, Alta Verapaz, la última de la fila en calidad educativa.
Por: Susana de León sdeleon@elperiodico.com.gt
La Ceiba  Empresa De Planificación Y Gestión Territorial Municipal De Guatemala
La jornada en la escuela de La Peñita, en Chahal, Alta Verapaz, comienza a las 7:30 de la mañana. Dieciocho niños q´eqchis entran al aula, chicos de playeras agujereadas y niñas de cortes vaporosos y desteñidos. La mayoría calza zapatillas o botas de hule, otros van descalzos. Tienen el semblante de quien acaba de despertar.
En las paredes cuelgan carteles con las vocales, los números y trabajos hechos en clase. El piso de cemento, poco a poco, se llena de un lodo fino y pegajoso que obliga a caminar con cuidado. Entrada la mañana, el vapor de la lluvia de unas horas antes se empieza a escurrir en las ventanas de vidrio, las pocas quedan en sus marcos. Se cuela el sopor de un clima cálido-húmedo del noreste de Alta Verapaz.
El reto del día de esos 18 niños de primer grado de primaria es realizar 10 sumas. “Wib’ (2) más Oxib’(3)”, pregunta Ingrid Coc, su maestra. “Ob’ (5)”, resuelve uno de los chicos que rodean su escritorio. La respuesta se esparce como pólvora, y todos se alborotan, quieren corregir la respuesta que descubren tenían incorrecta. El único borrador sobrevuela por los aires cada 10 segundos. “Cada niño recibió un borrador en enero, pero lo perdieron”, explica Coc. Sin un estuche para guardarlo, a 5 kilómetros la librería más cercana, o, sin el Q2.50 para comprarlo, es comprensible.
Ingrid Coc y Juan, uno de los 16 alumnos que cursa primero primaria por segunda vez.

Esta escuela oficial rural ocupa el último lugar en rendimiento educativo, según el anuario estadístico 2010 del Ministerio de Educación (Mineduc). Después de dos días con este grupo de escolares se entiende bien porqué, las razones son muchas; es desnutrición, es falta de servicios… es pobreza. De aquel grupo de 18 escolares, 16 repiten el año. Es más, de los 72 niños inscritos el año pasado, 45 reprobaron.
Los cuadros Prim no mienten, el temible NP (No Promovido) se repite varias veces. Es imposible ignorarlo y preguntarse, ¿por qué? Estas son algunas de las respuestas encontradas al conocer el caserío La Peñita, de Chahal, Alta Verapaz.
Kilómetro 263
Según Humberto Ak´abalen este país pequeño todo queda lejos: la comida, la ropa, las letras”. La Peñita está lejos de todo: del casco departamental (63 km.), de la ciudad capital (263 km.), del listado de los 166 municipios prioritarios de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) –ocupa el puesto 105- y de la mente de todos los gobiernos. En 50 años nadie les ha proveído de agua, energía eléctrica, teléfonos, o un centro de salud, explica Víctor Tej, director de la oficina técnica de la Municipalidad de Chahal.
En papel está el proyecto con Deorsa, de llevar energía eléctrica a la comunidad. En la práctica solo un programa de gallinas ponedoras en el que participan 26 de las 44 familias de La Peñita. En general Chahal, su cabecera, carece de drenajes, no digamos de un médico del centro de salud al que acuden todas las comunidades.
La Peñita, fundada en 1962, tendrá el tamaño de la zona 11 de la capital, y la separan de la carretera principal, la Franja Transversal del Norte, unos 300 metros. Algunos cambios, apenas notan los pobladores: donde antes hubo un bosque tropical ahora hay palma africana, y en las partes planas, pistas clandestinas donde aterrizan avionetas por las noches.
El contexto social justifica el porqué del 50 por ciento del fracaso escolar”, explica Fernando Rubio, director de Reforma Educativa en el Aula de USAID. Eso ayuda a entender porqué en el área rural de Guatemala solo 3 de cada 10 niños terminan la primaria en los 6 años. Sin embargo esa relación es mejor que la de hace 20 años, cuando 5 de cada 100 terminaban en tiempo.
Los municipios con el mayor índice de fracaso escolar se encuentran en las zonas del altiplano y donde se habla un idioma maya, como Chahal, dice Rubio. Juan Tut, de 35 años, el alcalde auxiliar de La Peñita, estudió hasta segundo primaria. “Mis padres preferían enviarme a trabajar porque la escuela estaba muy lejos, a kilómetros”.
Solo primero primaria recibió la dotación completa de libros de texto.

