Cinco claves para el Up Grade forestal y agronómico
Asegurar la calidad de lo que se está impartiendo, renovar mallas muy antiguas, enfocarse en las necesidades verdes, y trabajar más estrechamente con empresas, son parte de las tareas pendientes. Pero también relevar el valor de los profesionales, con sueldos que en algunos casos apenas superan los $200.000.
Por: Martina Salvo de Oliveira
Leímos Para Usted: La Ceiba
Empresa En Gestión Y Planificación Municipal
Entre hoy y mañana alrededor de 252 mil personas darán la PSU. Entre ellos está Matías Quevedo, recién salido de cuarto medio, 17 años y promedio 6,3, quien se ha preparado todo el año y confía en que va a conseguir un buen puntaje.
Tiene más o menos claro lo que quiere estudiar: Ingeniería Forestal o Agronomía. Ligado al campo desde niño por su familia, siente que ambas carreras satisfacen sus expectativas.
Claro que a sus papás no les agrada mucho la idea. Todo el año han intentado convencerlo de que, dadas sus buenas notas y las favorables perspectivas, opte por una carrera más segura.
"Tenemos miedo por su futuro laboral. Los bajos sueldos, la dificultad de encontrar trabajo, el cierre de las carreras en algunas universidades y la baja exigencia del puntaje de ingreso son algunas de las razones que dan cuenta de que ambas opciones no viven su mejor momento", explica el papá.
Hoy, el sueldo promedio al primer año de egresado para los forestales es de $490.000, aunque hay quienes ganan $237.000. Para los agrónomos el promedio de $573.000 cae a menos de la mitad, a $247.000, para un porcentaje de los recién salidos, según Futuro Laboral, portal del Servicio de Información de la Educación Superior de la División de Educación Superior del Mineduc.
Además, cuesta encontrar pega. Se estima (promedio de ambas carreras) que uno de cada tres titulados no encuentra trabajo el primer año de egresado.
Esta realidad ha impactado en las matrículas, que han bajado a tal punto que muchas escuelas se han tenido que cerrar por falta de quórum. La situación es más crítica para los forestales. Hoy sólo quedan cuatro universidades netamente forestales, de las 16 creadas en los 90.
"Las carreras de Agronomía e Ingeniería Forestal responden de una mejor forma al desarrollo universitario, más que a señales de mercado de corto plazo, porque no son de demanda masiva y de una "rentabilidad" comparable con la de otras áreas. Es sintomático que las principales corporaciones educacionales que operan en Chile, no las tienen en su oferta académica", reflexiona Álvaro Rojas, rector de la Universidad de Talca y ex ministro de Agricultura en el gobierno de Michelle Bachelet.
Pero en un país con vocación agroalimentaria y forestal, es difícil entender la poca demanda por las disciplinas, y la escasa valoración por sus profesionales.
Con 2,5 millones de hectáreas de plantaciones, 13,6 millones de hectáreas de bosque nativo, una industria forestal por más de 10 mil millones de dólares, a costo de reposición, exportaciones agroalimentarias que llegan a todo el mundo, y la promesa de hacer del país una potencia alimentaria y forestal, justifican la importancia de ambos sectores.
Los expertos analizan la coyuntura, identifican los puntos bajos que han permitido el ninguneo a las carreras y dan cinco claves que permitirían un up grade.
1 Calidad Asegurada Con Puntajes Y Acreditación
¿Cómo asegurar que la calidad educativa, tan debatida este año en la opinión pública, llegue a las bases?
En 2011, en ingeniería forestal se registraron 139 matrículas en todo el país. El bajo interés ha hecho que disminuyan las exigencias para el ingreso. En universidades prestigiosas como la de Talca, el último alumno matriculado lo hizo con 507,50 puntos; en la Austral, otro plantel estatal, se aceptó a un joven con 445,50.
Entonces, lo primero sería imponer puntajes PSU más altos para el ingreso. Aunque es cuestionable, dado que los alumnos destacados de colegios de bajos recursos suelen registrar puntajes bajos en la PSU -por la brecha de los conocimientos impartidos-, el exigir un puntaje más alto permitiría partir de un escalón más arriba.
Otra fórmula de asegurar calidad es a través de la acreditación.
Aunque el proceso también ha sido objeto de cuestionamientos, se podría modernizar con mayor fiscalización; además de implementar un sistema de acreditación que incorpore el rendimiento del egresado.
