sábado, 26 de mayo de 2012

“Pareciera ser que la cultura guatemalteca es la de la confrontación”


“Pareciera ser que la cultura guatemalteca es la de la confrontación”
Elmer López, titular de la Secretaría  de Asuntos Agrarios (SAA).
Por: Beatriz Comenares
Leímos para usted: La Ceiba Gestión y Desarrollo Municipal
El gobierno de Otto Pérez Molina lanzó, días atrás, el plan para activar la política nacional de desarrollo rural, convenida en la administración anterior. De inmediato, varias críticas se suscitaron. El Secretario de Asuntos Agrarios se refiere a ellas.
¿Cómo superar la oposición expresada por grupos campesinos?
– Para eso es necesario entender las razones detrás del descontento. El sector estuvo involucrado, durante una década, en el proceso de diálogo que derivó en la suscripción del Acuerdo Gubernativo 196-2009, en julio de ese año, en el que se establece la política de desarrollo rural integral, la cual no avanzó a pesar de que el anterior gobierno tuvo año y medio para arrancarla.
¿Qué hizo falta?
– Nuestro análisis nos lleva a creer que la administración del presidente Álvaro Colom no contaba con las capacidades institucionales o políticas para implementarla. Además, y a pesar de que siempre estuvo vigente la mediación, se cedió irresponsablemente a ciertas demandas. Aunque el entonces ministro de Agricultura (Alfonso de León) hizo algunos intentos para que el Acuerdo cobrara vida, lo que incluyó reacomodos en la cartera y contratar asesores, no se hizo nada en concreto.
¿Qué opinan los grupos campesinos de ello?
– Yo les he escuchado decir a algunos líderes que todo fue una trampa. Sin embargo, cuando este gobierno asumió el poder tenía dos caminos: retomar el trazado o empezar de cero. Optamos por lo primero, debido a que su mayor fortaleza son los diez años de diálogo. Importante aclarar que, en su momento, solo se consensuó con los grupos campesinos y se dejó fuera a los empresarios, quienes también tienen que ver con el quehacer rural. De todas formas, era necesario activar la política. Tener aprobado un acuerdo gubernativo no significa nada.
¿Cuál es el proceso que se ha seguido en ese sentido?
– Este gobierno la adecuó estratégicamente, para hacerla viable.
En esta discusión, ¿dónde cabe la deuda agraria que el sector campesino pide que se condone?
– Esta es el producto de errores cometidos por diversos gobiernos. El campesino, hoy, además de garantizarse su canasta básica vital, debe pagar una deuda. Fontierras otorgaba parcelas y daba subsidio para adquirir activos que la hicieran productiva. Sin embargo, muchos optaron por emplear este dinero en pagar la parcela y garantizarse su propiedad, pese a que la tierra, por sí misma, no soluciona nada. Hoy, es preciso asumir estas equivocaciones.
¿De qué manera?
– No repitiendo procedimientos errados. Le cito otra modalidad cuestionable: el traslado de comunidades campesinas a fincas productivas. La meta de cualquiera es sacarle rentabilidad a la tierra en el menor plazo posible. Pero si nos referimos a grupos que primero deben subsanar otras necesidades vitales como vivienda, agua, luz, escuela, centro de salud, iglesia o carretera, la lógica no aplica. Estas personas pueden invertir años en reconstruir su comunidad. Lo económico productivo queda marginado ante necesidades urgentes. Algunos casos son lamentables.
¿Cómo cuáles?
– El de la Finca Pretoria, ubicada en las faldas del Volcán de Pacaya, el cual se encuentra bajo análisis en esta secretaría. Hacia ese lugar se trasladó, hace casi 10 años, a una comunidad de Todos Santos Cuchumatán. Sin embargo, solo el 40 por ciento de la tierra adquirida es cultivable. El resto se trata de grandes rocas donde no se puede hacer nada. En otros casos, las propiedades se vendieron con un enorme sobreprecio. La situación da cólera y tristeza, especialmente si se toma en cuenta que ello ocurrió dentro de una instancia –el Consejo Directivo de Fontierras– en el que todos los sectores tienen representación. Es difícil comprender cómo se permitió la adquisición de estas fincas.