De los 245 habitantes del caserío solo 5 mayores de 15 años saben leer y escribir. Todos fueron a la escuela, pero la deficiencia en calidad la arrastran desde 1962, cuando se asentaron.
La familia promedio de La Peñita consta de 10 miembros, su ingreso diario es de Q40, se alimentan de tamalitos de maíz, frijol, chile y café, los 3 tiempos, a veces 2. Trabajan sus tierras, parcelas de 15 manzanas, una labor en la que participa toda la familia, y en ocasiones trabajan en fincas cercanas. En días de siembra y cosecha, los niños no asisten a clases. Si alguien se enferma el médico más cercano se encuentra a 5 kilómetros, y solo está 2 veces por semana. No habiendo agua potable es frecuente que enfermen de diarrea por parásitos.
En otras palabras, los niños de La Peñita son pobres y con una nutrición deficiente que retrasa su desempeño, dice Mario Rodríguez, jefe del área de educación del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac).
Quién Reprobó En Realidad
“Cesáreo no va a venir por cuatro días”, explicó la acongojada madre a Ricardo Cucul, un maestro moreno de baja estatura, pero con altas expectativas para sus 8 alumnos de tercero, 11 de cuarto y 6 de sexto. “Mi esposo murió y él”, señaló al adolescente de 16 años, “se debe hacer cargo de las deudas de su padre”. Con las deudas se refería a pagar a sus vecinos en horas/hombre de trabajo realizado en su parcela.
Cesáreo es bajo de estatura (1.50 metros), viste una playera blanca y pantalón de lona. Sus ojos son expresivos y su voz es suave, él quiere ser maestro, una meta difícil de alcanzar considerando que ahora es el hombre de la casa.
En su aula conviven niños de 9 años y adolescentes de 19, todos reciben clases en q’eqchi’, comprenden español más que los alumnos de primero primaria. Ese miércoles recibieron Lectura, Matemática y Comunicación y Lenguaje. Cucul divide en tres el pizarrón de fórmica, uno para cada grado que atiende. “Cuando los profesores se enfrentan a estas condiciones, sus objetivos principales son la lectura, escritura y matemática”, dice Manfredo Sandoval, el coordinador técnico administrativo (CTA) del Distrito Escolar Chahal.
Existe una palabra que significa lo mismo en cualquier escuela: recreo.

