Leímos para usted: Renato Lechuga Gestor y Planificador Territorial
Verónica Spross de Rivera vspross@sigloxxi.com
Las familias de áreas rurales en situación de pobreza están frente a una ventana de oportunidad si su proyecto productivo resulta seleccionado para recibir apoyo. Con el noble propósito de apoyar el desarrollo de las comunidades rurales se ha planteado el Programa de desarrollo económico desde lo rural, que se denomina PDER. La implementación del PDER está a cargo del Programa Nacional de Competitividad Pronacom y el Ministerio de Economía.
Entre los objetivos del programa se encuentran: incrementar los ingresos de la población rural, indígena; generar empleo formal en el área rural; mejorar la competitividad fortaleciendo las organizaciones rurales indígenas para el autosostenimiento a largo plazo, y fortalecer los modelos de manejo estratégico de desarrollo territorial.
Este programa busca además identificar unidades productivas, que tengan al menos 20 miembros, con el fin de mejorar su capacidad de producción o de ofrecer servicios con mayor calidad. Por ello se propone fortalecer las cadenas productivas que permiten que dichas unidades productivas coloquen o comercialicen sus productos de una forma beneficiosa. Para poder participar en el PDER se requiere una idea de negocio en el que intervengan por lo menos dos unidades productivas, vendedor y comprador, que formen parte de una cadena productiva. Ninguno de los beneficiados debe tener ingresos mensuales superiores a los Q5 mil.
Si su propuesta resulta aprobada luego de superar un proceso de análisis y evaluación, las unidades productivas pueden optar por ser beneficiarios de los distintos servicios que presta el PDER, entre los cuales están la realización de estudios, asistencia técnica, productiva y gerencial, capacitación, certificaciones internacionales, servicios de comercialización, servicios legales, capital semilla, infraestructura productiva y crédito productivo y de capital de trabajo.
La meta es apoyar a 200 proyectos en un plazo de dos años. Es interesante que exista una ventana abierta para apoyar la empresarialidad rural. La gama de servicios que se ofrecen por parte del programa es amplia y toma en cuenta las diversas necesidades que enfrentan los pequeños productores ubicados en el corazón de Guatemala. El programa puede contribuir sustancialmente a cambiarle el horizonte a una comunidad si su proyecto es seleccionado, si está planificado adecuadamente y si se da la capacidad de cumplir con los requisitos solicitados.
Sin embargo, surgen dudas de si las comunidades van a poder plantear claramente su idea de negocios y si van a cumplir con los requisitos de impacto en empleo, en ingresos y eficiencia de la inversión que se les requiere. El planteamiento de soluciones desde la comunidad misma constituye un elemento fundamental para el éxito. Pero, el desafío es que los procesos del PDER sean ágiles, y que se facilite y acompañe de manera efectiva a los proponentes de un proyecto. La sinergia que se logra de alianzas con el sector productivo puede generar nuevos empresarios o fortalecer a unidades productivas en el área rural, así como crear empleos y capacidades, factores fundamentales para elevar el nivel de vida de la población más pobre. Ojalá la meta no sean solamente 200 proyectos, sino 10 veces más para que el impacto en el combate a la pobreza sea visible.
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