¿Hay conciencia de estos errores entre los grupos campesinos?
– Ellos concentran su atención en que se condone la deuda. Para tal cosa, Fontierras propone analizar cada proceso cuestionable, que son menos de cien, y establecer cuáles fueron las fallas cometidas, la manera de enmendarlas y la forma de resarcir a quien haga falta. Pero el Presidente, en la reunión del martes, aseguró que esto no resuelve el problema: no soluciona ni alivia la pobreza. Es importante ir más allá e invertir en estas familias para que cuenten con servicios básicos y se conviertan en unidades económicamente productivas.
No solo los campesinos adversan la política de desarrollo rural. La Cámara del Agro también presenta objeciones. 
– Pareciera ser que la cultura nacional es la de confrontación. Nosotros tenemos una visión a favor de los derechos de los campesinos, y ellos nos acusan de clientelares. El mismo argumento utiliza el sector privado. Yo creo que, en el caso de  la Cámara de Agro, ve con desconfianza cualquier instancia que los saque de su zona de confort. Nuestra propuesta está enmarcada en ley.
Camagro argumenta que contiene inconstitucionalidades.
– Nosotros les pedimos a los técnicos revisar cada acción para no salirse del marco legal. En la Constitución, el bien común está plasmado como ideal a perseguir, y cuando Camagro argumenta que este concepto es ideológico, pues es entonces la Carta Magna la revestida de ideología. No hemos sabido aprovechar todas las herramientas que la Constitución otorga. Nuestro marco legal nos permite soñar con un país mejor. Pero si se avanza un poco, se nos acusa de estar violándolo. Ese no es el caso.Conceptos como acceso a tierra en forma gratuita generan dudas y temor.
Cuando Óscar Berger fue presidente, en esta secretaría se creó la Unidad de Atención de Crisis, como consecuencia de un problema de invasiones en Retalhuleu. En ese entonces, se firmó un compromiso para dotar de tierra, gratuita, a 900 familias campesinas. Se cumplió con 300, pero las 600 restantes siguen reclamando, documento en mano, por lo prometido. Durante la administración de Colom, la situación volvió a darse en la Sierra del Lacandón y en el Valle del Polochic. En más de 200 casos los gobiernos ofrecieron tierra, pero no existe el mecanismo para otorgarla sin cobros.
¿Qué hacer entonces?
– Poner en marcha un engranaje que lo permita y asumir los errores para evitar la acumulación de conflictos. Quienes protestan hoy recibieron ofrecimientos de tierra gratuita en el pasado, pero ello no está contemplado en Fontierras. La política agraria tiene que desarrollar los canales correspondientes para cumplir con estos compromisos, quizá desde la Unidad de Atención de Crisis de esta secretaría. Los fondos asignados para el fin deben manejarse con total transparencia y en forma sostenible. Lo repito: dar tierra no es suficiente si esta acción no viene acompañada de estrategias que saquen a la gente de la pobreza.
¿Es necesario crear un Ministerio de Desarrollo Rural?
– Cuando Guatemala retomó el rumbo democrático en los ochenta, en el mundo se abogaba por el adelgazamiento del Estado. En este país desaparecieron varias instituciones que trabajaban el tema rural. Los colegas agrónomos recuerdan con nostalgia a Digesa, Bandesa y otras que atendían al sector campesino. Pero como la necesidad seguía existiendo se crearon nuevas unidades, bajo una óptica más empresarial, con mayor autonomía y argumentando que iban a funcionar mejor. Surgen entonces, entre otros, INAB, Ric y Fontierras. Sin embargo, ocurrió lo mismo que con las computadoras: el disco duro se fragmentó y se hizo inoperante. Igual pasa con la institucionalidad. Es importante “desfragmentar”, articular los pedazos en espacios cualitativamente diferentes, para poder, con eficiencia, fomentar el desarrollo. Esta cohesión y coherencia solo puede alcanzarse con el establecimiento de un ministerio. No es suficiente una comisión presidencial.
¿Cómo promover los encadenamientos productivos en el agro?
– Al encadenamiento productivo se le considera la “magia” que llevará el desarrollo al campo, pero este depende de la capacidad excedentaria del agricultor, y el 90 por ciento de la población rural no la tiene. Nuestra meta es que el 20 por ciento la llegue a alcanzar en el corto plazo, como parte de un sistema que abarca otros aspectos.
