Bosques De Mangle Duermen El Sueño De Su Extinción
En Guatemala se pierden 500 hectáreas por año a causa de cambios de uso del suelo. Aun cuando la ley lo prohíbe no se castiga a los responsables.
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Renato Lechuga García
Por: Carlos F. Rigalt
El viaje en lancha tiburonera desde el puerto de Iztapa hasta Monterrico a través del canal de Chiquimulilla dura alrededor de dos horas. No es una ruta usual y menos un paseo incluido en los paquetes turísticos. Pero es una experiencia abrumadora para los sentidos.
En la distancia, el paisaje remoto de la bocacosta, Escuintla y los volcanes gigantes vigilando en ángulos visuales difíciles de observar desde la carretera al Pacífico.
Por este tipo de aventuras ecoturísticas un extranjero podría pagar un buen puñado de dólares o euros. Los pescadores en Monterrico ofrecen pequeñas travesías para el turismo local entre los manglares para observar la caída o nacimiento del sol y la algarabía de las aves por precios que oscilan entre Q50 y Q200.
Pero esa no es la mayor riqueza del manglar, ese agreste sobreviviente, especie protegida por el Apéndice Cites o Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas y por la Ley Forestal de Guatemala, de la que, según Carlos Salvatierra de Cogmanglar y Savia, restan alrededor de 17 mil hectáreas.
El perfil ambiental de Guatemala de la Universidad Rafael Landívar, de acuerdo con el Mapa de Ecosistemas del Instituto Nacional de Bosques, en 1999 había más del doble, 36 mil 8 hectáreas.
Depredación
¿Qué sucede con el mangle en Guatemala? ¿Por qué desaparece tan rápido a pesar de su aparente protección a cargo de instituciones como el Inab, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales y otras?
Según Salvatierra, en un comunicado del MARN se habla de la desaparición de 500 hectáreas por año. Aunque su madera es utilizada por pobladores de aldeas que viven junto a los canales de Chiquimulilla o el Manchón Guamuchal en Retalhuleu, para leña o material de construcción, esa no es la mayor causa de su extinción sino el “cambio de uso del suelo por salineras, camaroneras y proyectos turísticos”, señala el Perfil Ambiental.
Y los monocultivos como la caña, agrega Salvatierra, desvían muchas veces el curso de los ríos cercanos a sus plantaciones para utilizarlos como regadíos. Al cortar el flujo de agua al manglar estos se secan y mueren.
Otra causa registrada por la Asociación de Vecinos para el Desarrollo Integral de Champerico, Avedicham, son las talas realizadas por la Camaronera Internacional S.A, Finca Marazul, que lo talan “para hacer canales de agua que alimenten sus piscinas de camarón”.
Se conoce una denuncia encabezada por su asociación contra esa empresa, la cual en su página de internet menciona que cuenta con “150 hectáreas en producción y 100 más para expansión”. Y que además es “custodia de 500 hectáreas de la selva de mangle”.
“Ellos talaron tres hectáreas del manglar en marzo. Los denunciamos ante la Fiscalía contra el Ambiente del Ministerio Público. Llegó el MP, Diprona, Inab y Conap. Estuvo el dueño. Pero volvieron a talar otra hectárea recientemente”.
Ese parece ser el destino de los silenciosos bosques de mangle que pueblan el litoral del Pacífico guatemalteco. Son talados para usos industriales o construcciones de infraestructura turística, los vecinos y las asociaciones ambientales denuncian los hechos, las instituciones del Estado se hacen presentes y luego, nadie hace nada.
Ese parece ser el destino de los silenciosos bosques de mangle que pueblan el litoral del Pacífico guatemalteco. Son talados para usos industriales o construcciones de infraestructura turística, los vecinos y las asociaciones ambientales denuncian los hechos, las instituciones del Estado se hacen presentes y luego, nadie hace nada.
Cuestionado sobre su falta de acción del Inab, Josué Morales dice: “El tema del mangle está regulado por el Decreto 101-96 de la Ley Forestal. No se permite el cambio de uso de las tierras. No se puede talar ni dar autorizaciones de aprovechamientos. A nosotros lo que nos compete es darles seguimiento a las denuncias a través del MP”.
Pero en la realidad sucede otra cosa. En febrero, comenta Salvatierra, el MP citó a la camaronera y a la asociación de vecinos. “Hablaron de una conciliación. La empresa debía compensar, reforestar”. No se hizo nada. “Saben que pueden seguir talando sin que vayan a enfrentar consecuencias penales”.
Según Scott Horton, gerente de la compañía, el asunto está resuelto. Andrés Hernández, representante de Camaronera Internacional S.A., dice que la empresa tiene al mangle como un “aliado natural e indispensable” para poder realizar su actividad.
Grandes Extensiones De BOSQUES De Mangle En La Costa Sur Muestran Azolvamiento Y Destrucción.
Sin embargo, con el tiempo el mangle de la orilla de los canales bloqueó el ingreso del agua salada. Eso afectó tanto al propio ecosistema como a los procesos industriales del camarón que ellos producen y tomaron la decisión de habilitar ese canal, talando el mangle. Agrega que el propio Ministerio de Ambiente les dio las licencias para seguir con los trabajos.
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