Consejos De Desarrollo De Guatemala: La Cultura Del Regalo

Consejos De Desarrollo De Guatemala: La Cultura Del Regalo

Que La Autonomía No Sea Un Mero Discurso Inocuo.

Por: Marcela Gereda

Leímos para usted, La Ceiba

Hace algunos días tuve oportunidad de entrevistar al intelectual maya k’iche’ Rigoberto Quemé Chay, ex alcalde de Xela y uno de los fundadores del partido político de Occidente Xeljú, sobre la dinámica que han tomado los Consejos de Desarrollo en este año de contienda electoral.

Señor Rigoberto Quemé Chay

Quemé Chay dice: “El modelo de los Consejos de Desarrollo viene de las Coordinadoras Interinstitucionales que sigue un modelo piramidal, sólo que ahora con un principio de barniz democrático. Enmarcado en los Acuerdos de Paz y garantizando la participación de las comunidades, pero al final el mismo sistema verticalista y militar”.

Los últimos meses he estado conociendo la lógica de los Consejos de Desarrollo desde el ámbito comunitario en el Altiplano central. En una escasa cultura política que no conoce el funcionamiento de la ley de consejos, es obvio que difícilmente se va a responder a una participación y organización democrática.

En el año 2002 con cierto apoyo y altruismo de la cooperación internacional se aprobaron las leyes de Descentralización del Sistema de Consejos de Desarrollo.

Estas leyes que “Procuraban La Descentralización Y La Participación” de las comunidades han sido, en los últimos años, verdaderas plataformas políticas. Corredores de capital corrupto. Y lugares de la cultura del regalo.

De 23 Mil Comunidades Que Hay En Toda Guatemala, Aproximadamente 18 Mil Cuentan Con Consejos Comunitarios De Desarrollo (Cocode). Observando dichos consejos en el Altiplano central noté cómo los Alcaldes “ORGANIZAN” a las comunidades y les invitan a participar para ganar votos. Hay en este terreno (y quizá en todo el país) una política clientelar inscrita en el compadrazgo y en el temor existente a que la gente esté organizada y entienda las leyes, ya que ello supone el riesgo de poner en manifiesto las demandas incumplidas, las propuestas comunitarias silenciadas y lograr un verdadero sistema sólido y comunitario de auditoría social con el presupuesto público.

Quemé Chay también observó cómo a pesar de que en 2003 los COCODES estuvieron libres de injerencia partidista e influencias de las estructuras de poder, en las elecciones de 2007 estas organizaciones comunitarias la clase política encontraron la forma de manipularlas a través de la aprobación de proyectos de infraestructura.

Muchos alcaldes, gobernadores y diputados, a través de las decisiones en la asignación de recursos, organizaron, para su conveniencia, a los Cocode para que les sirvieran de plataforma política y para avalar proyectos que se ejecutaron, en su mayoría, por empresas vinculadas con el poder político (con los consiguientes beneficios para los sujetos corruptos dentro de los consejos). Mientras, las comunidades fueron perdiendo poco a poco su autonomía y legitimidad.

En un reciente estudio realizado por el Cedfog, se habla de la cultura burocrática y clientelar instaurada en los consejos de Desarrollo y se analiza cómo en el último tiempo los COCODES se han convertido en gestores de recursos económicos para conseguir un mínimo de obra gris. Muchas innecesarias. La mayoría mal hechas. Casi todas un fraude.

Desde la mirada de muchas y muchos líderes campesinos dentro de los COCODES son las autoridades quienes tienen el dinero y el poder de decidir. Mientras las comunidades siguen estando sujetas a dichas decisiones y a la sumisión por la necesidad económica.

A sólo unos meses del próximo proceso electoral las comunidades se llenan de regalos. La antigua entrega de espejitos coloniales vuelve a vestir las casas de la gente en las comunidades de aquí y de allá.
Para mí como para muchos, el sistema de participación de los Consejos de Desarrollo se ha desvirtuado, la dignidad de las comunidades está en juego ante la sumisión y manipulación y el sistema electoral y político se vuelve a manifestar tal cual es: subdesarrollado y colonialista. 

Es obvio que la ley del Sistema de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural no está clara para nadie. Y por más que pretende descentralizar con todo y fuertes apoyos financieros de la cooperación internacional, si los COCODES siguen estando bajo tutela de los alcaldes y no por formación y organización espontánea, no habrá una participación representativa y legitima de las comunidades dentro del sistema de consejos.

Hace falta huirle a la cultura del regalo para que la autonomía no sea un mero discurso inocuo y salga de los aburridos, tristes y empolvados anaqueles del olvido.