jueves, 21 de abril de 2011

Cinco Principios No Negociables


Cinco Principios No Negociables
Edmund Burke aseguraba que "Para Que Triunfe El Mal Sólo Es Necesario Que Los Buenos No Hagan Nada". La cuenta regresiva para las próximas elecciones generales en Guatemala ha iniciado y hay una serie de guatemaltecos huérfanos. Me refiero a las personas coherentes con su fe, quienes en estos días desbordan las calles de pueblos y ciudades, para participar en las tradiciones de la Semana Santa. Cristianos, católicos y evangélicos, creyentes de Jesucristo y sus enseñanzas, ven cómo la política y los políticos, les niegan asumir compromisos acordes con su fe, y prefieren adaptarse a las "corrientes progresistas" de una minoría.
Leímos Para Usted: La Ceiba
Por: Mariano Rayo
En Guatemala la Constitución Política les garantiza a sus ciudadanos la libertad religiosa, y en el preámbulo del texto constitucional se invoca el nombre de Dios, con lo que no deja duda alguna sobre la trascendencia de la ética y moral cristianas para nuestra Patria.
Ahora bien, ¿qué es una política apegada a los preceptos cristianos? Sin ser concluyente, y mucho menos monopolista por el respeto y la tolerancia hacia los practicantes de otras religiones o creencias, citaré al Papa Benedicto XVI, quien en su carta pastoral Sacramentum Caritatis, indica:
"Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. (230) Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana. (231) Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado".
Vida, Familia, Libertad Educativa Y Bien Común Son Principios No Negociables para los políticos que deseen ser coherentes con su fe o invocan la misma para cautivar al electorado.
A estos cuatro principios no-negociables, yo añadiría un quinto, asimismo repetido tanto por este Papa como por su antecesor: La Libertad Religiosa, verdadera piedra angular de las libertades individuales en el siglo XXI.
Ahora bien, decía Einstein que es más fácil romper el átomo que romper un prejuicio. Por tanto, es necesario comprender que algunas ideologías hace tiempo que transitaron por el crepúsculo y ahora viven en noche oscura; de ellas, sólo queda precisamente eso: prejuicios. Por tanto, lo lógico es que esos cinco principios constituyan un banderín de enganche para quien quiera apuntarse, independientemente de su estación de procedencia. Es igual que venga de la derecha o de la izquierda, del liberalismo o del socialismo, del centralismo o del nacionalismo. Si cree en la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza, la justicia social -o concreción moderna del bien común- la libertad de culto, los cinco principios no negociables... entonces puede apuntarse a los ciudadanos que durante estos días oran y rezan con convicción profunda.
Lo que está claro es que aquellos que crean en esos cinco principios, independientemente de su credo, no sólo deben incorporarlos a su discurso, sino ser congruentes y coherentes con los mismos y actuar. Obras no palabras es la máxima.
Lo que sí debo lamentar y es una pena, es que algunos partidos y algunos políticos traten de hacer política a costa de lo que son las tradiciones culturales y religiosas de un pueblo. ¡Qué vergüenza!
¿Quién se apunta al manifiesto de los 5 principios no negociables?

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