miércoles, 17 de marzo de 2010

Laguna del Tigre "Reportaje Especial"

RESPONSABLES DEL INFORME.
1.     Lic. Luis Chávez Presidente Ejecutivo Acción Ecológica
2.     D.Sc. Marvin Melgar Asesor Científico Acción Ecológica
3.     Dmo. Manuel Cabrera Asesor Forestal Acción Ecológica
En la fotografía superior el D. Sc. Marvin Melgar Ceballos durante el recorrido
de campo que se realizo con personeros de la Asociación Acción Ecológica
para verificar la situación del Parque Nacional Laguna del Tigre.

1. Presentación
Los días 3, 4 y 5 de julio del 2008, un equipo multidisciplinario realizó un recorrido de reconocimiento en la Laguna del Tigre. El equipo estuvo constituido por las siguientes personas:
NOMBRE
CARGO
Edgar González
Encargado de Asuntos comunitarios e interinstitucionales de PERENCO
Hottman Castellanos
Técnico del CONAP
Luis Chávez
Presidente de Acción Ecológica
Marvin Melgar
Asesor de Acción Ecológica
Para principiar, aunque resulte obvio, conviene exponer que la Laguna del Tigre es una de las áreas protegidas que están bajo la administración del Consejo Nacional de Áreas Protegidas “CONAP”, en la cual existe concesión de áreas para realizar exploración y extracción de petróleo. El Parque Nacional Laguna del Tigre “PNLT” fue creado, mediante el Decreto No. 5-90 del Congreso de la República de Guatemala, el 30 de enero de 1990, se localiza en el municipio de San Andrés, departamento de Petén. En esta Área Protegida existen dos categorías de manejo: el Parque Nacional Laguna del Tigre e, incluido dentro de él, hacia el oeste, el Biotopo Protegido Laguna del Tigre-Río Escondido. Ambas están incluidas dentro de la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera Maya “RBM”.
El PNLT, según el boletín de mayo del 2005 de Trópico Verde, limita hacia el norte, el oeste y hacia el noreste, con la zona de uso múltiple de la RBM, hacia el sureste, con un corredor biológico que comunica la Laguna del Tigre con el Parque Nacional el Mirador-Río Azul y, hacia el sur, con el río San Pedro, el río Sacluc y con la zona de uso múltiple de la RBM. En su parte oeste (incluido en su totalidad dentro del parque nacional), se encuentra el Biotopo Protegido Laguna del Tigre-Río Escondido. El Parque (incluyendo al área del biotopo), tiene una extensión de trescientos treinta y cinco mil ochenta hectáreas (335,080 ha), de las cuales cuarenta y cinco mil ciento sesenta y ocho hectáreas (45.168 ha), corresponden al biotopo. Esta área es considerada la zona de protección estricta más grande de Guatemala (Trópico Verde. Boletín de mayo, año 2005). Ya en ese año, Trópico Verde afirmaba: “Grandes porciones del sur, fuera de los límites del parque y el biotopo, está fuertemente transformada, y “una parte considerable” dentro de ellos ha sido fragmentada por actividades humanas tales como la ganadería, agricultura y extracción de petróleo (sic).
Su administración recae en responsabilidad del Consejo Nacional de Áreas Protegidas “CONAP”, con el cual, algunas de las comunidades que habitan dentro del Parque, han firmado acuerdos de cooperación, en la búsqueda del establecimiento de Unidades de Manejo Comunitario. Actualmente existen 7 comunidades que han firmado una carta de intención, con autorización previa del CONAP, para que, auxiliadas por PERENCO, realicen actividades de salud e infraestructura, estas comunidades son:
· Paso Caballo
· Buen Samaritano
· Mirador Chococ
· Santa Amelia
· Rancho Sucely
· Los Reyes y
· Los tubos
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas “CONAP”, fue creado por el Decreto No. 4-89, en el año 1989. Dicho Consejo tiene una categoría de secretaría de Estado por depender directamente de la Presidenciade la República. El CONAP está encargado de la administración de las áreas protegidas en sus distintas categorías de manejo: parques nacionales, biotopos, reservas ecológicas, refugios de vida silvestre, monumentos naturales, monumentos culturales, reservas de la biosfera, áreas de usos múltiples, reservas de uso múltiple.
En la actualidad existen 120 Áreas Protegidas, las cuales suman un área de tres millones ciento noventa y dos mil novecientos noventa y siete hectáreas (3,192,997 ha), lo que equivale a setenta mil novecientos cincuenta y cinco caballerías (70,955 cab), y a treinta y un mil novecientos treinta kilómetros cuadrados (31,930 km²), lo que constituye el 29.32 % del territorio nacional.
En cuanto a PERENCO, ésta es la empresa que tiene concesiones para explotación de petróleo en esa área protegida.
2. Objetivos
2.1 General
· Realizar una visita técnico – política del Parque Nacional Laguna del Tigre para ver su situación actual, haciendo un análisis comparativo sobre su evolución durante los últimos 10 años de actividades de manejo y conservación. Como además proponer acciones que fortalezcan el rol del Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP- ante la situación actual del área protegida y la problemática socio-ambiental.
2.2 Específicos
· Realizar información primaria y secundaria existente sobre el área protegida;
· Con base en el historial, las anotaciones de campo y las fotografías tomadas realizar un análisis crítico.
· Realizado el análisis crítico, presentar un informe sobre el recorrido.
· Con pleno conocimiento de la problemática resumido en las conclusiones, proponer las recomendaciones pertinentes.