¿Qué otros elementos incluye?
– Hoy por hoy, la economía campesina no puede vincularse con cadenas productivas, por deseable que sea. El mercado va a sacarla de la situación en la que está y es ahí donde el Estado tiene que velar para que se lleven a cabo transformaciones en el área rural. Eso sí, los esfuerzos no pueden estar relacionados únicamente con políticas sociales: si estas sobrepasan los dos años se constituyen en asistencialismo, y si superan los cinco, originan dependencia. El campo debe producir alimentos, con lo cual se garantiza la seguridad estratégica y la soberanía. La siguiente meta es nivelar las condiciones de vida con las de la ciudad. La economía campesina puede generar valor.
¿De qué manera?
– Produciendo alimentos, en una primera instancia, para consumo y nutrición de la familia campesina. Ello eleva a toda la sociedad y la dota de mejores capacidades. Es aquí donde esta política se integra al Pacto contra el Hambre. Pero nosotros no estamos apostándole solo a esta grada inicial, sino a la siguiente: la generación de excedentes dirigidos a la economía urbana del país.
¿Cómo atraer inversión al agro?
– Es necesario diversificar los ingresos en el campo. Al lograr que el sector genere excedente, el camino está allanado. Sin embargo, es preciso solucionar, antes a los problemas de conflictividad que alejan cualquier posibilidad de invertir.
La política planteada le da prioridad a que la mujer tenga acceso a la tierra. ¿Por qué?
– En el área rural, es el hombre quien tradicionalmente cuenta con el título de propiedad. Si abandonan el hogar, su familia lo pierde todo, lo cual no ocurriría si la mujer fuera la dueña de la tierra. Por otra parte, está demostrado que ellas tienen mayor capacidad productiva y administran los recursos de mejor manera. Un tercer elemento a tomar en cuenta es la migración. Son cada vez más frecuentes los hogares en que son mujeres las cabezas de familia porque los esposos se han ido.
En el Congreso se discute desde hace mucho la Ley de Desarrollo Rural. ¿Cuánto se complementa con esta política?
– La única manera de lograr transformaciones es por medio de una ley, lo cual garantiza su trascendencia hacia futuros gobiernos. Esta política, por tanto, tiene que enriquecer las propuestas ya presentes en el Congreso, como la 40-84. Todos debemos de sentir como propios los cambios necesarios para transformar al país, incluso los grupos más radicales de ambos lados del espectro político.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Desarrollo rural: los desafíos en Guatemala


Desarrollo rural: los desafíos en Guatemala
Las perspectivas y las preguntas que se plantean ante el reto.
Por: Pedro Prado/ASÍES
Recientemente se llevó a cabo en La Antigua el Seminario: “Desarrollo rural en América Latina: preguntas, perspectivas y desafíos”, organizado por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) con el apoyo de Asíes. Su objetivo fue “ofrecer un espacio de reflexión y debate sobre las tendencias y retos de desarrollo rural que enfrenta la región en la actualidad, y el papel que distintos actores pueden jugar en su abordaje”.
Coincidió con el lanzamiento de la Estrategia Gubernamental para el Impulso del Desarrollo Rural que fue presentada por Adrián Zapata. Es importante que la actual visión oficial del desarrollo rural reconozca su complejidad, porque trasciende entre otros a campos como la certeza jurídica, la sostenibilidad ambiental, la competitividad y la multiculturalidad. Si este abordaje se realiza de una forma coordinada, no solo desde las instancias del Gobierno sino con los actores sociales involucrados, puede constituir una oportunidad de crecimiento económico que se traduzca en menor conflictividad social e incremento del bienestar de la población. 
Se trató el papel que han jugado los programas de transferencias monetarias condicionadas, los cuales se han realizado en varios países de América Latina. Estos han contribuido a que las políticas públicas enfocadas a reducir la pobreza sean más progresivas y, como se señaló, han permitido una comunicación directa entre el ciudadano y el Estado que debe considerarse como un avance importante. 