Pero dejar a un lado materias como Formación Ciudadana representa desconocer la historia, la realidad, sus derechos y obligaciones. “Limita la visión crítica para convivir en sociedad”, asegura Aimée Rodríguez, coordinadora del área de estudios sobre educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Los retos aumentan para el maestro multigrado: libros que llegan incompletos, niños sin útiles y refacción escolar solo para enero. El abandono del Estado en los procesos educativos afecta a todos, pero es más dramático en el área rural, dice Mario Rodríguez, de Ipnusac. “Los procesos de aprendizaje se atrasan en estas condiciones y es culpa del sistema”, agrega.
Entonces ¿Quién reprobó acá: los maestros, los alumnos, los padres de familia? Ninguno, ellos son las víctimas. Si de deducir responsabilidades se trata, dicen los consultados, el culpable es el Estado que ha descuidado los problemas estructurales y no garantiza las condiciones mínimas. El Estado reprobó la materia.
Cambio De Planes
Ingrid Coc, la maestra de primero y sus 18 alumnos, tenía el futuro planeado al graduarse a los 18 años: algún día sería administradora de empresas. Pero la pobreza la obligó a cambiar sus sueños. Ella representa a los 19 mil estudiantes que se gradúan cada año, y a los 4 mil contratados por el Mineduc, según estimaciones de Rubio.
Coc tiene 24 años y 2 de ejercer el magisterio. Esta es su primera experiencia con un grupo de primero primaria, todo un reto considerando que 16 de sus 18 alumnos son repitentes. La literatura educativa dice que los maestros con más experiencia deben impartir los primeros grados. Además, saber el idioma del lugar y por lo menos haber vivido 3 años en la comunidad para crear una red de contactos y así conocer la realidad de sus alumnos, afirma Rubio.
Los 3 maestros de La Peñita estudiaron magisterio, para nada están enterados de la discusión (si se le puede llamar así) entre el Mineduc y los Institutos Normales en la capital. Sin embargo reconocen la importancia de la actualización a nivel universitario, algo a lo que no puedan aspirar con los Q2 mil 400 de sueldo que reciben.
Los maestros de Chahal ignoraban qué lugar ocupaba en calidad educativa su escuela, el último. Se sorprendieron. Justo hubo entrega de notas al segundo día en la escuela, la noticia pasó sin pena ni gloria para los padres de familia.
Los tres maestros de 24, 28 y 33 años reconocen las dificultades a las que se enfrentan, el idioma por ejemplo: son una comunidad q’eqchi’ parlante y los libros les llegan en español. Niños con una pésima nutrición, apenas y comprenden lo que leen, o sumar 3 más 2. Su escuela es la última de la fila.
Estos son los retos a enfrentar para hablar de calidad educativa en La Peñita y el resto del país.

