lunes, 7 de febrero de 2011

Agro Y Bonos De Carbono, Un Incierto Mercado


Agro Y Bonos De Carbono, Un Incierto Mercado
La Apuesta Por Bonos Voluntarios, La Brecha Entre Grandes Y Chicos Y La Falta De Definiciones Para El Agro, Son Parte De Los Problemas. Si Se Solucionan Los Obstáculos, El País Tiene Potencial Para Alcanzar 36 Millones De Emisiones De Toneladas Certificables Al 2012.
Por: Martina Salvo de Oliveira 
Leímos Para Usted: Renato Lechuga
Al Gore hizo un gran negocio al apostar por la venta de bonos de carbono hace unos años. Era grito y plata. Un negocio verde que daba billetes y prometía revolucionar el mundo al englobar en un mismo concepto la preocupación medioambiental y los retornos.
Hoy el tema sigue estando de moda y siendo rentable -al menos para un segmento de empresas-; pero del entusiasmo inicial queda poco. Y es que el modelo ha demostrado tener varios desperfectos si no se ajusta a las necesidades técnicas de los mercados donde se instala.
En Chile, el tema también ha estado en la mirada de inversores y empresarios. Y el campo, por sus actividades productivas y comerciales, abre interesantes alternativas de negocio en el mundo de los bonos, el más intangible de los comoditties.
Una viña que trata sus riles, un agricultor que opta por sembrar a través de cero labranza y un propietario que defiende su bosque esclerófilo con uñas y dientes frente al interés de proyectos inmobiliarios o de cultivos, son alternativas que aparecen como viables para vender bonos verdes.
Viñas como De Martino, empresas forestales como Arauco y faenadoras como Agrosuper, son sólo una parte de los emprendedores que ya se han aventurado en certificar bonos de carbono y venderlos a empresas de países desarrollados que necesitan mitigar emisiones. TFS Green, Poch y Deumann son parte de las compañías que han apoyado el creciente interés nacional.
Y es que se trata de un mercado nada despreciable para el país. Al año 2012 alcanzaría una oferta de 36 millones de toneladas  de emisiones certificables. Su valor es difícil de proyectar por la volatilidad del mercado, pero calculando un precio bajo de 15 dólares por tonelada, la cifra es bastante significativa.
Sin embargo, hasta ahora, ha costado que el negocio se amplíe. Incluso un proyecto potente como la Bolsa Climática de Santiago (SCX, por sus siglas en inglés), lanzada hace poco más de un año y medio por Fundación Chile y Celfin Capital, y que en principio pareciera ser una buena alternativa para obtener ingresos por la baja de contaminación, es mirado con cautela por los expertos, especialmente cuando se refiere a las posibilidades para el agro.
La inquietud tiene que ver con  la formulación técnica del proyecto para confrontar el mercado de bonos de carbono en Chile.
En diciembre pasado la mediática Bolsa Climática de Chicago impulsada por Al Gore, y que utilizaba el modelo de carbón voluntario, VCS, para transar emisiones -el mismo que se utilizará en Chile a través de SCX- decidió cerrar y finiquitar el comercio de carbono. En su momento la plataforma contó con adherentes top como el actual presidente de EE.UU. Barack Obama, e instituciones como Goldman Sachs y la Gestión de Inversiones de Generación de Al Gore. Pero ahora, cerrada, hace que algunos expertos duden de lo que pueda pasar con los bonos voluntarios en Chile.
La inclusión de pequeños empresarios al sistema es otro de los temas que causa dolores de cabeza. En los 74 proyectos que ha impulsado Chile a través de bolsas internacionales, son las grandes empresas las que han obtenido dividendos con el sistema. Humo blanco para quienes venden grandes volúmenes y humo negro para quienes certifican pocas reducciones.
Aunque la bolsa nacional permitiría el comercio del retail, no resuelve los altos costos para certificarse que hoy marginan a los más chicos.
La elección de operar con bonos voluntarios y el no resolver la inclusión de pequeños empresarios al modelo son temas que inquietan.
Pero No Son Los Únicos.
La guinda amarga de la torta, es la falta de una metodología y claridad sobre los sectores del agro que podrían verse más beneficiados. Hoy no son tan evidentes los proyectos que podrían revestir mayores oportunidades para el sector.