3. Procedimiento de visita técnica – política
El equipo de la “Asociación Acción Ecológica” y la “Federación de Sindicatos de Trabajadores del Medio Ambiente y Recursos Naturales” –FESITRASMMAR- ha dado un seguimiento muy particular sobre la problemática socio-ambiental del Complejo de Áreas Protegidas que conforma el Parque Nacional Laguna del Tigre, el Biotopo Protegido Laguna del Tigre y Rio Escondido y los Corredores Biológicos de la región Nor-occidental de la Reserva de Biosfera Maya.
La articulación socio-política que “Acción Ecológica y FESITRASMMAR” posee con lideres comunitarios, instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales del Departamento de Peten, donde la frecuencia de incorporación de la problemática socio-ambiental del Área Protegida era siempre incluida en las agendas de reuniones, talleres, seminarios y acciones participativas, ha orientado a la Asociación a buscar información, entrevistar miembros de comunidades, colectar información secundaria provenientes de informes, estudios e investigaciones referentes al Área Protegida.
Como punto culminante de este proceso de retroalimentación para la verificación de la situación del “Área Protegida” se realizo una visita técnica – política con el fin de verificar los datos obtenidos de la información secundaria y con ello lograr la elaboración de informe puntual y bajo el enfoque de “critica constructiva” que permita a las nuevas autoridades de CONAP aprender de las lecciones del pasado y considerar un nuevo enfoque de inserción y participación social que logre la recuperación a mediano y largo plazo del equilibrio ecológico del área protegida.
4. Resultado (Análisis)
Al lector ordinario (al que no se dirige este informe especial) pudiera concebir el presente informe como adverso a las labores que viene realizando el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y las organizaciones ambientalistas que en un momento han intervenido en el área protegida. Debiendo aclarar que la posición de este informe busca que a través de la “reacción” se despierte el ánimo de retomar las nuevas autoridades de CONAP (que no han tenido que ver en el manejo anterior del área protegida) buscar alternativas socio-ambientales y de gobernabilidad que permitan soluciones pragmáticas y sostenibles a los problemas del área protegida. Es por ello que el presente informe es de manejo “restringido” y solo para uso interno de la Asociación y del CONAP con el fin de retroalimentar las estructuras de toma de decisión y con ello considerar rutas alternas para el mejoramiento de la conservación del Parque Nacional Laguna del Tigre y del Biotopo Protegida laguna del Tigre y Rio Escondido.
En la Laguna del Tigre existen dos clases de actividad, una lícita y la otra ilícita. La actividad lícita (la de los que piden autorización previa), surge con la presencia de mantos petrolíferos, lo que implica la concesión de licencias para la realización de estudios exploratorios con fines de analizar las posibilidades de explotación, así como la instalación posterior de equipo de extracción, lo que se realiza solo después de haber sido autorizada la Evaluación de Impacto Ambiental y la concesión de licencia de explotación en los lugares en los que se haya determinado la rentabilidad de la explotación del manto petrolífero detectado.
Esta área protegida cuenta con un Plan Maestro, una propuesta de zonificación y un Programa de Monitoreo elaborados con base en lo recomendado en el POG y se ha determinado un Plan de acercamiento con las comunidades, para conciliar intereses y llevar a cabo acciones conjuntas. En consonancia con lo anterior se han propuesto el desarrollo de programas de educación ambiental y transferencia tecnológica por medio de Organizaciones no gubernamentales; además, se ha iniciado el plan de reubicación de comunidades humanas y se concluyó un AQUARAP (Evaluación Acuática Ecológica Rápida). Como ventaja adicional, el CONAP tiene capacidad de rastreo mediante imágenes de satélite y cuenta con la estación biológica "Las Guacamayas" para facilitar actividades de investigación, teniendo, asimismo 5 puestos de control, 3 apostaderos terrestres, 2 apostaderos sobre torres, un centro de visitantes, y un Centro de Información en la Aldea El Naranjo. A lo anterior hay que agregar que se cuenta también con Programas de Educación Ambiental y actividades turísticas.
Dentro de este Parque Nacional, se encuentra el Biotopo Laguna del Tigre-Río Escondido, administrado por el Centro de Estudios Conservacionistas (CECON) de la Universidad de San Carlos.
4.1 Comunidades
Dentro del Parque Nacional Laguna del Tigre se encuentran 32 comunidades. Aunque resulta difícil determinar el número exacto de personas que viven en las mismas, es posible obtener un dato aproximado basándose en un estudio que se hizo para las primeras 13 comunidades que se asentaron en la Laguna del Tigre. En ese estudio se contaron 650 casas y, estimando un promedio de 5 miembros por familia, se llegó a estimar que existían 3250 habitantes en aquella época. Como el conteo de casas no se hizo por medio de información satelital, sino que por simples recorridos, no se incluyeron algunas casas ubicadas en lugares de difícil accesibilidad; no obstante, permite realizar un estimado aceptable de 250 personas por comunidad, lo que expandido a las 32 comunidades que existen actualmente, ofrece un estimado de por lo menos, 8000 personas.
4.2 Avance de la frontera agrícola
En el Petén, el avance de la frontera agrícola tiene antecedentes precolombinos; en cuanto a esa vieja etapa histórica, existe el paradigma engañoso de que las etnias autóctonas (los mayas), practicaban una agricultura sostenible con una conciencia de prácticas ecológicas de manejo en un armonioso respeto a la naturaleza. Pocas cosas pueden estar tan exageradamente alejadas de la realidad como ésta. Esta falsedad solo la pueden creer los que no saben que la práctica agrícola es imposible bajo la oscura sombra del dosel boscoso y que, para cultivar los campos, debe eliminarse toda, absolutamente toda, la cubierta forestal, concepto conocido como descombro; es más, en terrenos pequeños que tengan árboles en los linderos, las sombra de éstos afecta la producción agrícola y suelen ser talados.
