¿Entonces quién jodió la cosa? Más les vale guardar silencio.
Por: Miguel Ángel Escribá Pimentel
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Empresa En Gestión Y Planificación Municipal
Por ahí anda un expresidente de nuestra era democrática que descaradamente dice que cuando él gobernó el país nunca robó, sino que solo se quedaba con los vueltos. Claro, ahora es multimillonario a costa de la miseria de su pueblo y sin haber trabajado mucho. Mucha gente inescrupulosa y falta de memoria afirma que la culpa de nuestro subdesarrollo se debe esencialmente a que fuimos conquistados por los españoles. Gracias a Dios fue así, porque si hubiéramos sido conquistados por los ingleses, nuestra estirpe indígena hubiera corrido la misma suerte que los aborígenes norteamericanos, los cuales fueron sometidos a políticas de exterminio, y a los pocos sobrevivientes los encerraron en reservaciones y aún carecen de los mismos derechos que tienen los herederos de los colonizadores. Otros resentidos y dañados del corazón le echan la culpa de nuestro desastre al gobierno presidido por Jorge Ubico Castañeda, pero ¿qué dieran nuestros enclenques políticos por tener el talento, la honradez y el temple visionario del militar mencionado?
Algunos supuestos eruditos aducen que la patria se jodió cuando se cortó de tajo el empuje que llevaba la llamada “Primavera Democrática” (1944-1954) y culpan de ello a los norteamericanos, a los ricos, a la Iglesia católica y principalmente al Ejército de Guatemala, por no haber contrarrestado la embestida de los liberacionistas; pero todos hacen un silencio profundo, porque saben que dicho fracaso se debió principalmente al cobarde asesinato de Francisco Javier Arana, uno de los líderes de la Revolución de 1944, orden dada por el propio Presidente de turno. También estos dizque sesudos, cínicamente echan al canasto del olvido que fue durante el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951) cuando se autorizó a los norteamericanos a experimentar y contagiar con enfermedades venéreas a más de mil 600 conciudadanos. ¿Entonces quién jodió la cosa? Más les vale guardar silencio.
La verdadera causa de nuestro subdesarrollo se debe a que después de 26 años de vida democrática y después de 15 años de haber firmado la paz, los siete Presidentes civiles que han tenido en sus manos los destinos del país, en lugar de preocuparse por llevar seguridad, progreso y bienestar a sus gobernados, se han dedicado a saquear las arcas del Estado para enriquecerse ellos y sus más cercanos colaboradores. Nuestra peor desgracia fue este gobierno de la UNE-Gana, presidido por Álvaro Colom, que nos dejó en calidad de Estado fallido. Si no me creen salgan de la capital, y van a encontrarse con carreteras y escuelas totalmente destruidas, hospitales arruinados, sin médicos y sin medicinas, niños desnutridos, inseguridad y miseria por doquier.
Título Original: Las causas de nuestro atraso
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