Municipio da ejemplo importante.
Por: Roberto Moreno Godoy
Parroquia Colonial de San Cristobal Acasaguastlán
El desarrollo de los pueblos es un reflejo de su situación educativa. Está comprobado que existe una alta correlación entre la alfabetización y el Producto Interno Bruto per cápita. Aquellas naciones cuyos índices de analfabetismo son menores logran mayor producción y generan más riqueza. En nuestro país viven más de 6 millones de adultos, de los cuales cerca de 6 millones son analfabetos. Guatemala posee una de las tasas de analfabetismo más altas del continente y cada año crece el número de personas que alimentan la estadística. Si no hacemos algo distinto, esta década se sumarán 800 mil nuevos analfabetas. En la mayoría de casos, los habitantes de las regiones y zonas más vulnerables del país son pobres y poseen baja escolaridad. De igual forma, los indicadores de las áreas rurales son los más débiles.
En los últimos días hemos estado atentos a los estragos que ocasionó la tormenta Agatha. Luego, cuando apenas estábamos reaccionando a la calamidad y comenzando a cuantificar los daños, nuestra sociedad se ha visto expuesta a una tempestad distinta, pero también de gran intensidad, provocada por la crisis que gira hoy alrededor de la CICIG y del Ministerio Público. La gran preocupación ciudadana por los efectos de la torrencial lluvia y por la frágil situación del sistema de administración de justicia hizo que una importante nota sobre San Cristóbal Acasaguastlán prácticamente pasara desapercibida.
Sin embargo, es importante rescatar la noticia, que nos debe alegrar y enorgullecer a todos. La referida localidad de El Progreso se convirtió en el primer municipio del país en ser declarado oficialmente libre de analfabetismo. Los medios de comunicación informaron sobre el esfuerzo realizado para que todos los jóvenes y adultos fueran alfabetizados. Esto es un hito importante en nuestra historia y demuestra que es posible lograr las metas educativas cuando todas las personas y sectores se comprometen con la causa y encuentran una estrategia adecuada. Varios municipios han emprendido una cruzada similar. Entre tantas alarmas y angustias, San Cristóbal Acasaguastlán ha hecho brillar una luz de esperanza en el horizonte. Debemos velar porque la misma nos ilumine con suficiente intensidad para compensar los efectos del paño negro que por otros motivos, se sitúa sobre muchos hogares guatemaltecos. La consolidación de la democracia, la calidad de vida de la población, el combate a la impunidad, nuestra capacidad de anticiparnos a las emergencias y el Estado Derecho dependen, en gran medida, del nivel educativo de la población. San Cristóbal Acasaguastlán ha dado un paso en la dirección correcta para promover el bienestar de sus habitantes. ¡Ojalá muchos municipios más sigan su ejemplo!
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