Para poder colegir, o adivinar cómo eran las lesivas prácticas agrícolas precolombinas, baste con analizar las prácticas destructivas de las etnias campesinas actuales, las cuales son nefastas para nuestros ecosistemas, a pesar de que hoy se conocen prácticas mucho más eficientes que las de los mayas, quienes desconocían el uso de semillas genéticamente mejoradas; desconocían la fertilización química; carecían de aparatos para trazar curvas de nivel, por lo que no podían trazar los surcos siguiendo el nivel del suelo, ni podían orientar acequias de ladera, ni hacer cultivos en contorno, ni plantar barreras vivas, ni levantar barreras muertas, ni hacer terrazas de banco o terrazas individuales; en fin, carecían de todas las técnicas agrícolas a disposición de los agricultores de nuestra edad espacial, lo cual era imposible que tuvieran los agricultores mayas, quienes se encontraban en la edad de piedra: el neolítico en el que se desarrollaron aún en su época clásica; no obstante, a pesar de los conocimientos modernos, nuestros campesinos han destruido inmensas extensiones boscosas para dedicarlas a una agricultura nómada y destructiva de descombre, quema, siembra y abandono, para repetir el mismo ciclo en nuevos bosques invadidos con base en la falacia de que “la tierra es de quien la trabaja”, paradigma que se inventó en los años 40 (hace 68 años), con la Reforma Agraria.
Para los que, después de leer lo anterior, no hubieran quedado convencidos sobre el hecho de que ninguno de nuestros campesinos realiza prácticas agrícolas inocuas para nuestros ecosistemas, sería recomendable que leyeran “Me llamo Rigoberta Menchú, así me nació la conciencia”. En dicha obra, la autora, también obsesionada por el falso paradigma de la “nobleza” de la actividad agrícola campesina actual, afirma que las etnias autóctonas no destruyen ecosistemas, pues “viven en armonía con el ecosistema”; no obstante, en otra parte de su misma obra se queja sobre la incomodidad del viaje en camión cuando, de niña, con su familia tenían que dirigirse hacia las áreas de descombro; ahora bien, decir descombro equivale a decir: tala rasa, quema y siembra, o sea la trilogía maldita de la destrucción de nuestros bosques, desde que se iniciara aquella nunca bien calificada, aquella infame Reforma Agraria que destruyó nuestra riqueza forestal, mediante el absurdo de declarar ociosa toda tierra cubierta de bosques, iniciando la destrucción de nuestros ecosistemas en la costa sur, continuando posteriormente con el aceleramiento de la destrucción de los bosques en El Petén (ya convertida en el Instituto Nacional de Transformación Agraria “INTA”), cuando, sustituyendo al noble: Fomento y Desarrollo del Petén FYDEP, empezó a exigir la “habilitación” de la “tierra ociosa”, calificando con los eufemismos de “tierra ociosa” a los bosques y por “habilitación” al descombro, quema y siembra.
Ahora bien, si aún con esta nueva referencia no se considerara que existe razón suficiente para probar que los campesinos son los que destruyen nuestros ecosistemas (y que disculpen las personas inteligentes si se sienten ofendidas porque consideran obvio lo dicho e inútil extenderse más, pero es seguro que la mayoría sí necesita que se agoten los argumentos). Repitiendo, si las pruebas anteriores fueran consideradas insuficientes, talvez pudiera ser más elocuente la prueba paleontológica, la del insigne Rafael Girard quien, en su obra: “Los Mayas Eternos”, calculó la población Maya en 12 millones de habitantes y afirmó que el colapso de esa cultura se debió a que destruyeron toda la selva petenera con fines de producción agrícola. La hipótesis anterior fue corroborada en el año 1979, cuando los periódicos informaron que, por medio de fotografías satelitales Landsat, se detectó que todo el Petén había sido sometido a cultivo por los mayas, pues estaba cruzado por canales de riego (sic). En verdad los periodistas se equivocaron, no eran canales de riego, eran zanjas de avenamiento (quineles para evacuar el agua y dejar tierra firme para cultivar entre zanja y zanja). Los mayas pues, tuvieron que drenar los suelos inundados como consecuencia de la destrucción de la masa forestal que realizaron (la misma causa actual del crecimiento del nivel del lago Petén Itzá). Con otras palabras, los mayas, al haber deforestado completamente el Petén, lo convirtieron en un gran humedal.
