domingo, 8 de agosto de 2010

Veintitrés pueblos buscan convertirse en municipios de Guatemala

Dos aldeas y un parcelamiento podrían ser elevados a la categoría de municipio en los próximos meses, ya que sus expedientes se encuentran por entrar a la última fase —el aval de la Presidencia— antes de ser enviados al Congreso para que apruebe su cambio de estatus.

Leímos para usted: Renato Lechuga, Gestor y planificador territorial
POR :CORRESPONSALES
Los comités pro municipios del parcelamiento La Máquina, Cuyotenango, Suchitepéquez; de las aldeas San Vicente Buenabaj, Momostenango, Totonicapán; y Las Cruces, La Libertad, Petén, son los que han logrado reunir todos los requisitos que exige la ley para su promoción a municipio.
Los expedientes están actualmente en el Ministerio de Gobernación, a donde fueron enviados por la Secretaría General de Planificación y Programación y de la Presidencia (Segeplan), la cual emitió dictamen favorable luego de considerar los análisis de otras instituciones.
Jean Roch, de Segeplan, explicó que para que esta entidad emitiera el dictamen favorable se consiguieron los informes del Instituto Geográfico Nacional (IGN), que determinaron la territorialidad de los lugares propuestos, y del Instituto de Fomento Municipal (IFM), que se encarga de verificar la infraestructura física y viabilidad financiera con que cuenta la región proponente.
Hay otros 20 casos
Roch informó que existen otras 20 solicitudes de comités que buscan crear municipios, y aclaró que la función de Segeplan no es tomar una posición en contra o a favor, sino la de tratar de entender la dinámica social que motiva la necesidad del cambio.
En este sentido, expuso que han encontrado que cada comité pro municipio tiene sus propias necesidades, aunque el abandono de inversión pública por parte de sus comunas es el común denominador que los motiva a buscar autonomía.
Relató que el parcelamiento La Máquina, al igual que La Blanca, en San Marcos, son colectivos agrarios que han tenido una historia de lucha por la tierra, y que ahora lo hacen sobre el territorio.
“La Máquina es una isla entre plantaciones de caña de azúcar, que necesita administrar su territorio para no ser absorbida por estas”, explicó Roch.
El caso de San Vicente Buenabaj, cuya población es k’iche’, tiene una connotación étnica y de distanciamiento geográfico con Momostenango, su cabecera. La aldea no tiene carretera directa con el casco urbano municipal; además, colinda con San Carlos Sija, Quetzaltenango, en donde predomina la población ladina. “Este caso lleva implícita la búsqueda de un espacio económico y de identidad legítimos”, enfatizó Roch.
Por aparte, la situación en la aldea Las Cruces, Petén, predomina el desarrollo económico de una élite productiva, con vocación forestal, y que cuenta con cultivos de exportación, como mango y papaya.
Entre tanto, en la comunidad El Chal, Petén, la motivación radica en que esta aldea es más grande y dinámica que su cabecera, Dolores.
El área metropolitana
En relación con el área metropolitana, Roch explicó el caso de Boca del Monte, una aldea que se siente privilegiada por su cercanía a la capital y su desarrollo urbanístico, por lo que necesita independizarse de Villa Canales, debido a que esa comuna no devuelve en inversión lo que le tributa en tasas y arbitrios. “Su intención no es el control territorial, sino poder de gestión pública”, afirmó Roch.
Un caso distinto es el de Ciudad Peronia, Villa Nueva, que es el primer asentamiento urbano con proyectos propios para oxigenarse de la saturación poblacional. “No sabemos mucho de este lugar, pues recién presentó su solicitud”, añadió.
Consecuencias económicas
El alcalde de Quiché, Delfino Natareno y ex directivo de la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), comentó que una de las consecuencias que trae el incremento de municipios es que en el reparto del situado constitucional tocará menos dinero a cada una de las comunas, pues la misma cantidad se tiene que dividir entre más participantes.
Christopher Toledo, de la Asesoría Jurídica de la Anam, expuso que el recién pasado 13 de mayo, el Congreso aprobó reformas al Código Municipal, en las que cambió la forma en que se utilizaba para el cálculo del situado constitucional, ya que el Estado daba más recursos a las corporaciones ediles que tenían menos capacidad de producir ingresos. “Ahora reciben más las que más producen”, afirmó Toledo.
Sin embargo, la reforma también quitó ingresos a las comunas debido a que eliminó el impuesto sobre construcciones.
Consecuencias políticas
La reforma también incrementó los requisitos para formar nuevos municipios, ya que, entre otras cosas, la cantidad de 10 mil habitantes que establecía la ley anterior, se incrementó a 20 mil.
William Fuentes, alcalde de San Antonio, San Marcos, y secretario de la Anam, argumentó que la reforma al Código Municipal (Acuerdo del Congreso 22-2010) establece limitantes a los movimientos pro municipalistas, lo cual consideró necesario para evitar la fragmentación territorial del país.
Agregó que no tiene sentido crear más municipios si todo está centrado en la capital. “La autonomía de un municipio, en Guatemala, es solo territorial y de palabra, pues todo está concentrado en el Gobierno central. Los alcaldes del interior tenemos que salir del pueblo y buscar a las instituciones en la capital”, expresó Fuentes.
Señaló que la división política sería apropiada si existiera desconcentración de recursos y de inversión por parte del Estado. “No tiene sentido que haya más fragmentación, puesto que los municipios no tienen capacidad de generar sus propios recursos. Por el contrario, los hace depender de las transferencias de Gobierno y de las instituciones que trabajan infraestructura y recursos básicos”, explicó.
Irretroactividad de la ley
Roch aclaró que pese a las limitantes de la nueva ley, los 23 comités pro municipios que ya comenzaron el proceso no deben cumplir con esos requisitos debido al principio constitucional de irretroactividad de la ley. “Comenzaron el trámite antes de entrar en vigencia la reforma, por lo que siguen regidos por la ley anterior”, detalló.

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