Deuda total del Estado rebasa los Q100 mil millones. Incluido lo que deben las comunas, se supera el 36% del PIB.
Renato Lechuga Gestor y Planificador Territorial
El tema de la deuda pública está presente en los medios en las últimas semanas. Si algo se ha aprendido en la crisis financiera mundial es que el apalancamiento financiero, término más elegante para denominar a la deuda, es algo serio, importante y representa un arma de doble filo. No hay que satanizar la deuda. Es un instrumento financiero muy útil si es bien utilizado. Permite inversión y consumo, lo cual sería imposible con el flujo de un período. El financiamiento ayuda a las alcaldías municipales a impulsar proyectos de largo plazo, pero también ha sido el camino para que su deuda conjunta ascienda a los Q2 mil millones. En el caso del Gobierno Central, el puesto de titular del Ministerio de Finanzas Públicas (MinFin) es muy parecido al de gerente financiero de una empresa. Tiene muchos roles, pero hay uno muy importante: manejar el nivel de deuda óptimo de la organización que, en este caso, sería un país. El ejercicio de estructura de capital-deuda es uno en el que convergen varios aspectos: primero, necesidades financieras de corto plazo (sueldos, gastos administrativos), segundo, necesidades financieras de largo plazo (proyectos de inversión entre otros). Estos dos están dentro de dos ejes más grandes: la capacidad de deuda del país, y la preferencia o aversión a la deuda por parte de los miembros. Para una empresa son los accionistas, para un país, los ciudadanos (lea: Tolerancia de los deudores).
Tanto el MinFin como el Banco de Guatemala (Banguat) han presentado su análisis de que la capacidad de Guatemala permite todavía aumentar el nivel de deuda. Es decir, que es sostenible.
¿Cuánto se debe realmente?
Según el MinFin, a fines de marzo la deuda total era de Q72 mil millones, de los cuales Q30 mil millones son deuda interna y el resto es deuda externa. La deuda externa más relevante es con Multilaterales, cerca de Q31 mil millones. El BID es el más relevante (Q15 mil millones) seguido por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Q10 mil millones) y el BCIE (Q5 mil millones). En las presentaciones se dice que el valor crítico (de acuerdo con el FMI) para un país con las características de Guatemala no debe exceder del 40% del Producto Interno Bruto (PIB). El monto de deuda total asciende a 25.5% del PIB. La conclusión es que es sostenible bajo dicho nivel crítico.
Una segunda lección de la crisis financiera es que la transparencia financiera de reportar balances que reflejen la verdadera situación patrimonial de empresas y países es un deseo, muchas veces. Vimos cómo Grecia ocultó durante casi una década el nivel de deuda para cumplir con los tratados de Maastricht y de paso engañar a los organismos y clasificadores de deuda. Para qué mencionar sobre el encubrimiento de los niveles de deuda de varios bancos de Wall Street. Como factor común estuvo el uso de mecanismos fuera de libros, que, básicamente, hacen que otra empresa o entidad reconozca la deuda y no cargarla dentro de los balances de la entidad que se quiere maquillar.
¿Qué es una deuda?
Cualquier obligación de pago futuro es una deuda; si está o no reportada, o reconocida, no esconde lo que es realmente: un compromiso de pago futuro. Y es que la deuda, en su definición más básica, es eso.
En el caso de Guatemala, también hay operaciones financieras no reconocidas por el MinFin y que son compromisos de pagos futuros (deudas) que deben de ser contabilizadas si uno quiere tener el estado fehaciente de las finanzas públicas. Si a lo que se dijo arriba sumamos las deudas del Gobierno con el Banguat, con el IGSS, y las deudas adquiridas por las Municipalidades, el nivel de compromisos del Estado no refleja una situación de holgura.
Los estados financieros del Banguat indican que el Estado le debe cerca de Q17,739.5 millones, mientras que estimaciones de este matutino recientemente suman la deuda gubernamental al IGSS en Q16,536.4. Al reconocer estas operaciones fuera de balance dentro de los libros, además de los Q2 mil millones que deben las Municipalidades del país (así lo indica el portal de Gobiernos Locales), la deuda real asciende a más de Q100 mil millones y más de 36% del PIB. Porcentajes que se acerca al nivel crítico antes expuesto y que debería llamar a la reflexión futura.
TOLERANCIA DE LOS DEUDORES
Cuando se habla de deuda pública hay muchos ejercicios para explicarla o para matizarla; pero lo que todo buen administrador financiero debe medir mediante varias técnicas disponibles es la preferencia o aversión a la deuda por parte de las personas. La aversión o preferencia a la deuda es algo que no puede ser calificable en juicio de valor, pero es determinante a la hora de reconocer y llegar al nivel de compromiso óptimo. Algunos países (empresas) prefieren acarrear más deuda y por ende más riesgo que otras. Habría que preguntarse si el actual Ministro y los anteriores han hecho el ejercicio completo, y no restringirse a ser “buscadores” de financiamiento ante los intereses específicos. Sólo esperemos que esta deuda efectiva del Gobierno de Guatemala de cerca de 37% del PIB sea congruente con la tolerancia a la deuda de la población. Cuando no hay equilibrio entre ambas puede causar malestar.
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