A lo anterior debe agregarse que es equivocada la creencia de que, las prácticas de uso racional de suelos de los agricultores actuales tienen un origen Maya (el origen de esta falacia pudo ser la creencia de que los canales de avenamiento detectados desde satélite eran sistemas de riego). En esto están equivocados también ciertos técnicos de escasa capacidad deductiva, ante todo cuando ponen como ejemplo el racional uso que hacen nuestras etnias autóctonas cuando realizan rotación en los potreros de ovejas para fertilizar campos de cultivo (F. Castro Escobar y F. de León Barrios en suInforme Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala), quienes afirman: “Entre las características de la cultura maya más sobresalientes, en el tema de la conservación de la naturaleza, está la existencia de tecnologías sostenibles de manejo de los recursos naturales, que demuestran la presencia de una conciencia y una práctica ecológica característica de las comunidades indígenas, fruto de la racionalidad campesina…” (sic) y se atrevieron a afirmar esto mientras que las agrupaciones campesinas seguían invadiendo la Laguna del Tigre y la descombraban y quemaban para sembrar en propiedad ajena (del Estado), tierras que después solicitarían en propiedad. En su informe continúan afirmando estos autores: “Esto es el resultado de una práctica de herencia ancestral precolombina sustentada en descubrimientos arqueológicos de campos elevados y terrazas agrícolas. Ejemplos notorios actuales se encuentran en los sistemas de terrazas irrigadas o “tablones”, el uso de la rotación de potreros de ovejas para fertilizar campos de cultivo, regadíos, huertos frutales, huertos de cacao con sombra de madre cacao, el uso de abonos verdes, etc.” (sic.), lo anterior no es exacto, en primer lugar, a los autores se les olvidó que los mayas no tenían ovejas, que éstas son de origen europeo, por lo que europea es toda tecnología que se use con la crianza del ganado ovino; en segundo lugar, no se documentaron sobre el gran esfuerzo realizado para enseñarle a las etnias del altiplano adecuadas prácticas sobre el manejo y conservación de suelos y agua (a las cuales eran muy renuentes[1]), prácticas que fueron propiciadas y realizadas, desde mediados del siglo pasado hasta la década de los ochenta, por la División de Suelos de la Dirección General de Recursos Naturales Renovables (DIGERENARE). Esa entidad les enseñó a hacer borriquetes en “A” para trazar curvas de nivel, les enseñó a hacer terrazas individuales y de banco, plantar barreras vivas, construir barreras muertas, emplear la rotación de cultivos (y de potreros), y otras prácticas que, a pesar de que fueron realizadas con personal de campo pagado por DIGERENARE, la mayoría de los campesinos ni siquiera quisieron darles mantenimiento, salvo respetables excepciones que se pueden observar en la horticultura de los pobladores de Sololá y Chichicastenango, así como los floricultores de San Juan Sacatepequez.
Lo más lamentable del caso es que, los mismos empleados del CONAP desinformaban a la opinión pública, mientras los campesinos destruían la Laguna del Tigre. Por otro lado, no solo existió desinformación cultural, también hubo desinformación por uso amañado de datos cuando, en su informe, estos técnicos afirmaron que: El 42 por ciento del área con población maya está cubierta con bosque en comparación con 32 por ciento del área con población ladina. A ambos se les olvidó tomar en cuenta que, durante la Reforma Agraria, la población que ellos llaman maya bajó a realizar descombros en la costa sur para tener derecho a tierra en propiedad, la cual, posteriormente, vendieron y se quedaron como mozos de las nuevas fincas formadas por sus parcelas (el mismo fenómeno que ocurre en la actualidad en la Laguna del Tigre); por otra parte, estos autores ignoraron que, si no se hubiera detenido la voracidad de la Reforma Agraria, las etnias autóctonas hubieran destruido mas bosques. A uno de los redactores de este informe le consta que, en 1973 (cuando aún no eran accesibles Matanzas, Niño Perdido y la Unión Barrios en Baja Verapaz), ya existían vastas áreas deforestadas y, cuando preguntó a un anciano Kekchí sobre la causa, éste respondió que, durante la reforma agraria, muchos “compañeros” habían descombrado y quemado las áreas para solicitarlas en propiedad. Si la refutación discursiva de las falacias sostenidas hasta la fecha, fuera considerada insuficiente, pueden disiparse las dudas por medio de una visita al parque motivo de este informe. En esa visita se notará que la mayor destrucción de ecosistemas (si no la única), ha sido causada por el cambio de uso del suelo, según se muestra en las fotografías siguientes:
No obstante lo evidente que es esta clase de destrucción generalizada, existe cierta ceguera asociada a extrañas alucinaciones oníricas en las que se miran “nobles” usos agrícolas en las prácticas de nuestras etnias autóctonas, tanto primitivas como modernas. Esa misma ceguera (ya sea personal o convertida en peligrosamente institucional cuando la persona afectada trabaja en el Gobierno), hace que se cierren los ojos hacia el lado de la destrucción agrícola y, aún sabiendo que las únicas áreas verdaderamente protegidas –porque aún preservan el bosque original- es la ocupada por las empresas petroleras, aún viendo esto –repetimos-, se ensañan en contra de estas empresas multimillonarias, por razones de fondo muy fáciles de adivinar pero que a veces no conviene resaltar.
Para terminar con la falsa imagen de la supuesta sabiduría de la conservación de los bosques comunales por parte de nuestras etnias campesinas (aunque el ejemplo sea del altiplano), se tiene que, por ignorancia, que no por sabiduría, están contribuyendo a la desaparición del pinabete (Abies guatemalensis), pues esta es una especie pionera que, al igual que otras coníferas (Pinus Spp, Cupressus Spp. y Podocarpus guatemalensis), precede a las especies latifoliadas, las cuales migran posteriormente favorecidas por la sombra creada por las coníferas y, como las coníferas no medran bajo condiciones umbrosas, son desplazadas durante varias etapas sucesionales que se van encaminando hacia la clímax natural del bosque latifoliado. Esta clímax puede observarse en faldas de los volcanes de Sololá, en las que no existe ni una sola conífera, lo que ocurre también en gran parte de la Sierra de Las Minas, en donde las coníferas ya fueron desplazadas por las latifoliadas. De igual manera ocurrirá en las cumbres de María Tecún y otros bosques comunales pues, por mantener intacto el bosque, no se realizan cortas por bajo para incrementar la luz interior de masa, lo que favorecería a los pinabetes y pinos, como ocurre en la Sierra de Las Minas y las cumbres del Trifinio en donde un moderado corte por bajo ha intensificado la proliferación de Podocarpus guatemalensis. Así pues, ni cuando conservan le hacen bien a nuestras especies nuestras etnias autóctonas, lo que no tiene absolutamente nada de sabio y, lo más vergonzoso, es que existen profesionales con una visión absolutamente campesina, a pesar de que estudiaron ecología en sus respectivas universidades. Hasta aquí, queda plenamente probado que la ignorancia de las etnias campesinas en ningún momento favorece a nuestros ecosistemas.