Según se comentó, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo; sin embargo, es alentador que durante los últimos años se ha reducido más esa desigualdad que en otras regiones. Así también fue objeto de análisis el tema del gasto público, en donde el corriente sigue siendo más que el de inversión, lo que constituye una limitante para las inversiones públicas productivas canalizadas al desarrollo rural. Se resaltó la necesidad de una evaluación constante del gasto público, lo cual está ligado al tema de una administración pública medida por resultados. Todo esto llama a la reflexión para mejorar la planificación y ejecución presupuestaria.
Las experiencias internacionales que conocimos acerca del desarrollo rural, relacionadas con instrumentos financieros como el microcrédito, resaltan la necesidad para Guatemala de una Ley de Microfinanzas que permita el desarrollo de los instrumentos financieros necesarios que empujen las economías locales. 

FONDOS ¿SOCIALES?

FONDOS ¿SOCIALES?
Evidentemente, el concepto original de un fondo social fue el de dar atención a comunidades que sobreviven en el abandono de un Estado que no se preocupa por voltear a ver a los ciudadanos con mayores requerimientos para poder salir del subdesarrollo y la pobreza.
Lastimosamente, como es costumbre en Guatemala, se hizo tal vuelta a dicha función hasta que se han convertido en el centro de negocios de funcionarios, organizaciones no gubernamentales y empresas que se han dedicado durante años y administración tras administración a obtener miles de millones de quetzales a cambio del mantenimiento de la pobreza, el abandono y el subdesarrollo de nuestros ciudadanos. Obviamente, fines distintos para los que fueron creados.
El trastorno de los fondos ha sido tal que se ha llegado a comentar cómo en algunos casos se planifica en torno a los recursos y no a las necesidadesHay una “broma” de un funcionario que pidió la construcción de un puente y que “ya luego nos preocupamos de encontrar el río” y el peor degenere de ellos fue cuándo a la oscura y maliciosa forma de manejar el dinero, se le agregó la manipulación política para que el hambre y las demás necesidades de la población, fueran utilizados para obtener votos.
Es importante evaluar cómo es que han sido utilizados los fondos, en qué ha parado cada uno de ellos y la capacidad de fiscalizarlos. Simplemente, nos daremos cuenta que es escandalosa la relación de la inversión con el resultado. Ahora, con la creación del Ministerio de Desarrollo Social, se debe hacer la tarea que está pendiente: Garantizar y permitir que se fiscalicen los fondos y que las decisiones que se tomen, sean verdaderamente para atender las necesidades de una sociedad que, en su mayoría, lidia con la pobreza y la pobreza extrema.  Si el Ministerio no termina en eso, se repetirá la historia del fracaso.
Pero no nos debemos escandalizar ahora. Durante gobiernos y años hemos sido testigos de cómo es que los famosos “Fondos” han sido utilizados como dos cosas: Plataformas políticas y caja sin fin para los negocios.  Hemos sido oyentes de los escándalos en el manejo de la plata que, en algunos casos por miles y en otros por millones, han sido saqueados o “tranzados” desde esas oficinas. Y vuelve a ser momento de decir “no más”.
Pero para ello es importante que recordemos que no habrá funcionario público, personero de ONG ni empresario que haga contratos cochinos con estas entidades que detengan sus prácticas, mientras no sientan que ya “no se puede” seguir cometiendo esos abusos, porque las instituciones de fiscalización y justicia los perseguirán y porque la ciudadanía está lista a condenarlos por sinvergüenzas.
Repetimos que debe tomarse en consideración cómo fue la transformación de los fondos y colocar los controles necesarios en la formación del Ministerio con el fin de evitar que se repitan los vicios.

domingo, 13 de mayo de 2012

Los hijos de la ejemplar Aldea Carmelita


Los hijos de la ejemplar Aldea Carmelita
El municipio más grande de Centroamérica alberga una comunidad próspera, al norte, en medio del bosque tropical. Carmelita es una de las aldeas mejor organizadas de Petén, y un modelo de desarrollo reconocido más allá de las fronteras.
