A cinco años de la fecha límite, el cumplimiento de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aún es un horizonte lejano.
Por: Asier Andrés
La directora de la Secretaría de Planificación, Karin Slowing, se esforzó por alejar el pesimismo; aseguró que Guatemala está en el buen camino, que falta intensificar los esfuerzos, pero que la dirección es la correcta. Sin embargo, los resultados del tercer informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) arrojaron unas conclusiones que no invitaron precisamente al optimismo.
Slowing entregó un reloj de arena al mandatario durante la presentación del informe.
En 2000 Guatemala se comprometió en la Organización de las Naciones Unidas a que antes de 2015 reduciría a la mitad la tasa de pobreza extrema, erradicaría el hambre, disminuiría en un 75 por ciento las muertes maternas, entre otras buenas intenciones. Pese a que el punto de partida para evaluar el cumplimiento de estos objetivos era 1990; es decir, que ya se ha dispuesto de 2 décadas para avanzar, lo cierto es que solo indicadores puntuales como conseguir que todos los niños se matriculen en primaria o que la mortalidad infantil baje a 38 por cada 1,000 nacidos vivos, están cerca de cumplirse.
Los problemas estructurales como la pobreza extrema y la desnutrición son los ODM más rezagados. Si en 1990 el 18 por ciento de la población vivía en la indigencia; en 2006, aún era el 15 por ciento. Esta es la última fecha de la que se disponen datos, pero según establece el informe, en 2010 es probable que la pobreza extrema siga estancada debido a los desastres naturales del último año y el alto precio de los alimentos. Incluso señalan: “El descenso de la pobreza extrema se ralentizó mucho antes de iniciar la crisis económica actual”.
La desnutrición crónica, medida por el retardo de talla en menores de 5 años, disminuyó desde un 57 por ciento en 1990 a un 43 por ciento en 2009; es decir, que aún restaría reducir esta tasa en un 14.5 por ciento para lograr la meta ODM, otras 2 décadas de políticas contra el hambre. En el caso de la población indígena, la desnutrición crónica ascendió el año pasado al 58.6 por ciento, lo que hace un mayor la brecha para lograr el objetivo.
La mortalidad materna es el otro indicador con peor desempeño. Si en 1990 la tasa era de 219 fallecidas por cada 100 mil nacidos vivos, en 2007 había caído hasta 136, por lo que la meta de 55, aún parece muy lejana.
Los ODM referidos a la conservación de la naturaleza no solo no avanzan lentamente, sino además retroceden, como la cobertura forestal, que pasó del 40 por ciento del territorio hace 20 años al 36 por ciento en 2009.
Los ODM referidos a la conservación de la naturaleza no solo no avanzan lentamente, sino además retroceden, como la cobertura forestal, que pasó del 40 por ciento del territorio hace 20 años al 36 por ciento en 2009.
Si el actual ritmo se mantiene, faltarían…
33 AÑOS para reducir la pobreza extrema a la mitad.
19 AÑOS para reducir a la mitad la desnutrición crónica.
11 AÑOS para lograr que todos los niños que inician primaria la acaben. 37 AÑOS para que todos los recién nacidos sean vacunados de sarampión.
17 AÑOS para que las muertes maternas disminuyan en un 75 por ciento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario