jueves, 19 de noviembre de 2009

Orígen del Ordenamiento territorial en América Latina




Renato Lechuga García
Gestionador y Planificador Territorial
La Ceiba Ceiba pentandra

A veces surge la duda o inquietud en cada uno de nosotros por conocer el porqué? nuestros países de América Latina pertenecieron desde sus orígenes coloniales a un Virreinato, Capitanía General y en último de los casos a una Audiencia o Gobernación, cuál fue la causa de esta división política? y qué factores políticos, económicos y sociales fueron tomados en cuenta por los Reyes españoles en su momento para fraccionar a nuestro continente y hacer el Primer Ordenamiento Territorial en nuestro continente en términos generales y sus consecuencias en cada uno de nuestros países de origen.

No se trata de señalar los errores y aciertos que cometió La Corona española por medio de este artículo, simplemente como académico trato de ver y plasmar objetivamente el Origen de laPrimera Planificación Estratégica Territorialque vivió nuestra América en la historia y que demarco nuestros territorios en función a los intereses de la monarquía ibérica, no sin olvidar que mucho de estas reformas aún se mantienen vigentes. En este sentido, damos a conocer aspectos históricos relevantes de Ordenamiento Territorial para nuestro continente, siendo este:
HISPANOAMERICA BAJO LOS OBJETIVOS BORBONES:
Las reformas borbónicas tuvieron lugar en el siglo XVIII, cuando España realizó un notable esfuerzo por impulsar el desarrollo económico de sus dominios coloniales y al mismo tiempo someterlos a un control más directo para beneficiarse de ellas.
En el año de 1743 se publica la obra “Nuevo Sistema De Gobierno Económico Para América”, de José del Campillo. El libro señalaba lo siguiente:
· Responsabilidad de la corona en introducir cambios en la economía colonial tendientes a su desarrollo y
· Corregir las deficiencias en su manejo a fin de que por “La Vía Del Comercio Y Los Impuestos Fuera Posible Fortalecer Económicamente A España”.
La Época De Carlos III
La acción reformadora ocurrió fundamentalmente durante el reinado del Borbón Carlos III entre 1759 y 1788. Lo más importante del espíritu reformador fue que España se vio obligada a buscar las vías para superarse, a pesar de su antiguo esplendor, cuando fue un gran imperio en la primera mitad del siglo XVI y ya en esa época era la más atrasada económicamente hablando que Inglaterra y Francia.
Con la llegada al trono del primer rey borbónico, Felipe V, en 1700, se inició una época en que la monarquía centralizó la administración política, suprimiendo la autoridad de poderes regionales que preexistían de tiempo atrás, estableciendo en su lugar una misma estructura político-administrativa general para toda España, de acuerdo con el sistema operante en Castilla y fijando la autoridad real como una autoridad absoluta que regía a toda la población y a todos los lugares.
Los Borbones se destacaron por su interés en modernizar el Estado, mejorando la gestión pública en la calidad de sus funcionarios e instituciones; en particular el reinado de Carlos III fue brillante por la capacidad y preparación de un conjunto de asesores, a quienes se debió el empeño en reformar y sacar adelante la monarquía. Fueron pocos los funcionarios, pero se constituyeron en la mano derecha del rey y, como consejeros y ministros, pudieron trazar las políticas de modernización de la nación, en una tarea de grandes proporciones que tuvo resultados finales modestos por la resistencia de sectores tradicionales y la decadencia del impulso reformador. También fue reforzado el prestigio de la carrera militar que en muchas ocasiones no estaría ajena a las tareas del gobierno civil. Estas modificaciones relativas al funcionamiento del período borbónico ocurrieron al tiempo que la monarquía fortalecía su capacidad operativa mediante la centralización de la autoridad política, y medidas fiscales que reforzaron la hacienda real.
José De Gálvez: Un Activo Reformador
El principal funcionario que en América impulsó la reforma fue José de Gálvez. Su carrera como personaje público ilustra el tipo de agentes reales producidos por los Borbones en la administración americana. Con gran capacidad de trabajo y estricto cumplimiento del deber, bajo la convicción de que contribuía al engrandecimiento de la monarquía, pudo llegar a la cima de la administración colonial como Secretario de Indias, no obstante su origen familiar modesto. Antes había estudiado derecho y tuvo su gran oportunidad al ser nombrado Visitador del Virreinato de Nueva España. Allí, en México, reformó la hacienda, creó el estanco (monopolio) del tabaco, ordenó las aduanas, organizó el ejército, impulsó la colonización en California y las áreas fronterizas y, en definitiva, introdujo tal dinámica que los ingresos fiscales de la Corona crecieron notoriamente y el virreinato generó mayores recursos. Al regresar José de Gálvez a España, Carlos III lo nombró Secretario de Indias, desde donde aplicó su experiencia e ideas a reformar otras regiones coloniales.
La Reforma Militar