La Ceiba, Empresa de Planificación Municipal
Por: Susana De León • sdeleon@elperiodico.com.gt
Carmelita tiene 87 años y es dueña de 53 mil 797 hectáreas de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), un área semejante al departamento de Sacatepéquez. Sus herederos son 374 pobladores que llevan en las venas sangre mexicana, resultado de la cercanía con la frontera azteca, “a 35 kilómetros que se recorren en dos días a lomo de bestia”, dicen. Son protectores de los recursos naturales del bosque, su mayor proveedor.
Parece la descripción de una abuela que supo cultivar en sus nietos el valor del trabajo y la solidaridad, pero Carmelita es una de las 37 comunidades dentro de la RBM. “De las más organizadas y la única que conecta a los aventureros con el lugar más antiguo de Mesoamérica, el Reino Kan”, asegura Mario Contreras, alcalde de San Andrés, Petén.
Su municipio es el más grande de Centroamérica, según la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), y con más bosque –93 por ciento es área protegida.
Es lugar de xateros o cortadores de xate, la palma empleada en floristería. Pero también una zona codiciada para la explotación maderera, la extracción de petróleo e invasores de terrenos por la riqueza natural, asegura Manuel Osorio, uno de los 30 que luchó por obtener la concesión del área, y cofundador de la Cooperativa Carmelita, en el campamento chiclero convertido en aldea.
Poner de acuerdo a 75 familias no fue tarea fácil, pero lo lograron. Los resultados saltan a la vista: 8 muchachos becados, hoy maestros de la escuela; 15 guías turísticos, una telesecundaria, y 184 asociados. Carmelita es tomada como ejemplo en Francia y países de Sudamérica, y el mérito es solo de sus habitantes.
A la sombra del pucté
A Carmelita, ubicada a 565 kilómetros de la capital, primero llegaron los aviones que los automóviles en los años cuarenta y ochenta, respectivamente, cuenta Contreras, el alcalde de San Andrés. 
A la orilla de una improvisada pista de aterrizaje las 75 casas de los pobladores se alumbran con lámparas de queroseno y candelas. Parecen luciérnagas perdidas en la inmensidad del bosque. Solo cinco familias cuentan con planta eléctrica. Las aguadas y pozos surten de agua a todos; de drenajes y tuberías ni hablar, cada casa tiene su fosa séptica.
“El sitio se asentó en 1925 como campamento chiclero. El fundador fue un mexicano llamado Atilano Cámara, quien tenía una hija, Carmelita, y tanto querían los trabajadores al patrón que nombraron el campamento en honor a la niña”. Esa es la historia contada por los pobladores de más edad. Ochenta y siete años después los techos de palma y troncos fueron sustituyéndose por láminas, tejas de barro, cemento y tablas.
Manuel Osorio, de 57 años, tiene decenas de anécdotas de años más recientes. “En los sesenta, los traficantes mexicanos de pieles, compraban a Q5 el pie de lagarto y tigre, una fortuna considerando que entre Q1.25 y Q1.50 se ganaban por cortar de 35 a 50 gruesas (70 palmas por paquete) de xate al día”. Y sin la opción de llegar a un acuerdo, como ahora en la cooperativa que otorga una cuota o mensualidad a sus familias.
A la luz del mediodía un mono se balanceaba en la copa de un árbol de pucté que cubría la fila de matas sembradas por la cooperativa para recuperar el área podada semanas atrás. Un compromiso que la comunidad aceptó hace quince años. Un compromiso, algo en lo que Ana Centeno no creía, “porque el bosque se va a terminar”, pensaba en 1995; menos en participar en una cooperativa. Cinco años antes el Conap había declarado reserva natural y área protegida a 5 municipios del norte de Petén, San Andrés entre ellos. Osorio y otros 30 pobladores buscaron la concesión de mil hectáreas de la RBM, movidos por el entusiasmo de Carlos Catalán, un líder comunitario de 30 años. “Hoy tendría 57”, dice con un dejo de tristeza. A Catalán un vecino inconforme con la idea le arrebató la vida disparándole por la espalda.
El líder asesinado alcanzó a enterarse de que habían obtenido la concesión en 1997. Los beneficios logrados por la comunidad, esos ya no los vio. Centeno, en cambio, la que no creía, sí. Ella vio y creyó. “Fueron las becas para los niños, el equipamiento del centro de salud, el trabajo para las mujeres y el mantenimiento del bosque los que me convencieron”.