4.3 Actividades ilícitas
La principal actividad ilícita (por constituir el daño más grave que ocasiona a los ecosistemas), consiste en el robo de propiedad estatal al cual, en general, se le denomina invasión y, en particular “agarrada”. Esta sola denominación -creada por los mismos invasores- tipifica lo ilegal de la acción en la cual existe allanamiento de propiedad estatal, tala de árboles de maderas preciosas sin solicitar licencia, aserrío ilegal de madera sin inscribir los aserraderos portátiles (motosierras), para concluir en un transporte ilícito de la madera. Todo lo anterior, sin haber cumplido con los requisitos que imponen nuestras leyes, entre los que se incluye el Plan de Manejo Forestal. Esta actividad ilícita se lleva hasta el extremo cuando se realiza el cambio de uso del suelo sin presentar los estudios que exige la ley, entre los que se cuenta el Inventario Forestal, el Estudio de Capacidad de Uso del Suelo y el estudio económico que demuestre que el nuevo uso es más rentable que el uso actual.
A lo anterior le acompaña, de manera concomitante, el tráfico de vida silvestre en peligro de extinción y la cacería de subsistencia o de comercio para venta en el mercado, en donde se aprecian mucho los menús de caldo de tortuga, así como los estofados de venado, coche de monte o tepezcuintle.
En cuanto a la pesca, aún cuando no sea permitida en un Parque Nacional, esa norma tampoco es respetada en la Laguna del Tigre y se realiza de una manera descaradamente abierta. Aunque resulte imposible poder constatar el tráfico de drogas y el lavado de dólares, en corrillos de vecinos se comenta sobre la sorpresiva prosperidad de algunas familias que llegaron al área en plena indigencia, pero que de repente se convirtieron en nuevos ganaderos terratenientes, a quienes califican como narco-ganaderos. Otra actividad ilícita, según se presume –siempre por información verbal-, consiste en que el área se ha convertido en un “corredor” para el tráfico de emigrantes ilegales.
4.4 Petroleras
La única actividad lícita (por tener autorización gubernamental por medio de concesiones), es la realizada por la industria petrolera, la cual incluye 26 pozos y un oleoducto. La concesión que actualmente maneja la empresa PERENCO ha realizado esfuerzos por mitigar el impacto de la actividad extractiva sobre el medio ambiente, siendo notorio además que en las áreas donde se ubican los pozos petroleros existe cobertura de bosques secundarios, que en los últimos años han sido cortados y quemados por comunidades aledañas a la misma, como una primera etapa de ocupación y venta a los finqueros que dedican su tierra a la ganadería, la empresa ha impulsado acciones conjuntas con CONAP para reducir o evitar dichas acciones pero según lo evaluado durante la visita con poco efectividad, siendo necesario la reorientación de acciones para lograr la concientización y concienciación de las comunidades y la valorización de la conservación del área protegida. En la siguiente fotografía pueden verse los efectos ocasionados por la autorización de licencias de explotación petrolera:
No obstante, según cierta obcecada mentalidad, esta industria constituye una de las principales amenazas del humedal, de lo cual no dan pruebas (solo expresan su peligrosa e infundada opinión). La verdadera causa del daño –y aquí se repetirá esto hasta el cansancio, como hasta el cansancio repitieron los que defendían la actividad agrícola y atacaban la petrolera-, puede constatarse en la fotografía siguiente:
Creemos que hemos dado pruebas sobre la verdadera causa de la destrucción del Parque Nacional Laguna del Tigre; no obstante, como según se sabe desde épocas bíblicas, no hay peor ciego que el que no quiere ver y, aún cuando a los tergiversadores de la realidad se les pudiera llevar en helicóptero para enseñarles, desde arriba, los espesos bosques de presentida biodiversidad que son protegidos por las concesiones petroleras, aún así seguirían afirmando que esta industria es el peor de los peligros para el humedal. Nada valdría que se les enseñaran las vastas extensiones depredadas por la agricultura, las cuales rodean esos “oasis” de bosque tropical y rica biodiversidad que medran al amparo de la explotación petrolera. Ellos, que parecieran genéticamente predispuestos a no ver la realidad, no las verían. Hasta se les podría obligar a que sacaran la cabeza por la ventanilla para obligarlos a mirar que, solo en una pequeña parte del centro de ese bosque se ha realizado un cambio de uso del suelo (maquinaria de extracción, oficinas y talleres), hasta podría dárseles una plática sobre el hecho de que, como medida de mitigación en la etapa de abandono, podría convenirse con las empresas petroleras a que dejaran reforestada el área abandonada con especies de valor ecológico; no obstante, a pesar de todo el esfuerzo gastado en hablarles y tratar de convencerles sobre lo que no quieren ver, esto sería por gusto, pues cuando bajaran del vuelo dirían que lo que destruyó la mayor parte de la Laguna del Tigre fue la explotación petrolera y, como en Guatemala casi solo existen dos clases de habitantes: los desinformadores y los ignorantes, se generaría una presión popular en contra de las concesiones petroleras, mientras tanto, los líderes negativos que venden “derechos de agarrada” seguirían llevando agricultores a la laguna del tigre, éstos seguirían talando, descombrando, quemando, sembrando y vendiendo la tierra descombrada a los ganaderos, y la laguna del tigre colapsaría por completo gracias a la maledicencia de los que no miran buen negocio en el atacar a los líderes que venden bosques estatales, ni a los agricultores, ni a los ganaderos ¿Porqué prefieren atacar a una empresa millonaria? Que la suspicacia del lector adivine los oscuros, aunque sospechados fines, que tienen aquellos que saben que las concesiones petroleras son las que menos daño le han hecho a la Laguna del Tigre, es más, son las únicas que lo protegen, no obstante, los desinformadores sostendrán lo contrario, a pesar de que sepan que los derrames de petróleo han sido provocados por los mismos campesinos al aserrar tuberías o detonar explosivos en las mismas. Ellos culparán a estas empresas de los daños que ha sufrido la Laguna del Tigre, aún cuando sepan que para extraer petróleo se escarba hacia el fondo de la tierra y no hacia los lados chapeando a la redonda.