Bonos voluntarios, problemas involuntarios
En el mundo de los bonos de carbono existen múltiples opciones para medir las emisiones. Las más famosas son los Mecanismos De Desarrollo Limpio, MDL, sistema generalizado en la Unión Europea; y, en segundo lugar los VCS que se popularizaron a través de la hoy cerrada Bolsa Climática de Chicago lo que pone en una encrucijada el hasta ahora atractivo mercado voluntario.
"Creo que los mecanismos voluntarios no son una alternativa por muchas razones. Entre éstas, porque las empresas no bajan emisiones de forma voluntaria. La experiencia dice que el negocio no funciona si no es regulado", explica Arturo Brandt, experto en temas medioambientales del Grupo Vial Abogados.
Quienes no ven con buenos ojos los mecanismos voluntarios para la reducción de emisiones, creen que la mejor solución para comenzar a operar en una bolsa nacional sería haber apostado por lo que está haciendo la Comunidad Europea que regula los límites máximos autorizados por empresa, fomenta el cap and trade -intercambios donde las empresas venden sus reducciones a otras compañías con excesos- y cobra multas a quienes no cumplen.
Pero el modelo del Viejo Mundo, aunque sigue operando, no ha estado exento de problemas.
Hace menos de tres semanas hubo una suspensión en el comercio de emisiones por fallas del sistema que permitieron el robo de 7 millones de euros en bonos. Además, no queda claro si sería la mejor opción para las necesidades del sector agrícola nacional.
"En el mercado oficial de los certificados de carbono de MDL del Protocolo de Kioto, no hay un mercado fácil para proyectos silvoagropecuarios, especialmente para la captura de dióxido de carbono en el suelo u otros, ya que sólo se aceptan proyectos de forestación y reforestación, por ahora. Sobre las opciones que hay, veo complejidad en los MDL regulados porque tienen estándares muy estrictos. Creo que los mercados voluntarios son una salida más conveniente, temporalmente, para la captura de carbono de proyectos de menor tamaño, principalmente en el sector agro forestal. Como dice el dicho popular: a falta de pan buenas son las tortas", sostiene Aquiles Neuenschwander, experto de la Fundación para la Innovación Agraria.
Grandes y pequeños
Otro De Los "Peros" Son Los Costos.
"Chile Tiene Que Apostar Por La Eficiencia, Porque El Gran Negocio Ya Pasó. Es Demasiado Alto El Cambio Tecnológico Que Se Debe Hacer Para Probar Las Reducciones. No Conviene", explica Heloisa Schneider, directora de sustentabilidad y cambio climático de KPMG.
Poner plata para armar un proyecto sabiendo que la reducción de emisiones va a ser baja es como dispararse en los pies para los pequeños productores. Sumando y restando, el potencial de evaluar la viabilidad, instalar tecnologías para reducir y hacer las consultorías versus las reducciones que se obtienen, en general, no es viable para los más chicos, a no ser que cuenten con un paraguas económico externo.
Proyectos pequeños como el de la viña De Martino por poco más de seis mil toneladas o uno de deforestación en Llanquihue para la reducción de 700 toneladas, no son rentables por sí solos. Mientras el primero se financió con un esfuerzo de la viña, el segundo está amparado por una fundación japonesa.
Actualmente no hay políticas que ayuden a los pequeños productores, para que puedan subirse de forma rentable al comercio de los bonos de carbono.
"Faltan políticas públicas en esta materia como las que hay en los países desarrollados para los cuales el Protocolo de Kioto impone estándares y regulaciones bastante claras. Hay empresas que van a colgarse y ser súper agresivas y otros productores que, por no poder seguir el ritmo, se van a quedar atrás", explica Aldo Cerda, gerente forestal y de asuntos corporativos de Fundación Chile.
En el país se está realizando un estudio encargado por el Ministerio de Energía para evaluar qué modelo podría ajustarse mejor a la realidad nacional y que incluye oportunidades de desarrollo para el sector agropecuario. Aunque hay reserva sobre el proyecto que se espera concluya en marzo, la idea es develar los mecanismos más aptos y evaluar la regulación a nivel estatal.
Desglosando El Agro
Aunque para algunos el modelo de la SCX no es el más acertado para Chile, nadie pone en duda el potencial que podría significar para distintos rubros del agro. La clave del éxito estaría en tener un foco de negocio claro, el mismo que hoy se ve difuso. Por ahora, en la Bolsa diseñan la metodología según los proyectos que surjan y siguen buscando las oportunidades concretas para sectores como el del agro en sus nichos más interesantes.
