jueves, 15 de abril de 2010

Flacso y la seguridad ciudadana

Hoy quiero compartir algunos hallazgos de una investigación acerca de la potencialidad de los gobiernos municipales.

Leímos para usted:
Renato Lechuga García, Gestor y Planificador Municipal.
Autor: Álvaro Velásquez  alvarovelasquez@intelnett.com
Hoy quiero compartir algunos hallazgos de una investigación acerca de las potencialidad de los gobiernos municipales en general, pero de Centroamérica y República Dominicana en particular, para gestionar el tema de la seguridad ciudadana, que se realizó en el 2009, bajo la coordinación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Sede Académica de Costa Rica, con apoyo de otras Flacso´s de la región), y los auspicios de la cooperación española.
Ya de entrada el  contexto de violencia de la región es desalentador, pese a lo cual, hay esperanza en lo local y en el carácter sistémico e integral que las políticas de seguridad deben tener para avanzar en la convivencia social y el desarrollo. En el contraste de los casos revisados y de los enfoques teóricos que los justifican, el equipo de investigación regional, del cual tuve el honor de participar, concluye que el tema es más complejo de lo imaginado, debido a la variedad de acciones y resultados de las experiencias revisadas, así como de las debilidades y crisis general de los Estados de la región. Un tema de controversia es el grado de competencias reales que los municipios pueden asumir en tales condiciones. Y no obstante el carácter preliminar de las observaciones, se  puede generalizar diciendo que algunas ciudades ya están adoptando parte o todas de las siguientes medidas de prevención: 
1. Regulación de establecimientos de diversión, normando lo relativo a discotecas, bares, expendios de licor, horarios de diversión, etcétera, para garantizar el orden y bajo consumo de estupefacientes, que suelen generar comportamientos delictivos. 
2. Promoción de la organización comunitaria, impulsando consultas, cabildos abiertos, organizaciones barriales,  etcétera, para fomentar  la participación de la ciudadanía, entendida ésta como influencia y decisión plural en los asuntos públicos y comunitarios).
3, Rescate y mantenimiento de los espacios públicos,  parques, calles, mercados, plazas centrales, etcétera, concebidos como cruces de cultura ciudadana, así como de descanso e intercambio pacífico, lo cual se realiza mediante alumbrados, despejes, guardianías y otros métodos de resguardo.
4. Promoción de la educación cívica, potenciando valores y sensibilizando sobre las ventajas de vivir en comunidad, e impulsando políticas de atención a los más vulnerables (niños, mujeres, ancianos).
5. Abordaje con autoridad de los factores de riesgo, tales como las redes de prostitución, alcohol, armas y vehículos, cuyo control reduce los riesgos el fenómeno violento en las ciudades. Las policías de tránsito y municipales con prestigio abonan en este sentido.
6. Ornato y medio ambiente, Potenciando el municipio limpio y verde, mejorando la disposición de desechos sólidos, reforestando y limpiando las calles y reduciendo la contaminación visual y auditiva, factores de estrés social.
8. Gobierno local responsable. Promotor de la transparencia y rendición de cuentas, con pleno acceso a la información, lo cual aumenta su credibilidad y su legitimidad.
Allá donde hay déficit de estos lineamientos hay también mayores índices de inseguridad. Pero si el Estado en su conjunto carece de ellas, las islas no siempre sobreviven. La publicación del informe estará lista en mayo.

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