martes, 13 de abril de 2010

Día Mundial del Libro; la necesidad de la lectura

Leímos Para Usted. Renato Lechuga García

Carlos Cáceres
ccaceresr@prodigy.net.mx
Reflexionar sobre cultura, educación y las ciencias para promover la lectura y defender los derechos de autor, fueron algunos de los motivos que tuvieron los delegados de la 28 Reunión de la Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para acordar en 1995 la celebración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.


Con base a una propuesta de la Unión Internacional de Editores (UIE) se ha efectuado, hasta la actualidad, la celebración de ese evento el cual adquiere especial significado pues, "por su naturaleza plural, el libro ocupa un lugar cada vez más importante en la vida de las personas, así como en el desarrollo de sus sociedades. Por esta razón, la salvaguardia y el fomento del libro y de su indispensable corolario, que es el derecho de autor, representa un desafío único para el progreso de la democracia", según palabras de Kachiro Matsuura, Director General de la UNESCO.
Han transcurrido varios milenios y las ideas de escritores como Miguel de Cervantes Saavedra (de su obra puede señalarse El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, La Galatea, Segismundo, El viaje del Parnaso), de William Shakespeare (entre sus textos se encuentran Romeo y Julieta, Enrique VI, Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth, El mercader de Venecia, Sueño de una noche de verano), y del cronista Garcilazo de la Vega (en especial sus Comentarios reales, Diálogos de amor de León Hebreo y la Florida del Inca), continúan vigentes. Esto ha sido posible por la presencia del libro como el instrumento más importante para la transmisión del pensamiento. Por esta razón y conmemorando el fallecimiento de esos autores -el 23 de abril de 1616- se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor con actividades en más de cien países donde participan millones de personas y, a partir del 26 de abril de 2003, fue instituido el Día Internacional de la Propiedad Intelectual por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Hombres y mujeres han utilizado diferentes medios para exponer su pensamiento a través de la palabra escrita y han sido los libros el receptáculo de la memoria y creatividad humana. Sus inicios se remontan a iniciales planchas de barro o tablillas de madera del Lejano Oriente y la posterior presencia de escribas (o escribientes) quienes los copiaban. Atenas, Alejandría y Roma se convirtieron en grandes centros de producción y en los monasterios de la edad media, los monjes copiaban libros. En el caso de la cultura maya en Guatemala, es importante el conocimiento de los códices (libros manuscritos), de los cuales destacan el Códice de Dresde, el Códice Trocortesiano y el Códice Peresiano. En sus narraciones el Padre Diego de Landa señala: "Usaban también esta gente (los mayas) de ciertos caracteres o letras, con los cuales escribían en sus libros sus cosas antiguas y sus ciencias; y figuras y algunas señales en las figuras, entendían sus cosas y las daban a entender y enseñaban". Es importante señalar dos libros mayas de especial relevancia: el Popol Vuh y Los anales de los Cakchiqueles.
El desarrollo de los libros se integra al proceso del papel y se considera que fue en China donde se fabricó por primera vez. Después, Egipto, Grecia y Roma, dominaron la técnica del papiro (utilizando material vegetal) y luego el pergamino (con piel de cabra y oveja). En Europa fue introducido por los árabes. "Los códices mayas -afirma Sylanus G. Morley- estaban hechos de la corteza reducida a pulpa de un árbol llamado en maya copó (Ficus Cotinifolia), los cuales se mantenían unidos y compactos mediante una goma natural que usaban como sustancia conglutinante".
Junto a la utilización del papel, la producción de libros se intensificó con el descubrimiento de la imprenta realizado por Johannes Gutenberg en 1436. Es importante destacar lo expuesto por Ramón A. Salazar en el texto Historia del desenvolvimiento intelectual en Guatemala. Al analizar la introducción de la imprenta en Guatemala en 1660 dice: "En 1663 se imprimió el primer libro que vio la luz pública en Centroamérica, según la opinión más autorizada y que consistía en un tratado teológico en 728 páginas en columnas de letra clara y uniforme, muy bien cortado y encuadernado".
La presencia de libros en Guatemala tiene antecedentes antiguos y, hasta la actualidad, el país ha presentado una importante calidad de escritores lo cual permite tener un Premio Nobel de Literatura, con la creación de buenos libros y se puede señalar la existencia de una importante generación de lectores.
Considerando lo anteriormente expuesto, en el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor es necesario plantear para Guatemala el desarrollo de una política nacional del libro y lectura con el propósito de contar con datos reales de la industria editorial, eliminar las ambigüedades del sector gubernamental y analizar en forma global con la sociedad civil los factores que permitan ampliar el número de lectores. Sólo de esa manera seremos un país más democrático y libre.

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