Actualmente no se asegura que el egresado sea competente para realizar lo que por formación se promete. Un camino sería avanzar hacia la habilitación profesional, independiente de la entrega de títulos, con exámenes a los egresados, por ejemplo.
2 Modernizar Mallas Y Programas Antiguos
La situación más crítica la viven las ingenierías forestales, con escuelas que no logran cubrir sus vacantes y retener alumnos. En agronomía, la situación es más favorable. En este último caso, en los últimos años las universidades se han dividido entre las que tienen un desarrollo científico y académico, y aquellas que la restringen a un programa de pregrado docente.
"Algunas tienen modelos convencionales, otras más cerca de la práctica agronómica, y las menos han desarrollado el modelo de formación por competencias", explica Álvaro Rojas.
Pero en ambos casos hay ejes que fortalecer; por ejemplo, en lo relacionado con la renovación de mallas del año demasiado antiguas, la jerarquización de contenidos o el fortalecimiento de las prácticas.
Muchas mallas parten poniendo en su programa -los que en general tienen una base que se arrastra de varias décadas atrás sin mucha renovación- un poco de cada materia, sin una secuencia lógica de aprendizaje. Hoy no existe gran regulación entre lo que se debe impartir o lo que se debe renovar. Cada institución hace, más o menos, lo que se le da la gana en el aula.
"El modelo educativo se basa, en general, en "cómo el profesor enseña" y no en "cómo el alumno aprende", lo cual significa que no se usan las metodologías apropiadas. Peor aún, estas competencias suelen ser definidas por los mismos académicos, sin consultar a quienes emplearán a los profesionales", explica Gonzalo Paredes, decano de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.
Además, mucho de lo que se supone que los profesionales tendrán que aplicar en terreno, se aprende dentro de las sala, entre cuatro paredes, lo que dificulta la inclusión de los jóvenes en el mercado laboral, cuando tienen que manipular una planta, revisar un campo o contabilizar un lote productivo.
"El modelo educativo debería incluir con mayor intensidad la exposición de los alumnos directamente en el campo, a través de períodos significativos de entrenamiento supervisado, para que adquieran habilidades que hoy no están incluidas en los programas de estudio", indica Luis Gurovich, profesor de Agronomía e Ingeniería Forestal en la PUC.
3 Carreras Más Verdes
Que solo se ocupan de las astillas, de hacer talas rasas, que lo único que les quita el sueño es conseguir materia prima para las celulosas. Esas labores forestales, de sesgo negativo, han perdido prestigio y terreno frente a las nuevas necesidades verdes.
La recuperación de miles de hectáreas degradadas y erosionadas o los planes de protección para especies arbóreas, vida silvestre y paisaje son parte de las labores que están de moda.
"Hoy el forestal no sólo debe saber cortar y calcular cuánta biomasa o energía produce un bosque; sino que, a través de procesos de indagación, especular para hacerlo más efectivo y sustentable", sostiene Gloria Montenegro, profesora de botánica y flora nativa en Agronomía y Forestal en la UC.
Materias como el arbolado urbano, la descontaminación y el manejo de la flora en parques nacionales, así como la incorporación de áreas relacionadas con el cambio climático, bioenergía, viviendas eficientes, patología forestal, viveros y servicios forestales, son parte de lo que se está requiriendo, y que llora ser fortalecido a nivel de formación en las universidades.
En agronomía, dado que la agricultura es una de los principales responsables de la pérdida de la biodiversidad, surge la necesidad de dar un giro más brusco en torno a la conservación y protección de los recursos naturales.
"Los temas ambientales, de la calidad y de la inocuidad han ganado en significación" explica Rojas.
Pero sigue faltando un mayor énfasis verde, dado el enorme mercado que se ha abierto, por ejemplo, en ámbitos como el de las Energías Renovables No Convencionales.
4 Investigar, Globalizar Y Tecnologizar
Los grandes temas de conversación de la agricultura y el sector forestal hoy, giran en torno a mercados externos, I + D en las empresas, gestión de la calidad, innovación, encadenamientos productivos y consumidores.
En esa línea hay una deuda pendiente. Los expertos sostienen que, aunque es obligación de los planteles educativos innovar, fomentar la investigación aplicada mediante el desarrollo de procesos y productos, y prestar servicios científico-tecnológicos, no todos se han sumado de forma contundente a esa tendencia.
