domingo, 29 de mayo de 2011

Desnutrición crónica, un mal invisibilizado en Guatemala


Desnutrición crónica, un mal invisibilizado en Guatemala
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó que los primeros centímetros que mide un niño son un indicio que permite detectar la desnutrición crónica, la cual para muchos sigue estando invisibilizada, aunque cerca de la mitad de los niños y niñas menores de cinco años la padecen en Guatemala.
Por: Redacción La Hora
lahora@lahora.com.gt
La doctora María Claudia Santizo, especialista en Nutrición, de Unicef, y Roberto Cabrera, de Acción contra el Hambre, coincidieron en que como en Guatemala se está acostumbrado a decir que "somos chaparritos", ver a un niño con baja estatura se considera normal, pero puede ser que "estemos frente a uno de ese 50 por ciento de niños menores de cinco años con desnutrición crónica".
Los expertos explicaron que si un niño nace hoy y mide menos de 49 centímetros ya tiene problema de desnutrición crónica, igualmente si al año de vida aún no mide 72 centímetros, al segundo no mide 82 centímetros, y si a los 3 años no mide 90 centímetros, el problema continuará afectando su desarrollo hasta la edad adulta. Por eso es que se dice que los primeros 2 años de vida son una etapa única e irrepetible porque es cuando se da el desarrollo más importante.
Si el niño está desnutrido crónico y no es atendido, se verá afectado el desarrollo de su cerebro y su inteligencia será disminuida. Pasados los dos años la desnutrición habrá causado daños que serán para toda la vida; tendrá más probabilidades de ser adulto pobre, explicó Cabrera.
Comentó que además del déficit de talla, la desnutrición se detecta al observar a los niños. "Recientemente viajé a Jalapa, platiqué con una madre que estaba sentada en la banqueta de su casa, con ella permanecían sus tres niños, en brazos uno de 8 meses; los otros dos de 2 y 4 años. La conversación duró hora y media aproximadamente y durante ese tiempo los niños no se movieron, no tenían energía; es imposible que a esa edad no estén jugando, saltando o caminando", relató la doctora.
En una aldea de Sololá se le consultó a una madre de familia si sabía qué es la desnutrición crónica, su respuesta, aunque con temor, fue que no.
Vista de la sala contra la desnutrición, en el Hospital de Jalapa. FOTO LA HORA: ARCHIVO

MAL ANUNCIADO
El representante de Acción contra el Hambre, destacó que siempre se están atendiendo crisis alimentarias, no hay programas preventivos para enfrentar la desnutrición.
Todos tenemos estudios desde hace seis años donde se establece que entre junio y septiembre de cada año ciertas áreas del país se verán afectadas por el hambre.
"Reaccionamos como si no hubiéramos sabido de esa crisis alimentaria anunciada. Lo que hacen es comprar comida y regalarla; apagar fuegos, cuando lo que se necesita es crear políticas que trasciendan los gobiernos, que no se empiece de nuevo cada cuatro años", opinó Cabrera.
Santizo subrayó que la voluntad política para atender la desnutrición crónica debe traducirse en asignación presupuestaria porque este año se declaró emergencia nutricional pero no hay recursos para atenderla.
El vicepresidente Espada, dijo que para concluir este año el programa de riesgo nutricional se requieren de aproximadamente Q80 millones.
De igual forma, si ahora se iniciara un proyecto para evitar el hambre, sería imposible atender a todos los afectados, explica el Comité de Unidad Campesina (CUC).
Esto, según Rafael González, del CUC, porque la asistencia alimentaria para los campesinos debe ejecutarse de acuerdo con el calendario de cultivos y no cuando se "acercan las elecciones o se aprueban los presupuestos".
"Muchos técnicos y especialistas en el Gobierno saben que el problema se combate ofreciendo tierras y medios de producción antes de la época de siembra; la comida regalada sirve solo para unas semanas o solo días", explica.
"Por eso, o surgen soluciones de fondo o van a seguir muriendo los niños", sentenció González.

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