Uno de los problemas graves para España fue el poseer unos dominios tan extensos que debido a su debilidad militar era incapaz de proteger. Se conformo un ejército como organización defensiva de la soberanía española pero fue muy tardía la acción. Esto ocurrió cuando España ingresó, apoyando a Francia, en la Guerrade los Siete Años (1756-63) contra Inglaterra. En el desarrollo de la guerra, España perdió durante algún tiempo, a manos de los ingleses, los puertos de Manila y La Habana, hecho que alarmó a las altas autoridades reales y le hizo evidente la debilidad defensiva de su imperio americano.La Habana, puerto fortificado, era el corazón de las posesiones españolas, centro de su comercio colonial y con la Nueva España(México), su más rico Virreinato. Después de 11 meses de control inglés, La Habana regresó a manos españolas, en 1763. Es entonces cuando Carlos III y su secretario Gálvez empezaron a fortalecer militarmente sus dominios y esto se constituyó en uno de los grandes logros de las reformas borbónicas. Se realizó un esfuerzo organizativo y económico muy grande. Se estableció la implantación del servicio militar, se crearon guarniciones, milicias auxiliares, se recuperó el prestigio de la carrera de las armas, se reordenó la marina y se dotó de equipos arsenales a las tropas. El balance general mostró a una España sin capacidad de competir con la poderosa armada británica ni en el mar ni en la tierra, y por ello, su actitud fue no la de expansión sino la de limitarse a preservar el patrimonio colonial.
Consecuencias De La Reorganización Borbónica
Desde el punto de vista americano la política militar de la corona presentó dos repercusiones importantes:
· Todos los habitantes de las colonias, en mayor o menor medida, tuvieron que responder con recursos a los compromisos militares. Esto significó la “imposición de nuevas medidas fiscales que controlaron la evasión de impuestos, buscaron más fuentes de ingreso y aumentaron el monto de los impuestos”; en suma, una reforma fiscal que no se presentó aislada, pues se conjugó con el empeño de las autoridades borbónicas, por incentivar y obligar a que la economía colonial fuese más productiva y más prósperaDe allí sus políticas de fomento y tecnificación de la minería y las reformas agrarias que pretendieron una mejor distribución de la tierra otorgándola a quienes no la poseían y presionando por su debida explotación en quienes la acaparaban. Las reformas revelaron interés por la educación, la difusión de las ciencias prácticas y los conocimientos técnicos. Todas Estas Políticas Y El Reordenamiento Fiscal Intentaban Modernizar A Hispanoamérica Para Hacerla Más Productiva Y Así Engrandecer A España.
· El otro aspecto relativo a la reforma militar que afecta la sociedad colonial fue que los hombres empleados en el ejército fueron extraídos de la sociedad americana. Los nuevos soldados eran en su gran mayoría mestizos de origen negro o indio y criollos o blancos de antecedentes familiares españoles, pero nacidos y hechos culturalmente en América. Los oficiales adquirieron una condición social privilegiada por el prestigio que daba la carrera militar y porque la ley les adjudicaba diversas garantías, como por ejemplo, el no ser juzgado por la legislación y autoridades civiles, lo cual se conoció como el fuero de los militares. La repercusión más importante de este hecho fue que los dominios españoles tuvieron regidos militarmente en nombre de España no por peninsulares (españoles), sino por americanos.
División Administrativa De Los Territorios
En el transcurso del siglo XVIII la división administrativa de los dominios españoles varió acorde con la intención de los Borbones de dotar a sus partes vulnerables de mejores medios de defensa, dar mayor jerarquía política a las regiones prósperas y de importancia económica y de partir las demarcaciones territoriales demasiado extensasBásicamente diversas zonas de América se destacaron en uno u otro sentido y por lo tanto fueron constituidas en nuevas unidades con personalidad político-administrativa, siendo estas:
DIVISIONES ADMINISTRATIVAS
El Virreinato De La Nueva España: Establecido en 1535 en México; cubría la extensión comprendida entre Texas y California hasta Guatemala. Su capital fue México.
Capitanía general de Guatemala: (1542)Comprendía los actuales territorios de Chiapas (Méx.), Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica. Su capital fue Guatemala.
Capitanía general de La Habana: Localizada en un sitio estratégico, la isla de Cuba era un territorio fundamental para el comercio con España. Por su situación privilegiada fue atacada por ingleses, franceses y holandeses.
Virreinato De La Nueva Granada: (1740) Hacían parte de este Virreinato los territorios situados entre Costa Rica y Ecuador. Comprendía la Audiencia de Santafé, las Provincias de Panamá y Quito. Hasta 1773 Caracas hizo parte de este virreinato.
Capitanía General de Venezuela: Fue creada después de su separación del Virreinato de la Nueva Granada. Comprendía el territorio de Venezuela. Su capital fue Caracas.
Virreinato Del Perú: Su capital fue la ciudad de Lima. Centro político del Sur de América. Sus límites abarcaban Perú, Bolivia y parte del Ecuador.
Capitanía general de Chile: Hasta 1798 hizo parte del Virreinato del Perú. Su capital fue Santiago y ocupaba el actual territorio de Chile.
Virreinato Del Río De La Plata: Abarcaba territorios de Paraguay, Uruguay y Argentina. Su capital fue Buenos Aires.

