miércoles, 16 de febrero de 2011

El Candidato Helicóptero = El Candidato Presidencial


El Candidato Helicóptero = El Candidato Presidencial
Ahí viene descendiendo de los Cielos, tal y como se esperó (y se sigue esperando) al Mesías. Pese a que la organización municipal del partido realizó un arduo trabajo para publicitar la llegada del Candidato Helicóptero y acarrear gente de las aldeas, en realidad, la mayoría de la gente que llegó, fue por la bulla de aquella enorme hélice que impactó en la tranquilidad del pueblo.
Leímos Para Usted:
Diario Paranoico
Por: Mario Cordero Ávila
mcordero@lahora.com.gt
“La Ceiba”
Ese fin de semana no hubo torneo de futbol en el campo de tierra local, porque El Candidato Helicóptero solicitó aterrizar allí. Al final de cuentas, la llegada de una de estas aves metálicas bien vale la pena que se paralice la misa, el culto y la chamusca dominical.
Antes de descender, El Candidato Helicóptero pregunta? En Qué Pueblo Se Encuentra, Quién Es El Alcalde, Quién Es El Líder Municipal Del Partido, Porque En Cuestiones De Política Municipal Y De Geografía, es muy posible que esté más perdido que el papá del hijo de la Llorona
(Juca o Siguapa). Al final de cuentas, este sacrificio es mínimo a cambio de unos cuantos votos, que, pese a ser pocos, serán fundamentales si quiere ganar las Elecciones Nacionales. Después, ya metido en el Guacamolón, seguramente no tendrá necesidad de ir a aquel polvoriento lugar, al cual se accede únicamente en helicóptero.
 El presidente de Guatemala admite que su esposa podría lanzar su candidatura para sucederlo en la jefatura del Estado.
Mientras tanto, las personas acarreadas y los shutes (Metidos), que acudieron por el ruido y el levantón de polvo que generó el aterrizaje Del Candidato Helicóptero, tendrán la oportunidad, única e invaluable, de conocer de cerca al posible futuro Presidente. Aunque quizá no tenga posibilidades en las encuestas maniatadas, para el pueblerino será la única vez para verlo, porque la siguiente vez tendrán que hacer manifestaciones hacia la Capital, bloqueando carreteras y provocando molestias a quienes se consideran el motor económico del país, es decir, esas viejas fodongas que andan a las diez de la mañana en su carro con rumbo al Salón de Belleza.
Sí, es la oportunidad para ver de cerca Al Candidato Helicóptero, porque quizá sea él quien esté sentado en breve en la Silla del Presidente, allá en la Capital, sin necesidad de volar cada fin de semana o de empolvarse sus lustrosos zapatos.
Al Presidente Tacuche siempre se le olvida que fue El Candidato Helicóptero, y cuando haya necesidad, en vez de ir a aquel pueblo polvoriento, envíe a su Gobernador, Alcalde o Alcalde Auxiliar.
Pero mientras se ciñe la Banda Presidencial, El Candidato Helicóptero tendrá que abrazar viejitas sudorosas, besar niños chorreados, y, mientras se acerque a dar un abrazo, haya oportunidad para pedirle: "Por favor, recuérdese de nosotros; necesitamos una escuela, una carretera, agua potable, y tantas cosas, pero al menos véngase de vez en cuando".
Pero, pese a las súplicas, El Candidato Helicóptero deberá partir pronto, hacia otro pueblo, otro mitin, en donde la historia será similar. Si tienen suerte, los pueblerinos volverán a verlo en caso de segunda vuelta. Si no, el 14 a las 14 horas, se habrá olvidado de todos los campos de fut polvorientos donde aterrizó, los niños que besó, y la babeada que le dieron las doñitas cuando se acercó a besarles el cachete. Y, sobre todo, se habrá olvidado de todo lo que le pidieron.
Y, ahí va, media hora después, El Candidato Helicóptero rumbo a otro municipio polvoriento. El período electoral es tan corto, que se debe violar la ley para empezar con anticipación, con tal de ir a todos los municipios, o al menos a donde haya organización partidaria, o, por lo menos, donde haya posibilidades de ganar la alcaldía.
Ahí va, El Candidato Helicóptero, levantando polvo y viento, como augurio de lo que será su gobierno en caso de llegar a ser el Presidente Tacuche. Los niños corren en círculos para decirle adiós, y los adultos insisten en ver el vuelo hasta que se pierda de vista; una lágrima caerá, motivada por la esperanza que les da, que con éste, ahora sí, la cosa va a cambiar.
Eso sí, no le pregunten Al Candidato Helicóptero quién le está pagando, sin pedir nada a cambio, el costoso alquiler de su pájaro metálico. No, no le pregunte, porque casi siempre se enoja, voltea a ver hacia la izquierda, buscando en su cerebro una mentira, para ocultar información que no puede revelar.

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