*  Lo más rentable
En Chile y en el mundo es el sector energético el que más oportunidades de reducción y negocio representa; pero el agro le sigue los talones. Por concepto de emisiones Chile representa casi 14 millones de toneladas de dióxido de carbono en la agricultura, siendo el cambio en el uso de suelos y la forestación los que más impactan.
Según datos de Fundación Chile, la deforestación representa el 18 por ciento de las emisiones en el mundo y mucha está asociada a habilitar superficie para la agricultura. Por tanto el cambio en el uso de suelos, el fomento a la forestación y manejo de bosque nativo para generar reducciones son parte de las oportunidades top.
También los productores que apuesten por cero labranza podrían tener buenos dividendos. Y es que al no remover suelos se disminuyen las emisiones de metano. Finalmente, quienes aprovechen la potencialidad de sus canales, para instalar mini centrales de paso cuya energía pueda integrarse al sistema interconectado, estarán contribuyendo a limpiar el sector energético, lo que podría ser certificable.
*  Lento, pero seguro
Entre los proyectos con menor impacto pero que no dejan de ser interesantes se podrían acoplar quienes protegen el bosque esclerófilo; quienes reemplazan sus calderas de energías fósiles por renovables como la biomasa; faenadores que tratan sus riles como lo ha hecho Agrosuper; las viñas que tratan sus residuos y la agroindustria de productos como los deshidratados que, sin proyectarlo, por su bajo uso de agua generan menos emisiones y son verdes por naturaleza.
*  Definitivamente no tienen oportunidad
Pero no todo proyecto se ajustaría en la dinámica del mercado de bonos de carbono. Un productor que tiene bosque nativo, por ejemplo, probablemente no pueda beneficiarse con estas políticas porque esos bosques ya están protegidos por ley. Tampoco los proyectos muy pequeños son rentables por lo cual los expertos llaman a tener ojo y no hacerse expectativas antes de evaluar sus procesos.
"La agricultura representa el 13,8 por ciento de las emisiones en Chile. Habrá que ver si la bolsa recoge ese potencial en los subsectores donde se puede sacar más provecho como deforestación, forestación, y no termine asociada a servicios cuyo impacto en la reducción de emisiones es marginal", remata Arturo Brandt.
 Pasos Para Evaluar Posibles Proyectos
1.- Determinar con una empresa experta la línea base de emisiones de gases de efecto invernadero.
2.- Ver la posibilidad de disminuirlas a través de la instalación de tecnologías.
3.- Si se ajusta a un MDL, hay que cumplir las condiciones de admisibilidad.
4.- Tirarse a la piscina y ser paciente porque validar, registrar, verificar, certificar y emitir bonos, se demora con las regulaciones actuales; hasta tres años.
Las Cifras Tras Chile
El país es top 3 entre los más confiables para invertir en el mecanismo después de China e India, según la consultora Point Carbon.
Chile tiene 74 proyectos de mecanismos de desarrollo limpio según Pro Chile.
Una medición de la administración de información energética de Estados Unidos, arrojó que Chile tuvo entre 2008 y 2009 el mayor aumento de emisiones, pasando de las 68 mil a 119 mil toneladas.
El proyecto nacional que más ha reducido emisiones es el de una planta de biomasa en Valdivia por 107 mil toneladas; y el que menos uno de Metrogas y Watt's sobre energías renovables que redujo poco más de dos mil toneladas.
70% de los proyectos chilenos son para los sectores hidroeléctrico, de rellenos sanitarios y biomasa.
Bolsa para el país
La Bolsa Climática made in Chile quiere ser la única bolsa privada del Hemisferio Sur; aspira a facilitar el negocio transparente de la venta de bonos de carbono a nivel retail; y proyecta convertirse en referente para la mayor parte de los países latinoamericanos dando cátedra de cómo transar bonos de carbono y prestando la plataforma a países como Perú y Bolivia.
Concha y Toro, Arauco y la Compañía Sudamericana de Vapores ya se han sumado a la iniciativa, pero hasta ahora, bajo el paraguas de la SCX, no han transado ningún bono, aunque esperan comenzar a hacerlo en marzo próximo. Fuente: http://diario.elmercurio.com/2011/02/07/revista_del_campo/_portada/noticias/B7810A69-1537-4C1A-9C99-E8EA652028F9.htm?id={B7810A69-1537-4C1A-9C99-E8E

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