sábado, 6 de agosto de 2011

Permapicultura, Nueva Técnica Para Manipular Las Abejas

Permapicultura, Nueva Técnica Para Manipular Las Abejas
El método se basa en "no intervenir" las colmenas y no ocupar agroquímicos, con lo que se logra miel orgánica. En Chile ya lo emplean.
Por: Andrea Tapia Mayer
Renato Lechuga
"Si las abejas desaparecieran del planeta, al hombre le quedarían sólo cuatro años de vida", afirmó Albert Einstein. El sabio tenía conciencia de la importancia de estos insectos como productores de miel y polinizadores. Y esto último es clave. Tanto, que se estima que un tercio de los alimentos del planeta derivan de ser polinizados por abejas.
Lo que Einstein planteó hoy cobra actualidad, pues cada vez hay menos abejas en el mundo. Incluso este año el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alertó que el problema es "global", ya que la desaparición cada día se amplía a más regiones.
¿Cuál es la razón? Aunque no está ciento por ciento claro, el cambio climático y la contaminación son factores determinantes. También el abuso de pesticidas y agroquímicos.
Si bien aún hay pocos que tengan clara conciencia del problema, la disminución ya tiene en alerta a los apicultores y otras personas ligadas al rubro.
Dado que  Argentina es uno de los mayores productores de miel a nivel mundial, el tema hace más ruido que en otras naciones. Y por lo mismo buscan alternativas que permitan enfrentar el tema.
Una de ellas es la "permapicultura", a la que Óscar Perone, experto trasandino, llama la "apicultura del no hacer", la que sería una forma más armoniosa para trabajar con las abejas. Lo que se propone es volver a la vieja forma de hacer apicultura, en la que no se intervienen los enjambres, sino que se los deja tal como si el humano no existiese. Se caracteriza porque sólo se abren las colmenas algunas veces al año para cosechar la miel.
"Es una apicultura de respeto a las abejas, basada en el no hacer. Eso consigue colmenas automáticas que se abren sólo para cosechar y que rinden cuatro veces más que una normal, en el mismo lugar y bajo las mismas circunstancias", asegura Perone.
A diferencia de las colmenas tradicionales que tienen capacidad de entre 30 mil y 50 mil abejas y unos 20 kilos de miel, las de permapicultura son tres veces más grandes, con mínimo de 1,60 metros de altura y unos 280 litros, en las que caben al menos unas 120 mil abejas. Así tienen un amplio espacio para que habiten y aumentan su capacidad productiva.
De Argentina al mundo
Esta forma de "no intervención", Perone la empezó en 1964, a los 18 años, en los predios de su familia. Pero fue recién en 2002 cuando se convirtió en consultor profesional. Fue profesor y consultor e incluso el encargado de apicultura de la Estancia "El Palomar", con más de 3 mil há ganadero-apícolas. Ahí  hay mil colmenas certificadas orgánicasy una sala de extracción, que es la más grande del norte argentino.
Hoy tiene sus propias colmenas en la provincia de Formosa. Vive a 1.400 km, en las afueras de Buenos Aires, y  las visitas un par de veces al año, sólo para cosecharlas.
Desde hace poco tiempo viaja difundiendo la permapicultura. Hace unos días visitó Chile, donde ya hay quienes practican la técnica.Entre ellos, ocho miembros de la Cooperativa de Apicultores del Valle de Curacaví, en la Región Metropolitana.
"Estábamos preocupados con la mortandad de las abejas. Teníamos que buscar nuevas tendencias y hacer cambios. No podíamos seguir haciendo lo mismo que hace 40 años. Y comparando una colmena tradicional con una Perone, logras cosechar unas cuatro veces más", dice Miriam Ortega, presidenta de la Cooperativa.
Hoy los apicultores de la Cooperativa le pagan a profesionales externos para que vayan a polinizar sus colmenas, algo que podrían evitar en el caso de que todas fueran naturales, y ahorrar gastos. Perone revela que su idea es que la totalidad de los apicultores de este lugar se conviertan a orgánicos.
Martín Ide, secretario de la cooperativa y también apicultor, destaca la vuelta a los orígenes que involucra esta técnica.
"Lo bonito de esto es que se está volviendo a lo que era la abeja antes, a las colmenas enormes, para así dejarlas que se desarrollen", enfatiza.
Opiniones divididas
Sin embargo, no todos apoyan este sistema en su totalidad.
 Christian Osorio, presidente de la Asociación Gremial de Apicultores de la VI Región (Apiunisexta), es uno de ellos. Señala que si bien es un trabajo que permite retomar la tendencia natural, con colmenas acogedoras para las abejas, dice que éste "va en desmedro de la producción que requiere el mercado actual. Si bien existe una disminución de los costos, no se optimizan al 100% los recursos disponibles por parte de los apicultores, lo que redunda en una menor producción y, en definitiva, en menos ingresos para los empresarios".
También agrega que la producción local, al exportar a mercados exigentes como el europeo, necesita tener salas de extracción de miel certificadas por un sistema específico.
 "El método de extracción tradicional es por medio de fuerza centrífuga, por lo que se necesitan los marcos, que son bastidores de madera que dan el soporte al panal para la extracción de la miel. Este método no sería viable por medio de la permapicultura y actualmente es el que se emplea para certificar que la miel es inocua a los mercados exigentes", declara el presidente de Apiunisexta.
 Miel en cifras1,5 millones de ton se produjeron en 2008 en el mundo. Ese año se reportaron 64 millones de colmenas, mostrando una baja de casi 10 millones, por menores fuentes de néctar. 
Los principales productores fueron China, con 20%; Turquía, Argentina, Ucrania y EE.UU, con 4% cada uno. 
Chile exportó en 2010, 8.435 ton, por un valor FOB de US$ 28,4 millones. Los principales destinos fueron Alemania, Francia y Luxemburgo, según Odepa.
Fuente: http://diario.elmercurio.com/2011/08/01/revista_del_campo/_portada/noticias/EB88CAD1-62A4-444A-949F-8705EB43A0B3.htm?id={EB88CAD1-62A4-444A-949F-8705EB43A0B3}

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