4.6 Compra venta de tierras
La compra venta de tierras es el inicio y el final del negocio de los líderes que propician la delincuencia agraria. El inicio porque éstos “líderes” principian cobrando derechos de “agarrada” a los invasores y terminan siendo intermediarios entre los parcelarios que venden “su” tierra y los ganaderos que las compran pagándole un porcentaje al líder comunitario convertido en comisionista.
5. Evaluación Socio-ambiental del Parque Nacional Laguna del Tigre
En primer lugar, la laguna está siendo afectada por dos paradigmas heredados por la revolución del siglo pasado: a) la tierra es del que la trabaja y b) el Gobierno está obligado a regalarle tierra a los campesinos; en segundo lugar los líderes que, manipulando estos dos paradigmas, propician la invasión de bosques sacando provecho de la venta de “derechos de agarrada” como si fueran propietarios de los bosques cuya invasión propician; en tercer lugar están los técnicos o ambientalistas empíricos, de limitado raciocinio, lamentable ignorancia o amañada mala intención, quienes desvían la atención del verdadero problema, lo que imposibilita su solución pues, quien no mira un problema, está imposibilitado para resolverlo; en cuarto lugar las mismas empresas petroleras que no han sabido defenderse dando la impresión de que evadieran cumplir con las leyes ambientales, en lo que se detecta una paupérrima asesoría técnico ambiental y una falta de políticas de divulgación y acertado manejo de la opinión pública; en quinto lugar, la anodina actitud de los secretarios del CONAP y sus directores asignados al área, quienes, de manera pusilánime, han evitado intervenir en el verdadero problema (el de los líderes negativos y las invasiones agrícolas), todo, por el solo afán de conservar el “güeso”, como vulgarmente se dice y pasar tranquilamente los cuatro años a la sombra de altos privilegios y múltiples viajes al extranjero que de nada sirvieron, al menos para la Laguna del Tigre. Mientras tanto, líderes negativos y conflictivos, entre los que se presume que ha estado el Sr. Jorge Gutiérrez, quien presumiblemente vendía “derechos de agarrada” y quien empleó la bandera de la privatización del parque en la campaña que le permitió ser Síndico de la Municipalidad de San Andrés, mientras tanto –decíamos-, estos líderes propiciaban la destrucción de los ecosistemas de este parque, presumiblemente sacando ganancias, tanto monetarias como políticas. El panorama se agrava cuando, estos líderes locales, piden el auxilio de entidades propiciadoras de la legalización de todos los actos ilícitos, como es el caso de las UASP y CONIC, constituidas actualmente en el mayor riesgo para los escasos bosques que aún quedan en este parque y que son los resguardados por las concesiones petroleras. Actualmente los invasores han empezado a depredar parte de estos bosques, como ocurrió en la invasión realizada por miembros de la Comunidad Las Lagunitas, los cuales fueron desalojados por estar en concesión de PERENCO, con lo que las petroleras hacen actualmente lo que debieron hacer en el pasado las autoridades del CONAP.
El CONAP, al parecer por el completo desconocimiento de lo que aquí se ha informado, ha adoptado irrisorias Medidas de Conservación en lo que han llamado “estrategia de manejo”, proponiendo actividades de manejo comunitario e industriales, presumiblemente compatibles –según ellos- con los objetivos de conservación y uso sustentable. Resulta claro que los proponentes de esta digresión ignoran que la agricultura es completamente incompatible con cualquier medida de manejo sustentable; el paradigma de que el manejo de los bosques por parte de las comunidades agrícolas es lo único que puede salvar nuestras selvas, constituye un absurdo generado por la estolidez o ignorancia de forestales y agrónomos de finales del siglo pasado e inicios del presente, por mala suerte aún ocupando puestos clave dentro del gobierno, como ocurre con el actual Sub Secretario del CONAP quien ocupó este mismo puesto en la época en que gobernó Alfonso Portillo, época en la cual se intensificó la destrucción de este parque, la época del gobierno que la opinión pública calificó como el más corrupto del que haya tenido memoria la historia de Guatemala. Este funcionario –en mala hora retornado a donde realizó tan pobre y nocivo trabajo-, es uno de los que dieron lugar a una nueva Ley de Murphy o el teorema absurdo de Cabrera: “El manejo sostenible efectuado por comunidades campesinas es insostenible”, lo cual no se creyó en el año 2000, pero esta ley se cumplió como se observa en la actualidad al ver los resultados de esta política del CONAP.