sábado, 23 de junio de 2012

En Guatemala llueve suficiente, pero pocos cosechan el agua de lluvia


En Guatemala llueve suficiente, pero pocos cosechan el agua de lluvia
En algunas regiones del país, como Cahabón, Alta Verapaz, se llegan a perder cada año hasta 3 mil 860 milímetros de  líquido en el invierno.
Gestión y Planificación Territorial Municipal
La Ceiba cpentandrahotmail.com
Guatemala
Desde el período Preclásico Tardío, los mayas reconocieron la necesidad de acumular o conservar agua en grandes “aguadas”, como una forma de centralizar el poder. La arqueóloga Lisa Lucero, citada en el estudio Hidráulica, Ecología, Ideología y Poder: Nueva Evidencia y Teorías en el Sur de Petén, explica cómo mediante el control del agua, esta civilización alcanzó su época de oro.
Las “aguadas” eran una especie de piscinas, excavadas en la tierra, recubiertas con piedra, donde se acumulaba agua de lluvia que luego se distribuía a través de canales en casas o palacios. Era utilizada en tiempo de sequía.
La práctica continúa hasta hoy en Petén, pero el líquido está destinado prácticamente para que beba el ganado, explica César de La Cerda, ingeniero agrónomo de la Dirección de Infraestructura Productiva del Ministerio de Agricultura. “Las aguadas no son más que hoyos en la tierra donde se cosecha lluvia”, indica.
En los años ochenta, el Gobierno promovió la construcción de embalses para aprovechar el invierno, agrega el experto. “El líquido se utilizó principalmente en proyectos de minirriego y en animales”, dice.
Saúl Pérez Arana, asesor técnico de la Unidad de Lucha contra la Desertificación y Sequía del Ministerio de Medio Ambiente y experto en cosecha de lluvia y gestión de recursos hídricos, comenta que en el país existe poco interés en promover la práctica para uso humano. “En 1989, con en el apoyo de la FAO se instalaron cisternas artesanales en Jutiapa, pero no se le dio seguimiento al proyecto. Después se elaboró el plan Lluvia 90-95, en busca de soluciones a la escasez de agua, en el llamado Polígono de Sequía (Corredor Seco), pero nunca se echó a andar. No hubo interés, ni financiamiento, ni apoyo internacional”, añade.
Para implementarlo se requería entonces, Q125 millones. “En esa época calculamos el área afectada por la sequía en unos 14 mil kilómetros cuadrados ahora superan los 53 mil”, indica. El plan habría mitigado el fenómeno, asegura.
Quita la sed
Corre el mito de que el agua de lluvia no quita la sed, señala Pérez Arana. “Pero esto no es cierto”, afirma. También de que es líquido contaminado. “Tampoco”, asegura. “El agua de lluvia es de las más puras”.
De La Cerda, en tanto, comenta que en algunas ocasiones no resulta recomendable utilizar el líquido de las primeras precipitaciones pluviales. “Se le llama lluvia ácida y está contaminada con partículas del ambiente”, dice.
Sin embargo, los dos coinciden en que la calidad del líquido puede durar entre ocho meses a un año si se almacena en tinacos, toneles, embalses, depósitos o recipientes sellados y lejos de los rayos del sol. “Filtros y cloro garantizan la pureza de la misma”, agrega De La Cerda.
En las áreas residenciales de la capital aunque existe poco interés en cosechar agua de lluvia, algunos han instalado depósitos en sus casas para aprovecharla. En las marginales o la periferia de la ciudad, en tanto, es común observar toneles o recipientes al aire libre que utilizan en la cocina, aseo mínimo y limpieza.
Según los expertos, las empresas constructoras deben incluir en la planificación de los proyectos este tipo de sistema de almacenamiento.
De la provincia también citan algunos ejemplos como el de Comapa, Jutiapa. En este municipio, hace 25 años, el Gobierno de turno instaló cisternas rústicas que en la actualidad pueden observarse en algunas casas. Ever William González, originario del lugar, explica que se promovió el sistema por la falta de agua en la comunidad. “Teníamos un grave problema. Por eso comenzamos a captar la lluvia, para paliar la crisis”.
En esa época González trabajaba como extensionista agrícola del Ministerio de Agricultura y su trabajo consistía en promover este sistema en las 14 comunidades del municipio.
Hoy, utiliza agua de lluvia para riego, abrevadero de ganado y uso doméstico. Prefiere comprar agua embotellada para consumo humano. Sin embargo, advierte, que con hervirla puede satisfacer esta necesidad.

Uso escolar 
>En 2011, los ministerios de Medio Ambiente y Educación promovieron la práctica en 46 escuelas localizadas en Huehuetenango, Quiché, Chimaltenango, Jalapa y Baja Verapaz, entre otras. Antes de que funcionara el sistema, los estudiantes tenían que cargar a diario un galón de agua.

domingo, 3 de junio de 2012

LOS VÁSQUEZ DE TOTONICAPÁN


LOS VÁSQUEZ DE TOTONICAPÁN
Ellos se rigen por un sistema tan antiguo como Mesoamérica, y les funciona. Un sistema en el que todos ponen, todos hacen, y en el que, como ellos dicen, no esperan a “papá gobierno” para solucionar sus problemas. Ellos son los habitantes de Vásquez.
Por: Susana de León • sdeleon@elperiodico.com.gt
Leímos Para Usted: Empresa La Ceiba,
Gestión Y Planificación Territorial Municipal
En Guatemala. cpentandra@gmail.com
A secas, Vásquez, como se llama la comunidad en el kilómetro 176 de la carretera Interamericana, en jurisdicción de Totonicapán. En la entrada se ve una inusual estampa, la de dos mujeres que suben y bajan una talanquera para permitir el ingreso. “Son dos quetzales”, piden. Propios y extraños pagan esa cantidad, y vale por todo un día de entrar y salir las veces que sea, claro, si no pierden la contraseña.
Allí las cosas funcionan, según sus propias normas. “No necesitamos tocar las puertas de papá gobierno para ver cambios”, de eso se ufanan su pobladores. ¿Pruebas?, la gestión y construcción de 4 nuevos kilómetros de carretera, 8 escuelas primarias, 2 secundarias, 2 academias de computación y carreteras sin basura.
La comunidad tiene más de 3 siglos según los títulos de propiedad que atesoran las autoridades locales.