- La separación del territorio venezolano del Virreinato en 1777, para constituirse en la Capitanía General de Venezuela, donde a su vez fue creada una Real Audiencia y el cargo de Intendente y Capitán General.

- En el norte del Virreinato de Nueva España, un amplio territorio fronterizo, semipoblado e inseguro, fue convertido en 1776 en la Comandancia General de las Provincias Internas.
- La creación del cuarto Virreinato americano en 1776. En éste se agrupó un vasto espacio que se extendía desde Bolivia (entonces era la Audienciade Charcas o Alto Perú), incluía las actuales Uruguay y Paraguay y la parte de lo que eran las gobernaciones de Buenos Aires y Tucumán. Esta nueva jurisdicción política se llamó Virreinato del Río de la Plata y se destacó porque el puerto de Buenos Aires como capital, tuvo un crecimiento fulgurante y espectacular en corto tiempo.
De la nobleza que vino al Nuevo Mundo fueron los hidalgos empobrecidos. La Corona dio pocos títulos, tan sólo a Cortés y a Pizarro. La nobleza indiana surgiría realmente en el siglo XVII cuando ya no constituye un peligro. La aparición de un grupo de nobles indianos significa el primer triunfo de los criollos, es decir, de los hijos de los españoles nacidos en América, protagonistas del fenómeno cultural que se llama criollismo.
Tanto los criollos como los cabildos cobran un gran protagonismo cuando llega el momento de la emancipación política. La crisis política española y otros factores adelantaron el proceso emancipador que ocasionó la desintegración de fronteras un tanto problemáticas. La primera frontera americana fue obra del Tratado de Tordesillas, firmado con Portugal, que delimitó esferas de influencia en el Atlántico.
A principios del siglo XIX los países que emergen de la descomposición del imperio español esgrimen para fijar sus territorios una doctrina “según lo que habían poseído antes”. Esto quería decir que los Estados debían configurar su territorio de acuerdo con lo que habían poseído antes.
Pero la cuestión radica en lo que había poseído antes y quienes. La mayoría de las naciones establecen sus demarcaciones territoriales sobre entidades nacidas en el reinado de Carlos V.
Detrás de cada nombre de una nacionalidad hallamos el nombre de una gobernación del período español. Precisando un poco más, podríamos señalar que sobre parte de los distritos de los virreinatos se asientan México, Perú y Argentina. Sobre las audiencias surgen Ecuador y Bolivia.
Sobre capitanías generales de la época española surgen Guatemala, Venezuela y Chile. Y sobre gobernaciones surgen los actuales Colombia, Uruguay y Paraguay. ¿Cuáles eran las fronteras de estas demarcaciones? Su determinación produjo guerras, litigios, contenciosos, etc., que llegan hasta hoy. Ello se debe a que España no trazó nunca con claridad los límites de sus posesiones y además muchas zonas nunca fueron objeto de colonización y las nuevas repúblicas se las anexionaron sin saber cuáles eran sus límites.
Concluyamos con algunas consideraciones conceptuales: Los políticos protagonistas de la emancipación hispanoamericana a principios del siglo XVII desearon establecer diferencias con el léxico respecto al sistema político virreinal. Las leyes de la época virreinal emplearon siempre los nombres geográficos. Ya en el siglo XVII aparece también el vocablo “dominios”. También en la época de la emancipación empezarían a usarse otras denominaciones como país, nación, departamento. Los términos colonia, metrópoli, virreinato están cargados de connotaciones negativas o peyorativas. A principios del siglo XIX reaparece la voz “dominio” ya usada en el siglo XVIII con sentido territorial. La voz metrópoli se sustituye por península. También se usa la palabra matriz con sentido figurado. Los liberales propondrán el término Españas y usan el término de monarquía como designación unitaria de la metrópoli y las colonias. Para aludir sólo a las colonias se utiliza la expresión América española, las Américas o las Indias. A estas denominaciones se unen las propias de la Constitución de 1812: provincias de ultramar o ultramarinas o parte integrante de la monarquía.
Estas novedades léxicas son como epígrafes de un fenómeno que aspira a olvidar y a calumniar un pasado que, sin embargo, veremos reaparecer con nostalgia en la literatura que pretende crear una conciencia nacional.

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