Para solucionar o paliar los problemas que el mismo CONAP permitió o creó, ha propuesto varios estudios pero… ¿De qué le sirve al CONAP tener un “Diagnóstico sobre la distribución y abundancia de la biota, basado en el estudio de especies indicadoras? ¿Qué especies indicadoras pueden encontrar en las fincas ganaderas y las eras dedicadas a cultivos agrícolas que no sean pastos, ganado y productos agrícolas? Basado en lo anterior el CONAP se propuso realizar una zonificación del área. ¿Se necesita acaso un estudio de especies indicadoras para delimitar las áreas agropecuarias y las de bosques? Absolutamente, no. Así, quien analice las propuestas o políticas que han quedado de las administraciones anteriores del CONAP, se dará cuenta que, quienes las escribieron, seguramente estaban en un mundo intangible en el que imaginaron la piñata, imaginaron el lazo, imaginaron a los que les iban a mover la piñata, se taparon los ojos y empezaron a tirar palos de ciego saltando hacia los imaginados lados hacia donde se desplazaría aquella furtiva y escurridiza piñata de la protección de la Laguna del Tigre. Como consecuencia, el problema se agravó, pues los patos estaban en el norte y los geniales técnicos del CONAP disparaban a discreción hacia el oriente y el poniente, y a veces hacia el sur. Esto pareciera un exagerado manejo de un hábil retórico para hacer quedar en ridículo las acciones que ha realizado el CONAP, pero no es así, analícense algunas acciones propuestas por las anteriores administraciones y se verá que el recurso retórico solo sirve para orientar a los no expertos sobre los desatinos de esta Secretaría de Estado ¿Acaso no es ridículo el que pretendieran poner en marcha un Plan de Control y Prevención de Incendios Forestales? ¿Puede haber algo más ridículamente absurdo, cuando los incendios en la laguna del Tigre, todos, absolutamente todos, son provocados por los agricultores después de haber efectuado sus descombros y no se trata de incendios forestales sino que rozas agrícolas? ¿Acaso los del CONAP quieren seguir jugando al gato y al ratón apagando los incendios de día, mientras que los agricultores le prenden fuego por la noche a los descombros que han realizado, precisamente, para prenderles fuego? No cabe duda que los técnicos del CONAP han estado impresionados por los incendios espontáneos en los bosques norteamericanos, en donde existen tormentas eléctricas que provocan incendios, pero se han informado muy poco sobre la naturaleza de los bosques de su patria, especialmente los del petén, los cuales solo empezaron a quemarse hasta que se inició la colonización. Si los incendios fueran cosa natural de esas selvas, Virgilio Rodríguez Macal nos hubiera impresionado con sus magistrales y coloridas descripciones en su obra GUAYACÁN pero, quien lea esta preciosa novela verá que, en ningún momento, Rodríguez Macal se refirió a dichos incendios (y menos en áreas de humedales, o de pantanos como se les llamaba en aquel tiempo).
Fuera de las áreas sometidas a actividad petrolera, se puede decir que este Parque Nacional ha colapsado, y eso que es considerado lazona de protección estricta más grande de Guatemala(Trópico Verde en Boletín de mayo del año 2005); ahora bien, si la protección de este parque ha sido estricta, podemos imaginarnos que ha ocurrido, o que podría pasarle a las áreas “protegidas” en donde el CONAP sea relajada y condescendientemente mucho menos estricto.
El CONAP, en el pasado, ha dado complejas e inútiles soluciones, cuando la solución es sumamente simple: Si solo en los enclaves petroleros existen bosques, entonces deben protegerse esos enclaves apoyando a la industria petrolera.
En cuanto al resto invadido por comunidades campesinas, resulta imposible sacar a cerca de 8000 o más personas, por lo que cabe estudiar medidas incentivadoras de la reforestación para agricultores y ganaderos, vedando de ese derecho a los madereros pues estos, siendo su materia prima la madera, ya tienen el incentivo de las ganancias que obtienen con su modus vivendi, y sería absurdo incentivarlos (como hace la Ley Forestal supuestamente elaborada por ellos mismos), pues están obligados a crear sus propios bosques así como obligados a comprar ganado están los ganaderos (sería ridículo un incentivo para lograr que los ganaderos se decidieran a comprar ganado).
Para terminar este parágrafo, cabe imaginar que, cuando la gente inteligente del futuro interprete los resultados de las muy poco inteligentes acciones actuales, interpretará que los ambientalistas y los empleados del CONAP de las postrimerías del siglo 20 e inicios del 21, desviaron la atención hacia las petroleras, con el fin de que los campesinos pudieran invadir el área protegida, descombrarla, quemarla y venderla a los terratenientes. Las acciones tomadas por el CONAP hasta la fecha, entonces, solo han servido para hacer exterminadas las selvas de este Parque Nacional.