A 2 mil metros sobre el nivel del mar el abrigo no es opción, es una norma, en especial si se trata de un lugar cual mote es “Alaska”. Vásquez es tan alto que hasta las nubes se pasean por la carretera y sus bosques, “como las ovejas que guiaron antes los primeros pobladores”, compara Roberto Vásquez, alcalde comunal del período pasado.
Los vasquences o tziles, pastor en k’iche’, se rigen por un gobierno local tan antiguo como los primeros habitantes de Mesoamérica. Y efectivo como la medicina natural, comparan. Allí todos se apellidan Vásquez, “haciendo a un lado uno que otro intruso, todos somos Vásquez”, bromean. Por eso en esta nota los pobladores entrevistados serán citados por su nombre de pila.

La Faena

Los domingos son días de faena, así ha sido siempre o al menos desde que Roberto tiene memoria. Desde las 4:00 de la mañana el pregonero, un hombre con tambor de cuerno de venado y baqueta de palo blanco, recorre los 12 caseríos vasquences. “Es para recordarle a los vecinos su compromiso”, dice.
Las tareas son diversas: desde limpiar la carretera y reforestar el bosque, hasta recorrer la aldea para revisar los mojones que marcan los límites con otras comunidades. Una actitud comprensible si se toma en cuenta la costumbre k’iche’ de defender el territorio a capa y espada, explican los antropólogos, y recuerdan los incidentes suscitados donde sus vecinos de Argueta se han ido a los golpes.
Todos los miembros de las más de mil familias participan en las actividades las cuales son obligatorias, y si no, se atienen a la sanción que recae sobre el mayor de la casa: multas, encierros y turnos extras de trabajo. Pero eso casi nunca sucede porque para ellos incumplir significa una falta de respeto. “Entre los k’iche’s es un asunto de responsabilidad, en especial cuando se trata de un servicio para el bien común”, indica el antropólogo noruego Stener Ekern, en el estudio, Para entender Totonicapán: poder local y alcaldía indígena.
 A partir de las 6:00 de la tarde se baja la talanquera y nadie puede entrar a la aldea.
“Verá, aquí son consideradas adultas las personas casadas aunque tengan 15 o 16 años”, cuenta Daniel Batz, vocal de la junta directiva comunitaria. Cuando el vasquence es mayor de edad, 18 años, puede optar a algún cargo en la junta directiva de la alcaldía indígena o de la Asociación de Miembros de la Aldea Vásquez. “Todo un honor considerando que muchas veces los gobiernos locales tienen mayor peso comparados con las autoridades municipales”, explica Mario Sosa, antropólogo social e investigador del Instituto de Investigaciones y Gerencia Pública (Ingep).
Su organización es tan antigua como la época de la conquista, explica, y desde entonces conservan el k’axk’ol o sacrificio en k’iche’, es decir el trabajo ad honórem realizado durante un año. Los 24 miembros de la junta directiva y los 56 representantes de los 12 cantones, se encargan del cuidado de los edificios educativos y la refacción escolar; en tanto los representantes de la aldea en la cabecera municipal, laboran en el balneario de agua azufrada, los alguaciles, guardabosques, del centro cultural, fontaneros y el hombre del cementerio. Esa es la faena.

