sábado, 29 de octubre de 2011


Recuperar Las Cuencas De Siete Ríos En Guatemala Requiere De Q2 Millardos
En la época de lluvia el abandono de los cauces ocasiona el desborde de los ríos Ocosito, Samalá, Paz, Motagua, María Linda, Los Esclavos y Achiguate que afecta a 199 municipios.
La Nota Municipal de hoy ¡!!
Por: C. Méndez Villaseñor
Leímos Para Usted: La Ceiba
Empresa Consultora En Planificación Y Gestión Municipal
Recuperar la cuenca de siete de los ríos más caudalosos del país se ha convertido en la tarea pendiente de los últimos 30 años. El “Plan de Recuperación y Reconstrucción con Transformación”, elaborado en 2010 por la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan),  tras la erupción del volcán Pacaya y la tormenta Agatha, definió las estrategias que autoridades locales, de Gobierno y pobladores deben adoptar con ese propósito.
Sin embargo, las propuestas quedaron en papel. Alcaldes consultados aseguran que se requieren recursos y apoyo del Gobierno para dirigir acciones en esa vía.
De acuerdo con la Segeplan, para recuperar la cuenca de los ríos Ocosito, Samalá, Paz, Motagua, María Linda, Los Esclavos y Achiguate deben implementarse, al menos 11 medidas.
Desarrollar un plan de manejo integrado de la cuenca, pagar por servicios ambientales, conservar los bosques comunales y de comunidades indígenas, así como el fortalecimiento del Programa de Incentivos Forestales son algunas de las estrategias sugeridas por la Secretaría.
También proteger, manejar y restaurar las tierras forestales de captación y regulación hidrológica; agroforestería y conservación de suelos; proveer asistencia técnica para la producción sostenible, asimismo, construir obra hidráulica de acondicionamiento de la cuenca.
La institución calculó que este acondicionamiento y equilibrio ecológico del cauce de los ríos tendría un costo de Q2 mil 119 millones. Segeplan definió cuatro escenarios financieros para poner en marcha el plan hídrico, donde incluye los daños que ocasionó al país el final de la temporada de lluvia. Dos están proyectados para cinco años y los otros para tres.
Situación difícil
Bernardo Hernández Xicará, alcalde de San Sebastián, Retalhuleu, por donde atraviesan los ríos Ocosito y Samalá, explicó que en 2008 fracasó un intento para que la Mancomunidad de Municipalidades de Retalhuleu buscara soluciones a la cuenca del río Samalá. Pero rivalidades entre jefes ediles pertenecientes a distintas corrientes políticas evitó que la iniciativa diera frutos, dijo.
En la reunión de Gobernando con la Gente de julio de 2009, el presidente Álvaro Colom escuchó la propuesta del alcalde y consideró que era una acción adecuada para poner en marcha.
“Le dije que había que dragar el río hasta formar una especie de canal en la parte baja que lograra un desnivel con una amplitud de 40 metros, una altura de 4 metros y una longitud entre 10 y 15 kilómetros. Eso permite que las mismas aguas, posteriormente draguen el cauce de una manera natural”, añadió.
Las palabras se las llevó el viento. El Gobierno no cumplió ese ni los otros tres ofrecimientos para el municipio (agua potable, disposición final de los desechos sólidos y un paso a desnivel).
Hernández Xicará aseguró que la Municipalidad no cuenta con recursos para una obra de esa magnitud. “Apenas y tenemos un bolsón de fondos para Calamidad Pública de Q150 mil que se destina a reparar caminos”, agregó.
Los problemas con el río Samalá afectan el poblado desde hace 30 años cuando se intensificó la actividad del volcán Santiaguito, ello incrementó el nivel del caudal a causa del arrastre de sedimentos (ceniza y arena volcánica, en este caso). elPeriódico intentó confirmar la versión con Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social de la Presidencia, pero no atendió las llamadas.
Conflicto con areneros
Anselmo de Jesús Soto Alvarado, alcalde de Salcajá, Quetzaltenango, consideró que la falta de fondos para recuperar la cuenca del río Samalá es uno de los problemas que afronta la comunidad.
No obstante, la Municipalidad impulsó algunas medidas, como circular cinco kilómetros de la ribera para evitar la deforestación de la misma y que pobladores utilicen la zona como botadero de ripio o basura. “El río pasa en el mismo corazón de Salcajá y con la lluvia toda la comunidad resulta afectada”, dijo.
Pese al esfuerzo, Soto Alvarado confesó que no ha logrado controlar la extracción de arena. “Trabajamos un plan con los areneros para que la actividad la realicen únicamente en invierno para que no dañe la conducción del río. Pero, hasta hoy no hemos conseguido detener la extracción ilegal que se efectúa principalmente en la noche y en verano”, aseguró.
Emilio Bolvito, jefe edil de la comuna de San Miguel Chicaj, Baja Verapaz, por donde atraviesa el río San Miguel, un afluente del río Motagua, reconoció que este punto la cuenca del mismo se encuentra deforestada. No hay árboles y no se puede hacer mucho porque la gente vive de la leña”, aseguró.
Los recursos apenas y alcanzan para atender algunas necesidades de la comunidad, añadió. Bolvito espera que el Gobierno se haga cargo de recuperar las tierras de cultivo o arrasadas por la corriente o reconstruir los caminos de la comunidad ante la pobreza de la misma.
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