LA COOPERATIVA
Centeno es bajita, de cabello ensortijado. Sus ojos redondos expresan entusiasmo cuando habla de su trabajo en la cooperativa, se encarga del control de calidad del xate que exportan a la empresa Continental Floral Greens, de Texas, Estados Unidos. “¿Es posible que una mujer con solo primero básico y siendo cocinera llegue lejos?”, se pregunta Centeno y se responde llevándose las manos al pecho “sí es posible, yo lo logré”.
De exportación se empezó a hablar 8 años después de recibida la concesión. Según datos de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), en 2011 sus exportaciones alcanzaron los US$206 mil 810. En 2007 ella y la junta directiva viajaron a Brasil a presentar el modelo de desarrollo que propone la cooperativa: “un proyecto manejado por la comunidad, para la comunidad, que genera empleo al 80 por ciento de los habitantes”. 
El caso de Carmelita es conocido en países como Ghana, Nepal y Francia gracias a organizaciones como Right and Resources Initiative que aglutina iniciativas forestales en Asia, África y América Latina. Y Agter, con sede en Francia. Los sitios de Internet de ambas presentan el esfuerzo de los 184 asociados como un caso ejemplar y un modelo a seguir.
Explican cómo rotan el cultivo de xate sin generar presión al bosque en las 43 mil 152 hectáreas que trabajan (no tocan 10 mil 645) en 50 campamentos nombrados según hechos o fechas relevantes al momento de asentarlo, como “Noche Buena”, en diciembre o “El quebrado” porque un xatero se fracturó, explica Gustavo Pinelo, coordinador de Rainforest Alliance, ONG que ha brindado asesoría técnica a la comunidad.
Los campamentos tienen doble propósito: en ellos viven los xateros durante dos meses, y atender a los turistas que se dirigen al sitio arqueológico El Mirador. En 2011 recibieron 2 mil 500 visitantes, atendidos por los 15 guías de la aldea. “Estamos certificados por el Inguat, el Intecap, Wildlife Conservation Society y Counterpart International”, dice orgulloso Carlos Crosborn, el actual presidente de la cooperativa.
Crosborn, de 27 años, pertenece a la nueva generación de líderes que la aldea cosecha. Es uno de los 8 maestros becados que retornaron a la comunidad para organizar y dirigir la escuela. “Los jóvenes de la aldea tienen dos opciones: marcharse a las cabeceras municipales a ocuparse en algún oficio o trabajar dentro de la cooperativa, extrayendo madera o cortando xate. Pero queremos que se preparen, que se formen y luego regresen, necesitamos médicos, abogados, administradores de empresas e ingenieros”.
En la comunidad
En Carmelita los niños no se enferman, aseguran las mujeres de la aldea. Es la dieta, comentan: frijoles, hierba mora y pescado. Y un medio ambiente limpio. “Pero si alguien necesita una operación o un tratamiento mayor, acude a la cooperativa y allí el picop lo llevará al hospital más cercano”, explica Centeno. Si alguien es mordido por una serpiente cuentan con dosis del antídoto, incluso cuando trabajan en el bosque. Por lo demás Carmelita duerme con ventanas y puertas abiertas.
¿Cómo se divierten en Carmelita?, les gustan las telenovelas. “La famosa Eva Luna nos tuvo en ascuas durante 100 capítulos a todos”, cuenta Bayron Hernández, un técnico forestal de Carmelita. No se la perdieron en sus  4 días de descanso tras 10 días continuos de trabajo.
Los habitantes de Carmelita ven hacia atrás y se sienten satisfechos por el camino recorrido. Pero tienen su lista de pendientes: un proyecto de energía eléctrica, fortalecer las ventas de xate y madera, y mejorar los servicios de turismo.
Allá donde las actividades cesan a las 6 de la tarde, las lámparas de querosén alumbran como luciérnagas en la noche en medio del bosque, donde las puertas no se cierran con llave, donde la narcoactividad no molesta a sus habitantes. Y el único tránsito que existe es el de las bandadas de aves al sobrevolar el bosque.
Carmelita no es una abuela, pero si lo fuera, estaría orgullosa de su descendencia.