Una Familia Extendida

El camposanto de Vásquez es distinto a los coloridos cementerios de otras comunidades indígenas. En ese lugar, el blanco y el gris predominan sobre las tumbas; es por respeto, explican. El 1 y 2 de noviembre se organizan 15 pobladores para evitar la entrada de personas en estado de ebriedad, aparatos de sonido, e incluso, de que los celulares estén apagados. “Todo por el respeto a nuestros antepasados”, explica Roberto.
Los antepasados, dice, los primeros Vásquez. “Las comunidades totonicapenses se dividen en clanes, por eso es común encontrar varias personas con el mismo apellido en un solo sitio”, explica Sosa, el antropólogo. Vásquez ocupa alrededor de 800 hectáreas de terreno, el tamaño de Antigua Guatemala, compara Mynor Pérez, director regional de Occidente del Instituto Nacional de Bosques (Inab).
Alrededor de la carretera se divisa un conjunto de casas de moderna fachada de una y dos plantas, la arquitectura de la remesa. Hay poco más de mil vasquences viviendo en Estados Unidos, según el censo de la alcaldía indígena. Pero no faltan las construcciones de adobe adornadas con flores y enredaderas donde las mujeres al frente de la misma tiñen los hilos para urdir sus cortes.
En Vásquez tienen contado y censado todo: 7 de cada 10 pobladores cuenta con electricidad, teléfono celular y luz; 9 de cada 10 niños asiste a la escuela; el promedio de hijos por familia es de 5. Sin un censo, saben y repiten, no sabrían cómo trabajar. “Cuando los niños tienen calentura o tos”, las enfermedades más comunes, según Víctor Vásquez, alcalde comunitario, “se acercan al centro de convergencia que hace las veces de clínica, pero la mayoría prefiere la medicina natural”.
Según la Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conasan), en el municipio de Totonicapán 6 de cada 10 menores de 5 años padece desnutrición crónica. Sin embargo comunidades como Vásquez rompen esquemas. “Entre ellos son muy solidarios y no permiten que el vecino pase hambre”, conoce Sosa. Durante el recorrido por la aldea, saluda a Roberto un chiquillo de 12 años que no superaba la talla de un niño de 6: “Estamos viendo a dónde referirlo porque sus padres son alcohólicos, y mire el tamaño que tiene”.

Propiedad Comunal

Si Vásquez fuera un reloj, sus engranajes, los pobladores, valga la comparación, funcionarían a la perfección. Los guardabosques, uno de esos engranajes, protegen el “recinto sagrado del agua”; talar un árbol se sanciona con una multa de Q15, les quitan su machete –importante para ellos– y realizan un turno extra de trabajo en la comunidad. El bosque es una zona de recarga hídrica por encontrarse dentro de la cuenca del río Salamá, explica Mynor Pérez del Inab.
Al bosque solo entran los pobladores y quien logre ganarse la simpatía de las autoridades. Con ojos capitalinos estar allí es como una Navidad perenne por las especies de pinabetes y musgos que alberga. Pero tan valorado como los árboles son los nacimientos de agua allí.
Vásquez es un sitio donde la naturaleza y su organización lograron aminorar los impactos de la pobreza, según los antropólogos que la conocen. “El esfuerzo comunitario para construir la autonomía es de admirar”, resalta Victoria García, de la Universidad de Lovaina, Bélgica, socióloga que ha trabajado en comunidades de Totonicapán. Pero más importante, dice, sería contar con más presencia del Estado para realizar nuevas actividades productivas para su desarrollo.
Las dos mujeres de la talanquera enfundadas en gruesos suéteres esa mañana de lunes, probablemente estarán mañana preparando la refacción de la escuela. Pasado, ocupándose de sus hilos y sus telares, y al día siguiente, de vuelta a otra actividad comunitaria. Así transcurren los días para ellas y los demás tziles en Vásquez.

4 mil  los habitantes de Vásquez, según estimaciones de la alcaldía local.
"El manejo local del bosque aminora los impactos de la pobreza”.
Mario Sosa, Antropólogo e investigador del Ingep.
"En Totonicapán la palabra ‘política’ se utiliza de forma despectiva. La militancia en un partido político es mal visto por el gobierno local”.
Stener Ekern, Antropólogo noruego.