"Las TICs, el uso intensivo de telemetría y control automático de procesos productivos, metodologías de documentación y reducción de la huella hídrica y la huella del carbono, son temas clave", dice Luis Gurovich.
También los avances en biotecnología son fundamentales. En la agricultura, el desarrollo de variedades 2.0, que permitan que la fruta exportada tenga mejor sabor, dure en mejores condiciones los viajes de larga distancia y sea más resistente a plagas, son parte de las necesidades que deben ser fortalecidas en las universidades.
No se trata de descartar los conocimientos bases, o las fórmulas productivas tradicionales, sino de impulsar un pool de conocimientos científicos, globalizados y tecnológicos para los profesionales que se requieren en el siglo XXI.
"El descubrimiento de nuevas variedades, ya sea por selección, hibridación o transgénicos, requiere de una tecnología distinta. Eso no significa que los principios básicos son y serán siempre los mismos.", explica Horst Berger, presidente de la Sociedad Agronómica de Chile.
En instituciones como la UC se han impulsado iniciativas como el "Centro de Cambio Global" como parte del nuevo departamento de Ecosistemas y Medio Ambiente. En la U. de Chile van a comenzar el próximo año con la enseñanza por competencias, fijando cuatro ámbitos de semi-especialización, producción, conservación e industrias, en ingeniería forestal.
Pero falta por hacer.
5 Trabajo Codo A Codo Con Empresarios
La relación academia-empresa-sociedad, es un eje que debe ser fortalecido. Para sacarles el jugo a los jóvenes profesionales es clave saber qué necesitan las empresas. "Faltan oportunidades que vinculen a los alumnos con el sector público o con empresas en el pregrado", sostiene Jaime Varas, estudiante de agronomía y Consejero Territorial de Agronomía e Ingeniería Forestal UC.
En empresas como Forestal Mininco las exigencias van por el lado técnico. Al contratar, se evalúan las competencias en temas como ecología, dasometría, silvicultura de bosques naturales y plantados, producción (cosecha, caminos transporte), biodiversidad y cuidado del medio ambiente. Pero también pesan las habilidades sociales, los conocimientos legales, nociones de economía forestal y social, así como el liderazgo.
"El profesional debe tener la capacidad para influir en las decisiones nacionales, por ejemplo en definiciones legales inherentes al trabajo forestal, decretos sobre fitosanidad, y decisiones sectoriales como los estándares de manejo forestal sustentable", sostienen.
El desafío de ser una potencia agroalimentaria y forestal, en un comienzo relacionado con los volúmenes exportados, es mucho más que eso. Las dificultades del tipo de cambio, el valor de la energía y el alto costo de la mano de obra, así como las recientes preocupaciones por la calidad-inocuidad, la trazabilidad o las certificaciones, requieren de gran creatividad para ser sorteados, a través del aporte de capital humano de excelencia.
Sólo con profesionales capacitados que tengan aseguradas condiciones mínimas de competencias, pero también de incentivos, va a despegar en su aspiración de ser potencia.
Más Mujeres Forestales
Se ha pasado de cerca del 10% de la matrícula en la década del 80 a 50 o 60% hoy. "En 2011 ingresó 53% de estudiantes del género femenino. La profesión se identifica con el medio ambiente, la vida silvestre, el bosque nativo, el agua, productos no-madereros, como miel, productos farmacéuticos y servicios como el etno y ecoturismo. Eso explica el creciente interés de ellas por esta carrera. Nuestro país no las ha incorporado plenamente a las labores de mando, pero sí están muy presentes en labores de prospección, parques nacionales, entre otras", explica Javier González, decano de Ciencias Forestales de la U. de Chile.
¿Qué opinan sobre el lucro?"Los aranceles de pregrado en Chile son excesivamente altos. En EE.UU., en promedio, las universidades estatales cobran alrededor de US$ 8.000. Considerando que el PIB en los EE.UU. es varias veces mayor que el chileno, no se entiende el alto costo de la educación en Chile", dice Claudio Cafati, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile.
"Mientras el ingreso por matrículas sea parte fundamental del financiamiento, la lógica del mercado siempre terminará imponiéndose. En esta situación existe una responsabilidad compartida entre las mismas instituciones y el rol del Estado, que debe impulsar el aseguramiento de la calidad", sostiene Jorge Goffard, presidente del Colegio de Ingenieros Forestales.
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