6. Propuestas jurídicas para Resolver el problema
A pesar de que existían suficientes leyes como para evitar la destrucción de los ecosistemas ocasionados por los invasores de tierras (La Ley Forestal, la de Áreas protegidas y las demás concernientes a la salvaguarda de la propiedad privada o estatal), éstas no fueron aplicadas permitiendo el saqueo de maderas preciosas, permitió el descombro y las rozas efectuadas por los campesinos, las cuales fueron enmascaradas en su momento calificándolas de INCENDIOS FORESTALES, aprovechando este concepto para justificar parte de su trabajo y el financiamiento de equipo de control de incendios, además de inútiles becas al extranjero para que personal ignaro aprendiera sobre control de incendios forestales, cuando lo que tenían que haber controlado era la actividad de rozas ilícitas realizadas por los campesinos, principiando por tala y venta de maderas preciosas, tala y venta de maderas secundarias y la tala con fines de descombro y quema.
Lo anterior indica que, mediante nuevas leyes, no se corregirán los errores cometidos, ni se detendrá el proceso de destrucción. Así, ha resultado inútil la Ley de Emergencia para la Defensa, la Restauración y la Conservación del Parque Nacional Laguna del Tigre, DECRETO NÚMERO 16-2004, la cual solo ha justificado la creación de un Comité para la Defensa y la Restauración del Parque Nacional Laguna del Tigre, lo que ha complicado aún más el trabajo para solucionar el problema pues, a la larga, el máximo inconveniente con que cuenta la situación forestal y ambiental de nuestro país es el exceso de entidades que intervienen pretendiendo resolverlo.
7. Conclusiones y Recomendaciones
7.1 Conclusiones
· La principal amenaza del Parque eran las invasiones agrícolas y aún lo son para las escasas áreas boscosas que aún se encuentran en pie.
· Es necesario que las nuevas autoridades de CONAP interioricen la problemática del Parque Nacional Laguna del Tigre y del Biotopo Protegido Laguna del Tigre y Rio Escondido, considerando la evolución histórica de la situación y con auto-critica constructiva concebir las rutas estratégicas que estabilicen la situación socio-ambiental del área protegida.
· Es evidente que a pesar de los esfuerzos que realizo CONAP en el pasado y en la actualidad no son vinculantes para impulsar un cambio sobre la relación de comunidades versus estado de conservación de la biodiversidad y recursos naturales.
· El esfuerzo de las estrategias de intervención de CONAP en el área se concentra en trabajar con las Comunidades omitiendo a los finqueros (ganaderos) lo que subvalua el impacto que ellos realizan sobre la conservación del área protegida.
· Los Estudios Técnico Indicativos que fueron vistos en su momento como la opción del cambio y equilibrio, han perdido su objetividad y sobre todo el respaldo social, considerándolos a pesar de los esfuerzos actuales de actualizarlos y compatibilizar a la realidad de poco confiables para resolver la problemáticas socio – ambientales de área protegidas y las comunidades.
· Son muchas las entidades que intervienen en la solución de los problemas forestales y ambientales y poco los resultados tangibles.
7.2 Recomendaciones
· Que el CONAP, aprovechando que existe un nuevo gobierno, “refresque” su personal, pues el personal antiguo, no solo está íntimamente ligado con el fracaso del CONAP, sino que debe considerársele responsable de las políticas erróneas de las anteriores administraciones anodinas o incompetentes.
· Que las empresas petroleras tomen conciencia de su antes inconsciente labor ambientalista, con el fin de que financien investigaciones tróficas (qué fauna frugífera existe, de qué especies se alimentan). Pudiendo financiar consultorías para proyectos de saneamiento ambiental (disposición de aguas servidas y residuos sólidos), uso de fosas sépticas adecuadas al entorno para que las comunidades no contaminen más el ambiente.
· Que se investigue a los comerciantes de tierras (disfrazados de líderes campesinos), para comprobarles cuanto cobra, a quienes les han cobrado y cómo organizan la invasión de fincas estatales con el fin de deducirles las responsabilidades penales del caso.
· Crear modelos de compensación ambiental dirigido a nivel de comunidades, finqueros y concesiones petroleras, donde la conservación y restauración de los ecosistemas naturales del área protegida sean acciones prioritarias.
· Desarrollar un censo sobre el numero de finqueros, área de ocupación de pastos y cultivos, numero de cabezas de ganado, relación sobre el proceso de de compra – venta de tierras.
· Evaluar la zonificación propuesta por el Plan Maestro del área protegida y de las acciones determinadas por los Estudios Técnicos Indicativos (ETI´s).
8. Bibliografía
· Castro Escobar, F. y de León Barrios, F (2004), Informe Nacional de áreas protegidas de Guatemala.
· CI-Propetén .1998 .Programa de Monitoreo, Unidad de Manejo Laguna del Tigre, los Estudios base para su Establecimiento.
· Melgar, M. 2006. Plan Maestro por Compensación Ambiental del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, Cordillera Central, Constanza, República Dominicana, Proyecto de Conservación y Manejo de la Cuenca Alta del Rio Yaque del Norte (PROCARYN), Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARN).
· Melgar, M. 2007 Nuevas perspectivas de planificación territorial en áreas protegidas, re-dirigiendo la planificación biológica al ordenamiento territorial, Escuela de Planificación Orgánica Evolutiva.
· CONAP Secretaría Ejecutiva .Plan Maestro,1999-2003 .Parque Nacional Laguna del Tigre .
· Basterrechea, M.1993. Los Humedales del Biotopo Río Escondido-Laguna del Tigre Petén-Guatemala .
· Ramsar. 2008. Informe Nacional sobre la aplicación de la convención de RAMSAR sobre los humedales (informes que se presentarán en la 10ª. Reunión de partes contratantes).
· Trópico Verde. Boletín del mes de mayo del año 2005


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