domingo, 19 de septiembre de 2010

"Guatemala Vulnerable a Desastres Naturales"

Lecciones aprendidas y tareas reprobadas
¿Qué hemos aprendido desde el huracán “Mitch” de 1998? ¿Hemos mejorado nuestra capacidad de acción, reacción y prevención ante los embates climáticos? ¿En qué materias hemos reprobado? ¿Cuáles tenemos pendientes en cuestión de desastres provocados por fenómenos naturales? Cuatro expertos exponen su opinión.
Leímos Para Usted: Renato Lechuga García.
Por: Paola Hurtado phurtado@elperiodico.com.gt
Figura 1, muestra a una señora afectada por las tormentas del presente año. Aldea Alaska, Nahualá.
¿Hemos aprendido algo en los últimos 12 años?
Ha sido un aprendizaje doloroso, a base de desastres y pérdidas irreparables. Hay más sensibilidad con los desastres, pero estamos muy lejos de ser un país con las capacidades necesarias para corregir las causas y enfrentar los eventos venideros. Somos una sociedad que genera riesgo: ocupamos territorios de forma desordenada, se asientan poblaciones en sitios inapropiados. Y ha mermado la capacidad amortiguadora de los ecosistemas con la pérdida de la cobertura forestal, la ampliación de la frontera agropecuaria. No se puede dejar de hablar de todos estos elementos como consecuencia del modelo de desarrollo que tenemos como país.

¿Y qué hemos hecho?
Sumamente poco porque Guatemala enfrenta la situación desde la lógica reactiva. Nuestra capacidad es de atención una vez consumado el desastre, no hay prevención en la escala necesaria y la capacidad de reconstrucción es muy baja.
Hemos acumulado consecuencias de Mitch, Stan y ahora Agatha. Ni siquiera nos hemos logrado poner al día. Eso no sólo no nos deja avanzar, sino que nos retrocede.

¿Y qué debemos hacer?
– Que la institucionalidad responda a la prevención, atención y seguimiento. Hay comunidades que deben ser reubicadas porque enfrentan amenazas inmanejables. Y el desafío mayor, enfrentar las barreras estructurales: acceso a  vivienda, a empleos y a todo lo que alguien necesita para ejercer una ciudadanía digna.

¿Qué lecciones hemos aprobado y reprobado desde Mitch?
– Se aprendió que la región (centroamericana) es altamente vulnerable a eventos severos y ha habido mejoras importantes: mejor articulación de entidades y definición de roles ante la emergencia.
Lo que no ha mejorado es la vulnerabilidad sobre cómo prevenir. No ha cambiado el modo en que la gente sufre. Seguimos construyendo casas donde no se debe. Dañamos manglares, bosques y pantanos que son la protección de las costas, sin ellos las inundaciones son más severas. Construimos carreteras, puentes y puertos con los términos de referencia de hace 20 años, sin tomar en cuenta el aumento de vulnerabilidad y el cambio de condiciones.
Desde Mitch se sabe cómo prevenir, pero es lo más difícil: cambiar códigos de construcción, implementar vivienda segura acompañado de un programa para enseñar a construir sólo donde se puede. A corto plazo es más caro, pero cuesta menos en costo de vidas humanas y de reconstrucción.

¿Qué lecciones aprendimos a partir de Mitch?
– Se logró la convocatoria del sector privado, que aportó mucho dinero y medios para la atención de la emergencia. Y a partir de 2004, en PNUD surgió la necesidad de generar metodologías e instrumentos no sólo para la atención de la emergencia, sino para la prevención. También se implementaron los sistemas de alerta temprana en los ríos, combinados con sistemas de comunicación y organización local.

¿Qué nos falta implementar?
Falta mejorar la respuesta a nivel local. Aún se oye que las autoridades municipales se quejan de que “no han llegado los delegados de Conred”, cuando ellos son parte de Conred. Falta mejorar la recolección de datos de daños y pérdidas para dar una respuesta humanitaria y que comience el proceso de recuperación pronto.
Se debe mejorar la legislación nacional y convertirla en políticas de Estado: la ley de ordenamiento territorial, la política nacional de gestión para la reducción de riesgos, las normas para construcción de viviendas e infraestructura.

¿Cuánto nos cuestan los desastres?
– Yo he hecho un estimado que de 1998 a 2010 invertimos Q61 millardos en emergencias, reparaciones y reconstrucciones. Eso representa, en promedio, alrededor del 16 por ciento de gastos de la nación y en años donde ha habido Mitch, Stan y Agatha, el gasto subió a entre el 26 y 37 por ciento del presupuesto de gastos de la nación.

¿Y qué ha cambiado desde Mitch?
– Se consolidó la Conred, se puso en la palestra pública la discusión del cambio climático. Hemos establecido estructuras institucionales y una política de estrategia de cambio climático. Tenemos 17 propuestas de ley, entre ellas, la ley de cambio climático y la de manejo integral de desechos sólidos. El cambio climático no es político, va a afectar a todos los guatemaltecos y a su calidad de vida. No entiendo por qué el Congreso no aprueba cosas de beneficio común.

¿Qué tan vulnerables somos ante los fenómenos naturales?
Somos un país sumamente vulnerable, frágil y devastable. Naciones Unidas lo reconoció como uno de los diez más vulnerables del mundo. Estar en un istmo nos pone en la ruta de los huracanes del Atlántico y en la de las tormentas tropicales del Pacífico. Tenemos, además, una vulnerabilidad socio ambiental y territorial generada por procesos históricos de ocupación del espacio y las políticas públicas de este país. Y a eso se le agrega el cambio climático, que es un multiplicador de problemas existentes.
Artículo dedicado a CONRED.

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